La celebración del Dos de Mayo como colofón de la campaña electoral dispara la tensión entre los partidos
Díaz Ayuso decide que Telemadrid no produzca la retransmisión del acto institucional y la oposición cree que eso es una maniobra para que la presidenta acapare todos los focos
Isabel Díaz Ayuso tendrá el final de campaña soñado: los madrileños la verán rodeada por la púrpura de la presidencia a dos días de la votación del 4-M, porque el 2 de mayo encabezará la celebración del día de la comunidad en la Real Casa de Correos. La ceremonia será el último gran escaparate electoral camino de las urnas. Todos los líderes políticos están convocados. La alfombra roja está lista. Y un proyecto valorado en 51....
Isabel Díaz Ayuso tendrá el final de campaña soñado: los madrileños la verán rodeada por la púrpura de la presidencia a dos días de la votación del 4-M, porque el 2 de mayo encabezará la celebración del día de la comunidad en la Real Casa de Correos. La ceremonia será el último gran escaparate electoral camino de las urnas. Todos los líderes políticos están convocados. La alfombra roja está lista. Y un proyecto valorado en 51.026,93 euros garantizará que todo brille con una escenografía a medida. Que el acto favorezca a la candidata del PP ha disparado la tensión entre los partidos, que prevén el excesivo protagonismo de Ayuso en la celebración, una “burbuja presidencial”, según el PSOE, y un “abuso de las instituciones”, en definición de Más Madrid.
“Si soy presidente, las medallas del Dos de Mayo las daremos todos los representantes políticos, no solo el presidente”, prometió el miércoles Ángel Gabilondo, el candidato socialista, al reparar en que Díaz Ayuso acumulará una foto tras otra durante la jornada. “Es el día de todos los madrileños. No puede ser una burbuja presidencial”, reclamó, para concluir: “Hay que reconocer al oponente”.
La de Gabilondo no fue una voz solitaria en la queja, sino que se integró en un coro lleno de lamentos. Que el Gobierno regional haya decidido prescindir de Telemadrid para elaborar la señal de la ceremonia, controlando la producción de las imágenes a través de la dirección general de medios, solo aumentó las suspicacias de la oposición.
Una fuente de Más Madrid lamentó: “Es el broche de oro a una campaña de la señora Ayuso marcada por dos cosas: el uso abusivo de las instituciones para hacer propaganda [la junta electoral ha tenido que amonestar hasta tres veces a Ayuso por incumplir la ley] y el desprecio a la televisión pública que viene ya de lejos”. Y añadió: “Le pedimos a la presidenta que rectifique su decisión, que deje de confundir su papel de presidenta y candidata, y que termine su mandato mostrando un mínimo respeto a la televisión de los madrileños”.
Isabel Serra, de Podemos, partido que no ha confirmado si Pablo Iglesias acudirá a la ceremonia, cuestionó cómo “entiende todo Díaz Ayuso: propaganda y desprecio a lo público, ahora a la televisión pública, que como no controla, tiene que acabar con ella”. Y criticó que “en lugar de utilizar, en estos momentos tan duros, fechas señaladas para que los protagonistas sean los trabajadores públicos de Madrid, [la presidenta regional] todo lo utiliza en clave de campaña”. “Como si fuera suyo”, subrayó Serra.
La representante de IU Vanessa Lillo indicó que su formación teme que la externalización de la producción y retransmisión de los actos “signifique que el Gobierno de Ayuso pretenda convertir la celebración en un acto de propaganda”. “Cosa a la que nos tiene acostumbrados”, se quejó.
Ciudadanos, antiguo socio de Díaz Ayuso en el Gobierno, se expresó en la misma línea. “Confiamos en que se respete el carácter institucional del acto”, aseguraron en el partido. “No entendemos la razón de por qué Ayuso ha decidido prescindir, por primera vez en la historia, de la televisión pública de todos los madrileños para cubrir los actos”, añadieron. “Lamentamos la obsesión de la candidata del PP con Telemadrid y la instamos a que rectifique”.
Los expresidentes Cristina Cifuentes y Ángel Garrido serán homenajeados en la ceremonia. Un acto cargado de simbolismo: Díaz Ayuso haciendo de puente entre el PP renovador que no cuajó y el Ciudadanos que fracasó (al menos hasta ahora) en el intento de reemplazarle como referente del centroderecha. Será el mejor resumen de la campaña de la dirigente conservadora, que busca convencer a los electores de que es posible unir en su papeleta intereses tan dispares como los que representan PP, Cs y Vox.
“Los actos que se celebran el 2 de mayo son estrictamente institucionales, siempre lo han sido, y, si me apuran, con mayor motivo en esta ocasión”, defendió el miércoles Javier Fernández-Lasquetty, el consejero de Hacienda, que ejerció de portavoz gubernamental al estar el titular, Enrique Ossorio, de cuarentena por contacto estrecho con un infectado de covid. “El Gobierno y la presidenta no tienen ninguna otra intención que cumplir la obligación de representar a todos los madrileños”. Y advirtió: “Lo que no puede Isabel Díaz Ayuso es dejar de ser presidenta el 2 de mayo, y como tal actuará, no como candidata”.
La ceremonia celebra el levantamiento del pueblo de Madrid frente a los invasores franceses. Este año, sin embargo, el enfrentamiento no se conjuga en pasado, sino en presente: el 4-M hay elecciones.
Con información de Manuel Viejo, Elsa García de Blas y Paula Chouza.
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