Se buscan ‘albañilas’, pintoras y fontaneras para formar cuadrilla
Una empresa de la construcción convoca a mujeres para un proyecto en Alicante. A pie de obra, la presencia femenina es apenas del 0,8% en España
Una trabajadora del sector de la construcción decidió responder directamente a Tony Sotelo, director ejecutivo (CEO) de la empresa Carmon Inversores, que había puesto un anuncio en el que buscaban trabajadoras para una obra en Almoradí (Alicante, 21.874 habitantes). Junto a su currículo, contó que era albañila, hija de albañil, y que también había completado un curso de soldadora....
Una trabajadora del sector de la construcción decidió responder directamente a Tony Sotelo, director ejecutivo (CEO) de la empresa Carmon Inversores, que había puesto un anuncio en el que buscaban trabajadoras para una obra en Almoradí (Alicante, 21.874 habitantes). Junto a su currículo, contó que era albañila, hija de albañil, y que también había completado un curso de soldadora. Pero que, como era mujer, no le resultaba fácil sumarse a ninguna cuadrilla y que solo había podido trabajar con su padre. “Nunca nos había llegado el currículo de ninguna chica”, asegura Sotelo, “así que decidimos lanzar una convocatoria específica para mujeres”, idéntica a otra dirigida a hombres, “y, de momento, ya nos han contestado tres”.
La propuesta, colgada en una web especializada en ofertas laborales, es directa. Carmon busca albañilas –término recomendado por la Fundación de Español Urgente (Fundéu) que aún no tiene entrada en el diccionario de la RAE- pintoras y fontaneras para emprender su último proyecto, la rehabilitación de 124 apartamentos en Almoradí, municipio alicantino de la comarca de la Vega Baja que cuenta con una potente industria del mueble. “Nos resulta muy complicado conseguir personal, en general”, señala Sotelo. Para esta obra, “hemos contratado a 12 personas”, todos hombres, “y necesitaríamos otras 12 más”. Por este motivo decidieron llamar la atención con su propuesta destinada a las profesionales del sector. La empresa ya ha finalizado proyectos similares en localidades como Escalona, Segurilla (Toledo) o Trijueque (Guadalajara). Y en ninguno de ellos ha participado una mujer a pie de obra.
Carmon se dedica al flipping building, una modalidad de la construcción que consiste en rehabilitar edificios enteros que se construyeron durante el bum del ladrillo y que fueron abandonados sin vender tras el estallido de la burbuja de 2008. “Trabajamos en inmuebles en los que no se puede vivir porque no tienen cédula de habitabilidad, no hay luz ni agua, están cerrados y generalmente han sido asaltados para llevarse el cobre y el cableado”, explica el directivo. Financiados por un grupo de inversores, los reparan, los acaban, los amueblan y los decoran. En el caso de Almoradí, han invertido 5 millones para completar 124 apartamentos de una, dos o tres habitaciones que saldrán a la venta por unos 80.000 euros de media.
Pero, según Sotelo, ni en esta modalidad ni en ninguna otra del sector es fácil completar una cuadrilla. “Tras la burbuja, la gente con experiencia se pasó a otros sectores, como la industria o la agricultura, y 20 años después no han vuelto”. Eran “los que tenían que transmitir el oficio enseñándoselo a los jóvenes”, pero no están. Y se ha creado “un vacío generacional”. Que, en el caso de las mujeres, es casi un agujero negro. Según los datos recopilados por la Fundación Laboral de la Construcción, que agrupa a patronal y sindicatos, en 2023 el porcentaje en España de mujeres ocupadas en oficios a pie de obra, es decir, albañilas, pintoras, encofradoras, operarias de maquinaria y jornaleras, es de un 7,3%. Un ínfimo 0,8% del total de las plantillas de este ramo.
El mismo estudio refleja que en el total nacional, hay 154.837 mujeres afiliadas a la Seguridad Social en el sector de la construcción, 7.500 más que en 2022. El incremento es del 5,2%, más acentuado que el de los hombres (3,7%) en el mismo ámbito e incluso mayor que el de las mujeres en el conjunto laboral (3,5%). El perfil medio es el de una mujer de 43 años, española y con estudios superiores. La alta cualificación académica da la medida de los puestos que acaparan: administrativas, contables, arquitectas, arquitectas técnicas e ingenieras. Sin embargo, en el ámbito de los oficios, son prácticamente invisibles. “Apenas existe presencia femenina a pie de obra”, dice el informe.
A partir de los datos de la Encuesta de Población Activa (EPA), el estudio realizado por la Fundación establece que cuatro comunidades autónomas concentran casi el 60% de las trabajadoras de la construcción en España. Madrid, con un 18,2% encabeza la lista, seguida por Andalucía (14,9%), Cataluña (12,8%) y Comunidad Valenciana (12,2%). Sin embargo, en el reparto de empleos del sector, es en el País Vasco donde las mujeres copan más puestos (13,9%), seguida de Aragón (12,8%), Madrid (11,5%) y Murcia (11,1%). En esta última región es donde más ha crecido la presencia femenina en el último año, con un aumento de un 71,9%. En el otro lado de la clasificación, Baleares es la comunidad en la que más ha disminuido la presencia de mujeres (-26,8%).