Marta Pascal: “Queremos llevar el nacionalismo útil al Parlament”
La candidata del Partit Nacionalista de Catalunya afirma que el proyecto de su formación es una carrera de fondo
No tienen casi opciones de entrar en el Parlament, según las encuestas, pero eso no arredra a Marta Pascal, de 38 años, de Vic, exsenadora y exlíder del PDeCAT en la campaña del Partit Nacionalista de Catalunya (PNC), la formación que lidera y que nació en junio en plena pandemia. Su diagnóstico es que hay un “montón” de listas independentistas en esta 14-F pero ninguna encarna, dice, un proyecto como el suyo: “Es un partido nacionalista,...
No tienen casi opciones de entrar en el Parlament, según las encuestas, pero eso no arredra a Marta Pascal, de 38 años, de Vic, exsenadora y exlíder del PDeCAT en la campaña del Partit Nacionalista de Catalunya (PNC), la formación que lidera y que nació en junio en plena pandemia. Su diagnóstico es que hay un “montón” de listas independentistas en esta 14-F pero ninguna encarna, dice, un proyecto como el suyo: “Es un partido nacionalista, pragmático, útil y que pasa página de si eres o no independentista. Queremos estar en el Parlament: no solo ahora sino en el futuro”.
Con un millar de militantes, siete ediles y candidaturas en las cuatro demarcaciones —tres encabezadas por exconvergentes—, Pascal, secretaria general, dice que estas elecciones son un primer paso. “El espacio que reivindicamos está huérfano y lo hemos empezado a construir”, explica para avisar de que la suya es una carrera de fondo. Tras dejar hace un año el Senado y romper con Junts —”Es una distorsión entender la política desde el 1-O”— Pascal admite que la aventura es “arriesgada” y por ello se ha prestado a un corte de pelo radical como metáfora de la nueva etapa. “Me lo pidieron mis compañeros, pensé que era una broma”, dice.
Inspirado en el PNV, la formación pasa por ser un partido nacionalista y catalanista que defiende el referéndum pactado —”Somos una nación”— y un concierto económico basado en una cesión por parte del Gobierno del IRPF y del IVA a la agencia tributaria catalana “No se necesitan cambios jurídicos”, dice Pascal en la sede del partido en Bori i Fontestà, en Barcelona. Y muestra su admiración por el PNV: “Todos los gobiernos, sean del PSOE o el PP, le pagan por adelantado”.
De la mano de la entidad El País de Demà, nacida en Poblet en 2019 y que reunió a políticos exconvergentes y exsocialistas desencantados, empresarios y profesionales liberales, el PNC sondeó alianzas electorales con Units y el PDeCAT. Los intentos naufragaron. Pascal revela que Albert Batlle, de Units, quería ser cabeza de lista sin romper con el PSC ni dejar su cargo de teniente de alcalde en Barcelona; y que el PDeCAT primero le pidió su “cabeza” —”Hubiera dado un paso atrás”— y luego rompió al sostener que el PNC es demasiado “autonomista” y no independentista.
Y no lo es. El partido no se define así aunque la exsenadora aclara que ella votaría “sí” en un referéndum. “Yo no renuncio pero estoy dispuesta a esperar. El corazón lo mueve cada uno pero se trata de un proyecto colectivo. Hay una frase de Aitor Esteban [portavoz del PNV] que me encanta: ‘Soy independentista pero no tonto”, cuenta Pascal. Ha reflexionado mucho y dice que se equivocó el 6 y el 7 de septiembre de 2017 cuando no se plantó al votar en el Parlament a favor de las leyes de desconexión. Y hace un ruego: pide la libertad de los líderes en prisión para normalizar la política.
Licenciada en Ciencias Políticas e Historia, da clases en la universidad y está haciendo campaña reivindicando una relación bilateral. “Un país que aporta el 25% del PIB y suma el 20% de la población es algo diferente al resto”, afirma clamando contra la falta de inversión del Estado. Su estrategia evoca al genuino peix al cove de Pujol. “No sé si eso. Ahora se llama política útil y nosotros le llamamos buena política”, afirma aclarando que no votaría una investidura de Junts por apoyar la confrontación; a una de ERC le impondría las condiciones de renunciar a la desobediencia y a subir impuestos; su rechazo a un Govern con la CUP es total y al PSC le pediría el concierto económico.