El Supremo aumenta la condena de la ‘narcoabogada’ Tania Varela por blanquear dinero del tráfico de cocaína
El tribunal ratifica el veredicto de la Audiencia de Pontevedra e impone a Varela nueve años de cárcel y 378.000 euros en multas
Se fugó en 2013 al ser condenada a siete años de cárcel por tráfico de drogas, junto a su expareja y cliente David Pérez Lago, hijastro de Laureano Oubiña, hasta que fue detenida en Sitges (Barcelona) en 2018. Ahora, la narcoabogada Tania Varela tendrá que pasar casi dos años más en prisión al confirmar el Tribunal Supremo la condena por blanqueo que le impuso la Audiencia de Pontevedra, el juicio que dejó pendiente antes de escapar.
En fallo difundido este miércoles desestima el recurso de Tania Varela contra la ...
Se fugó en 2013 al ser condenada a siete años de cárcel por tráfico de drogas, junto a su expareja y cliente David Pérez Lago, hijastro de Laureano Oubiña, hasta que fue detenida en Sitges (Barcelona) en 2018. Ahora, la narcoabogada Tania Varela tendrá que pasar casi dos años más en prisión al confirmar el Tribunal Supremo la condena por blanqueo que le impuso la Audiencia de Pontevedra, el juicio que dejó pendiente antes de escapar.
En fallo difundido este miércoles desestima el recurso de Tania Varela contra la sentencia condenatoria del 11 de abril de 2019. La Audiencia aplicó al caso la atenuante muy cualificada de dilaciones indebidas y acordó el comiso del dinero utilizado por la acusada a través de la sociedad inmobiliaria Promociones Rialto que ella constituyó. El Supremo rechaza de plano la versión que la acusada dio en su defensa al tribunal asegurando que no había realizado ninguna inversión con dinero procedente del narcotráfico, en contra del relato de hechos probados de la sentencia.
“La narración histórica refleja los requisitos que justifican la condena por delito de blanqueo de capitales, esto es: una actividad delictiva previa idónea para generar ganancias o bienes; las operaciones realizadas con esos bienes con la finalidad de ocultar su origen y aflorarlos en el mercado lícito”, sostiene el Supremo. Subraya también que la acusada se enriqueció con el producto de la venta de sustancias estupefacientes y llevó a cabo durante los años 2005 y 2006 operaciones con la “finalidad de dar entrada en el tráfico mercantil lícito al dinero ilícito procedente del narcotráfico”.
El Supremo también desestima la nulidad de la intervención de su teléfono, que Varela planteó apelando a la vulneración del principio de inviolabilidad de las comunicaciones entre abogados y clientes al ser la línea que utilizaba para ejercer su profesión. El tribunal precisa que de la intervención de su teléfono móvil no se recogió ninguna conversación relacionada con la actividad letrada de la acusada que pudiera haber quebrantado es confidencialidad. “Menos aún que tales conversaciones hayan sido utilizadas como prueba de cargo para la condena que se impugna”, incide el Supremo.
Tania Varela fue directora del Centro de Información de la Mujer en el Ayuntamiento de Cambados hasta que en 2004 conoció a David Pérez Lago y pasó a ser su abogada de referencia, pareja sentimental y luego cómplice en una operación de cocaína en 2006. El 6 julio de 2011 la Audiencia Nacional la condenó por formar parte de una organización, liderada por su expareja, que en apenas un mes había introducido a través de las costas gallegas dos alijos de cocaína, uno de 2.000 kilos y días después, otro de 1.700. En esta segunda descarga que tuvo lugar en la ría de Corme (A Coruña), Varela y Lago fueron capturados por la policía. Fue entonces cuando comenzó la guerra entre ambos que acabó en ruptura.
A Varela le cayeron siete años de prisión y una multa de 318 millones de euros por tráfico de cocaína, condena que no cumplió y optó por fugarse a raíz del asesinato en 2008 en Madrid del que entonces era su pareja, el abogado Alfonso Díaz Moñux. La abogada dejó plantado al tribunal que juzgó a los sicarios que descerrajaron varios tiros contra Moñux, pese a ser la principal testigo de cargo del juicio porque iba de copiloto del abogado en el momento del crimen. Acabó por convertirse en la fugitiva española más buscada por Interpol.