Feijóo funde la campaña catalana con la europea, inquieto por el movimiento de Sánchez

El PP asume que no será decisivo en Cataluña, aunque espera cuadruplicar sus tres escaños, y centra su mensaje en el antisanchismo orillando la amnistía

El presidente del PP, Alberto Núñez Feijóo (en el centro) junto al candidato a la presidencia de la Generalitat Alejandro Fernández (izquierda) durante un mitin-butifarrada este sábado en Badalona.Enric Fontcuberta (EFE)

Cataluña suele ser un terreno minado para Alberto Núñez Feijóo. El líder del PP colecciona deslices y vaivenes sobre política catalana, como los que no pudo evitar cometer nada más poner un pie el viernes en Figueres (Girona). Frente a la fachada surrealista coronada por huevos gigantes del Teatro-Museo Dalí, Feijóo se enredó con los apellidos catalanes de su candidata a las europeas, ...

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Cataluña suele ser un terreno minado para Alberto Núñez Feijóo. El líder del PP colecciona deslices y vaivenes sobre política catalana, como los que no pudo evitar cometer nada más poner un pie el viernes en Figueres (Girona). Frente a la fachada surrealista coronada por huevos gigantes del Teatro-Museo Dalí, Feijóo se enredó con los apellidos catalanes de su candidata a las europeas, Dolors Montserrat, a quien confirmó ese día como cabeza de lista. “Tengo el honor de presentar a una catalana hasta la médula, catalana triple porque es Dolors Montserrat Montserrat”, dijo Feijóo, y rápidamente se le echaron encima sus rivales de Ciudadanos para recordarle que los apellidos catalanes también son los Martínez o los Fernández.

Pese al traspié, el líder del PP logró el foco para lanzar a su candidata para las europeas en plena campaña catalana, como hará también la semana próxima presentando la lista completa para Bruselas en Barcelona. Génova ha diseñado una simbiosis de ambas campañas consciente de que el PP no será decisivo en Cataluña y de que la partida importante para Feijóo se juega en las europeas del 9 de junio, donde el jefe de los conservadores necesita ganar con contundencia a Pedro Sánchez. El problema es que el amago de dimisión del presidente ha agitado el tablero. El PP está inquieto porque ha detectado en sus encuestas que el movimiento del socialista, con sus cinco días de reflexión, ha movilizado a los progresistas. Además, estos se están aglutinando en torno al PSC, que puede comerse a los Comuns y pescar de ERC.

Génova se ha activado para tratar de cortocircuitar el impacto de la decisión de Sánchez, que si en las catalanas no es tan preocupante para el PP —el partido aguanta bien como líder del bloque de la derecha, y es muy difícil que el PSC pueda gobernar por los vetos cruzados en las alianzas— en las europeas sí puede ser muy peligroso para sus intereses. Cataluña, en todo caso, siempre son arenas movedizas para el PP.

El viernes por la tarde, en un mitin en Mataró, Feijóo volvió a enredarse con los idiomas. El jefe de la oposición reivindicaba que el PP es un partido que vertebra el país cuando dijo: “Si hablamos gallego, hablamos catalán, hablamos valenciano y hablamos andaluz, en el caso de que lo consideremos también un idioma con acento propio, hablamos todas las lenguas de España”. Las redes sociales reaccionaron rápido viralizando la “novedad lingüística” que el líder del PP había planteado sobre el tratamiento del castellano con acento andaluz.

Pero la referencia al andaluz no era casual. El líder del PP conoce el peso de los inmigrantes de esa comunidad en Cataluña y quiso hacerles un guiño, aunque no terminó de aterrizarlo bien. Feijóo, igual que ha hecho Sánchez, ha visitado la Feria de Abril que se celebra estos días en Barcelona, donde el PP ha recuperado la caseta propia por primera vez en la última década. Según sus trackings internos, podrían alcanzar hasta 14 escaños, cuadruplicando los tres actuales.

La recuperación que espera el PP es importante, pero todavía no le servirá para salir de la irrelevancia en la política catalana. Los populares asumen que no serán decisivos y creen que en realidad Cataluña está abocada a una repetición electoral. Así que la campaña europea puede cabalgar sobre la catalana, donde Feijóo no se juega tanto. La importante es la que va detrás.

En Mataró, el líder del PP se afanó por presentar un tándem en el que deposita sus esperanzas para este ciclo electoral. “Me siento muy orgulloso de dos catalanes”, dijo. El primero que citó —pese a que todo el partido sabe que quiso destituirlo como candidato, aunque renunció para evitar un conflicto— fue Alejandro Fernández, “la garantía”, dijo, “de que tenemos un compromiso con la verdad en Cataluña”. En su compromiso con la verdad, citando a Feijóo, el líder del PP catalán hizo público su enfrentamiento con Génova por los contactos de la dirección con Junts, que Fernández siempre rechazó de plano. Aquello casi le cuesta el puesto. En campaña, el candidato popular lo resuelve diciendo que “el PP no es una secta” y admite opiniones plurales. Por esos precedentes, la dirección nacional controla su estrategia a través de Dolors Montserrat, a su vez la cabeza de lista para las elecciones europeas y la segunda catalana a la que citó Feijóo en Mataró, “una persona”, apuntó, “que no se ha callado en la Unión Europea y que ha llevado allí el acento catalán que tiene en cualquier idioma”.

Los populares están preocupados por los efectos que pueda tener el amago de dimisión de Sánchez. Según un alto dirigente del partido, el líder socialista, con su movimiento, ha “nacionalizado la campaña catalana”. La inquietud recorre al PP más allá de Cataluña. “Sánchez ha cambiado el escenario. No podemos ceder ni un milímetro para evitar que imponga su relato”, advierte un dirigente de peso del PP madrileño. “La clave para Feijóo es movilizar a los nuestros”, advierten en el PP.

Feijóo tiene que buscar cómo movilizar a la derecha en la misma medida. Y no es fácil. La última semana de campaña, la presidenta madrileña, Isabel Díaz Ayuso, desembarcará en Cataluña con ese propósito. Mientras, la respuesta del líder del PP es una vuelta de tuerca de dureza en su discurso. Este sábado, en Badalona, sostuvo que, bajo el Gobierno de Sánchez, España es un “sucedáneo de democracia” y acusó al PSC de ser “separatista”. Casi a la misma hora, el presidente del Gobierno compartía mitin con Salvador Illa en Montmeló (Barcelona), cargando contra los líderes del PP y Vox.

El eje del discurso del PP pivota sobre el antisanchismo y, de forma llamativa, orilla la amnistía a los implicados en el procés contra la que los populares han centrado toda su batalla en Madrid. Como admiten fuentes del PP catalán, la amnistía no es el eje de su mensaje porque la mayoría de los catalanes prefiere pasar página incluso con un perdón a los independentistas. Feijóo prefiere centrar el tiro en Sánchez mirando ya a la batalla europea.

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