Aragonès apoya a los Mossos y pospone el debate sobre el cambio de modelo policial
El presidente en funciones de la Generalitat asegura que el saqueo de comercios no es libertad de expresión ni de manifestación
Las críticas de la oposición y el sector económico por la tibieza de la Govern ante la deriva vandálica de las protestas de la última semana obligaron ayer a Pere Aragonès a defender al Ejecutivo en funciones que lidera. “El saqueo, la quema de mobiliario urbano o el enfrentamiento con los trabajadores públicos no son ni libertad de expresión ni de manifestación”, dijo. El líder de ERC pidió confiar en los Mossos y abogó para que el debate sobre el modelo policial sea en el Parlament y no ...
Las críticas de la oposición y el sector económico por la tibieza de la Govern ante la deriva vandálica de las protestas de la última semana obligaron ayer a Pere Aragonès a defender al Ejecutivo en funciones que lidera. “El saqueo, la quema de mobiliario urbano o el enfrentamiento con los trabajadores públicos no son ni libertad de expresión ni de manifestación”, dijo. El líder de ERC pidió confiar en los Mossos y abogó para que el debate sobre el modelo policial sea en el Parlament y no materia de la negociación para la investidura, como exige la CUP.
Ni la lluvia de este lunes frenó la séptima noche de protestas, que esta vez se desplazaron al Arc del Triomf, cerca del Parlament. Aragonès, que el fin de semana no tuvo agenda pública, intentó el equilibrio entre un mensaje de apoyo a los Mossos, rechazar la violencia, mostrar simpatía por la protesta y, además, no añadir más dificultades a las negociaciones para formar un Ejecutivo independentista en el Govern que están siendo aún más complicadas de lo esperado.
“Estoy convencido de que los que defienden la libertad deHasél [condenado a prisión por enaltecimiento al terrorismo a raíz de unos tuits] no tienen nada que ver con estas personas que utilizan la movilización para cometer actos de naturaleza diferente”, opinó el lider de ERC.
La comparecencia fue el colofón del viraje en el discurso de la Generalitat sobre las protestas. La simpatía inicial por otra “víctima de la represión” se vio desbordada por los saqueos en decenas de tiendas del centro, algunas de lujo pero muchas también de comercio local y más de 100 detenidos. Aragonès aceptó el lunes que la imagen de la ciudad estaba tocada y hunde más al comercio, uno de los sectores más afectados por las restricciones de la pandemia. Pidió confianza en los Mossos y sus operativos para garantizar tanto la seguridad como el derecho a la protesta.
PSC, Cs y PP y Foment del Treball, la patronal catalana, habían coincidido en criticar la “desaparición” del Govern ante la crisis. Aragonès negó la mayor y defendió que había coordinación con “las autoridades locales” —sin precisar— y con líderes económicos, a quienes también pidió reflexionar sobre la precariedad y desigualdad como causas del “malestar social” . El consejero de Interior, Miquel Sàmper, era el encargado de dar las explicaciones pertinentes durante el fin de semana, dijo Aragonès. Incluso evitó desautorizarlo cuando se le recordó que había dicho que las protestas ya eran “puro vandalismo”.
Las palabras de Aragonès estaban especialmente medidas para dar un espaldarazo a los Mossos pero sin desatender la demanda de varios partidos, incluido el suyo, de revisar a fondo el modelo de seguridad. Se trata de un tema complejo y que seguramente igual se abordaría en la nueva legislatura pero que centró de nuevo el debate después de que, el pasado martes, una joven de 19 años perdiera un ojo en una de las manifestaciones. Se investiga si fue por una bala de foam lanzada por los Mossos.
La CUP, cuyos votos son indispensables para reeditar el actual Govern, apostó por incluir dentro de las negociaciones para la investidura el debate sobre el modelo policial. La portavoz del PSC, Eva Granados, calificó de muy grave “la instrumentalización” de ese debate. Los anticapitalistas ya han pedido en dos ocasiones la dimisión de Sámper y piden eliminar la unidad de antisturbios.
Un posicionamiento muy radical de Aragonès contra los Mossos alejaría a los anticapitalistas, que de momento no ven posible entrar al Govern aunque sí estar en la mesa del futuro Parlament. El silencio ya había colmado la paciencia de unos comerciantes frustrados ante lo que considera una actitud “irresponsable”. Durante la mañana del lunes, los portavoces de ERC, Junts y los comunes abogaron por separar el debate policial de la investidura. “Eso no es un trabajo de 15 días”, resumió Elsa Artadi (Junts).
Aragonès logró entonces tener el terreno abonado para defender que sea el Parlament el que debata y decida “con serenidad” sobre los Mossos. La CUP no quiere hablar de “líneas rojas” en la negociación pero ahora se ha quedado sola con su propuesta de máximos. ERC y los comunes se reunieron este lunes para estudiar un posible acuerdo, pero los de Jéssica Albiach insisten en que su fórmula es el pacto de izquierdas con el PSC y rechazan a Junts. El Parlament se debe constituir el 12 de marzo.
El PSC reclama la presidencia del Parlament
El Partit dels Socialistes (PSC) considera lógico que la fuerza más votada en las elecciones autonómicas tenga el derecho a presidir el Parlament. “Nosotros vamos a todas, a que Salvador Illa sea el presidente de la Generaitat y entendemos que es lógico que la presidencia de la Cámara catalana se avenga con los resultados”, explicó este lunes Eva Granados, la portavoz del grupo socialista. Añadió que este jueves se reunirá por primera vez el grupo parlamentario de los socialistas que acordará a qué personas propone para la presidencia de la cámara catalana y para la Mesa del Parlament: “Todavía no hemos entrado en la etapa de los nombres”, subrayó.