Efecto Pontón: así es la líder de la izquierda en Galicia que aspira a desbancar al PP sin Feijóo
La primera mujer en dirigir el nacionalismo gallego ha logrado atraer a los más jóvenes combinando las reivindicaciones anticentralistas con el feminismo y la defensa de la ciencia y el medio ambiente
Lucía, Andrea y Xosé, que rondan los 20 años, están sentados en el modesto sofá de un piso de estudiantes de Santiago de Compostela. Una mujer de mediana edad, vaqueros y chaqueta de punto les sirve café y bica con soltura y asiente, comprensiva, mientras escucha sus quejas. Alquileres caros. Luz prohibitiva. Caseros abusones. “Tenemos la segunda tasa de emancipación más baja de todo el Estado”, remarca la confidente de estos tres muchachos alzando la mirada hacia los periodistas que observan la escena. Quien habla es ...
Lucía, Andrea y Xosé, que rondan los 20 años, están sentados en el modesto sofá de un piso de estudiantes de Santiago de Compostela. Una mujer de mediana edad, vaqueros y chaqueta de punto les sirve café y bica con soltura y asiente, comprensiva, mientras escucha sus quejas. Alquileres caros. Luz prohibitiva. Caseros abusones. “Tenemos la segunda tasa de emancipación más baja de todo el Estado”, remarca la confidente de estos tres muchachos alzando la mirada hacia los periodistas que observan la escena. Quien habla es Ana Pontón, la líder del Bloque Nacionalista Galego (BNG) y de la oposición a Alberto Núñez Feijóo. Ha logrado que su formación, a la que se dio por muerta, adelante a los socialistas y se zampe en Galicia el espacio electoral de En Marea, el partido de la vicepresidenta Yolanda Díaz, convirtiéndose en la opción preferida de los votantes más jóvenes.
Pontón es una tímida confesa que le ha cogido gusto a las distancias cortas. La visita al piso de estudiantes, más propia de la agenda de un político en campaña electoral, la realiza un lunes de finales de enero, a dos años de los comicios autonómicos. En las últimas semanas se ha reunido con constructores, con científicos de un centro de investigaciones biológicas, con representantes de las personas sordas y con el lehendakari Iñigo Urkullu. Su equipo se afana en proyectar una imagen de política cercana y empática con halo presidencial y miras de futuro. “El PP sabe perfectamente que hoy tiene enfrente una alternativa sólida. Feijóo se va y no convoca elecciones porque sabe que las perdería”, sostiene Pontón.
La nacionalista encarna lo que las estudiosas del feminismo llaman el “acantilado de cristal”, ese patrón de actuación de las organizaciones tradicionalmente dirigidas por hombres que ceden el mando a las mujeres en momentos de crisis, cuando escasean las probabilidades de éxito. Fue en 2016 cuando cogió el timón del partido que entre 2005 y 2009 cogobernó la Xunta con el PSdeG-PSOE. La formación era cuarta fuerza con siete diputados autonómicos, no tenía representación en el Congreso y estaba atenazada por temores de desaparición. Hoy ocupa 19 escaños en el Parlamento gallego, vuelve a tener uno en las Cortes, y lidera la oposición al todopoderoso PP de Feijóo.
La primera mujer que dirige el nacionalismo gallego tiene 44 años y se crió en una aldea del municipio de Sarria (Lugo) llamada Chorente. En la casa donde creció, ofreció junto a sus padres una insólita rueda de prensa para arrancar la campaña electoral que en 2020 la convirtió en líder de la oposición a Feijóo por delante del PSdeG-PSOE. Hija de una ama de casa que llevaba la explotación ganadera familiar y de un operario de una cementera, presume de orígenes: “Siempre he escuchado que no podía hacer cosas porque era de aldea, porque hablaba gallego, porque era mujer, porque era del BNG... He superado esas barreras gracias a los valores que me enseñaron en mi casa: el esfuerzo, la humildad, la confianza y el respeto por las mujeres”.
Licenciada en Ciencias Políticas y militante del BNG desde los 16 años, sus detractores le afean que no tenga trayectoria profesional fuera de la política porque ocupa un escaño en el Parlamento gallego desde los 27 años. Feijóo se lo volvió a repetir el pasado miércoles en un debate en la Cámara autonómica, después de que la nacionalista le preguntara cuándo piensa dimitir como presidente de la Xunta ahora que va a liderar el PP. “Lleva 22 años en esta Cámara y perdió todas las elecciones a las que se presentó el BNG. Debería pensar usted cuándo presenta su dimisión”, le espetó el presidente gallego.
“Me sorprende que eso pueda ser una acusación”, afirma Pontón en declaraciones a este periódico. “Cuando estaba en el instituto, Feijóo ya iba en coche oficial y se dedicaba a privatizar la sanidad”, añade sobre el cargo de secretario general de la Consellería de Sanidade que el popular ocupaba con 30 años. La líder del BNG aprecia “antipolítica” en esas críticas, un intento de “devaluar la capacidad de transformación que tiene la gente”.
“Madrid se ha convertido en una aspiradora”
De voz suave y palabras rotundas, Pontón es una veterana diputada que se desenvuelve bien en los debates cuerpo a cuerpo con Feijóo para los que debe prepararse el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez. “Si alguien espera ver [en Feijóo] a una persona con visión estratégica sobre las necesidades del Estado, va a llevar una decepción”, advierte la nacionalista sobre el próximo presidente del PP. “La chaqueta de moderado que se ha puesto no es de su talla. La oposición más sucia y agresiva que conoció Galicia la hizo él”.
Otro de los reproches que suele recibir Pontón del PP es que “no lidera” su partido. El equipo de Feijóo la ataca afirmando que quien manda es Néstor Rego, diputado en el Congreso y secretario general de la Unión do Povo Galego (UPG), la formación comunista en la que ella misma milita y que es hegemónica en ese frente de fuerzas que es el BNG. Fueron precisamente discrepancias con la UPG las que provocaron la marcha del histórico nacionalista Xosé Manuel Beiras, que defendía alianzas con fuerzas estatales como Podemos o Izquierda Unida. Beiras acabó fraguando esa unión con Yolanda Díaz y cosechó importantes éxitos electorales, pero el BNG resucitado por Pontón acabó engullendo su espacio electoral y En Marea se quedó en 2020 fuera del Parlamento gallego.
Pontón defiende que aquella negativa del Bloque a aliarse con Unidas Podemos fue un acierto. Ahora que Díaz anuncia que impulsará en toda España un proyecto “sin siglas” para aunar el voto a la izquierda del PSOE, la líder nacionalista mantiene su rechazo a cualquier alianza preelectoral con ese espacio. Sobre la vicepresidenta del Gobierno, con la que coincidió en el Parlamento gallego, destaca que “en lo personal” tiene una “buena relación con ella”: “Es una mujer inteligente”.
Lo que sí ha cambiado Pontón en el Bloque es el discurso imperante. El feminismo, el ecologismo, la defensa de las pymes y los autónomos y las demandas de inversión en I+D+i se han abierto un importante hueco entre las reivindicaciones soberanistas. La nacionalista esgrime que detrás de la revitalización del Bloque “hay un cambio generacional y de género acertado, un buen hacer colectivo”. Define su liderazgo como “feminista e integrador” y asume que su proyecto se dirige a una Galicia que es “plural, diversa y compleja”.
El auge del BNG en Galicia es, según Pontón, una “reacción” a “años de centralismo” que en otras partes de España se expresa en la eclosión de la plataforma España Vaciada: “Son capas distintas. Hay una reacción de las naciones históricas que tenemos una lengua y una cultura, pero otras partes del Estado español también están sufriendo las consecuencias del centralismo. Madrid se ha convertido en una especie de aspiradora de recursos, de gente, de empresas… Eso está empobreciendo al resto”.