Karla Sofía Gascón, mucho más que una actriz: “Si de algo puedo servir es para que se respete a otras personas”
La actriz española, primera mujer trans en recibir el premio a la mejor interpretación femenina en Cannes, emociona con su testimonio, naturalidad y humor en un coloquio en Valencia
Karla Sofía Gascón está instalada en una nube. Desayuna con Cate Blanchet, habla con George Lucas, saluda a Pedro Almodóvar, estuvo con Bad Bunny el otro día. Hasta el pasado mes de mayo eran inalcanzables, ahora todos la quieren. Incluso aquella celebridad que “jamás se dignó” a dirigirle una palabra en un rodaje. “Noto que tengo muchos amigos nuevos”, comenta con la ironía y la experiencia de quien ya ha “llorad...
Karla Sofía Gascón está instalada en una nube. Desayuna con Cate Blanchet, habla con George Lucas, saluda a Pedro Almodóvar, estuvo con Bad Bunny el otro día. Hasta el pasado mes de mayo eran inalcanzables, ahora todos la quieren. Incluso aquella celebridad que “jamás se dignó” a dirigirle una palabra en un rodaje. “Noto que tengo muchos amigos nuevos”, comenta con la ironía y la experiencia de quien ya ha “llorado suficiente en la vida”. La llaman, la reclaman, la condecora la ministra francesa de Cultura... Es su momento. Cuando más cerca ha estado de las estrellas. Se nota que lo está disfrutando. Y sin embargo, también se mantiene pegada a la tierra, a una realidad que trasciende su condición de actriz y que la lleva a que una espectadora, con una novia trans, la abrazara hace unos días “temblando” para agradecer “todo lo que estaba haciendo”.
La diferencia entre el antes y el ahora es que la actriz española de 52 años ha hecho historia, al ser la primera mujer trans en ganar el premio a la mejor interpretación femenina en la última edición del festival de Cannes (junto a sus compañeras de reparto, Adriana Paz, Zoe Saldana y Selena Gómez) por la película Emilia Pérez, dirigida por Jacques Audiard. “Si de algo puedo servir es para que se respete a otras personas. Con una sola persona que no eche a su hijo de casa porque me haya visto y piense que podemos ser válidas en esta sociedad, me doy por feliz”, afirma Gascón, antes de que se le quiebre la voz por la emoción.
Parece inevitable entonces que el público asistente al coloquio, celebrado este lunes en el Campus de Verano que organiza la Academia de Cine en Valencia, rompa a aplaudir, como sucederá en varias ocasiones. Con los actores y actrices nunca se sabe, pero Karla Sofía Gascón irradia naturalidad y sinceridad. Resulta divertida e intensa, ligera y profunda. Igual relata con humor cómo aprovechó sus estudios de electrónica en San Fernando de Henares para construirse una espada láser y emular a sus héroes de Star Wars, que explica la importancia de ser vista como un referente: “Me veo con una responsabilidad muy grande, no solo como intérprete sino como lo que represento en este momento. No elegido, pero adquirido con mucho cariño y mucho amor”.
La actriz se hizo un nombre en México con taquillazos como Nosotros los nobles (2013), tras participar en España en series como El súper o El pasado es mañana o películas como La caja 507, de Enrique Urbizu. Transicionó como mujer en 2018 y siguió cosechando éxitos en el país norteamericano hasta que la llamada del director francés para interpretar al despiadado jefe de un cartel mexicano del narcotráfico que solo quiere proteger a su familia y ser la mujer que siempre se sintió ha traspasado fronteras. Reside en su población natal, Alcobendas, y tiene una esposa y una hija.
“Llevo luchando contra esto desde que salí en un teatro en 2018 presentando mi libro y nadie sabía cómo iba a salir y fue un momento muy especial. Desde ese momento ha habido una especie de lucha entre personas que te adoran y te apoyan y personas que te odian solamente por existir, no solo desde cierto tipo de prensa, también desde las redes sociales. Una cosa es la libertad de expresión y otra utilizarlas para masacrar a las personas. Conmigo no lo han conseguido, pero con muchas personas lo consiguen y es muy peligroso. Hay personas que se suicidan o que matan a otras porque creen que es verdad lo que se dice. Y no es una cosa política, sino de derechos humanos, nadie tiene derecho a decirnos que valemos menos que los demás”, destacó en la tercera edición del campus. Este encuentro de creadores pone el foco en la inclusión y la diversidad y en su seno se desarrollan ocho proyectos audiovisuales preseleccionados. Netflix colabora en la iniciativa de la Academia de Cine y el Ayuntamiento de Valencia también aporta financiación. El coloquio tuvo lugar en el Caixaforum de Valencia, dirigido por la periodista Lucía Márquez.
“Ahora tengo una libertad maravillosa no solo a la hora de trabajar, sino a la hora de enfrentarme a la vida”, sostiene la actriz. Eso de mirar arrobada a una estrella o a un director consagrado y adoptar una actitud gregaria, pasiva, no va con ella. Ni ahora ni antes. “Como se dice en México, tú no eres monedita de oro para caerle bien a todos. Cuando entiendes eso puedes empezar a trabajar a bien”. Ha cambiado su opinión y ahora es partidaria de las cuotas para que la sociedad se vaya acercando a la igualdad.
Sobre el debate acerca de que los personajes que representan a minorías sean interpretados por personas que pertenecen a estas minorías, señala: “Al principio no me gustaba y acabé entendiendo que es de las pocas maneras que hay para que todos nos vayamos incorporando a la sociedad. Como actriz me gusta tener acceso a cualquier tipo de personaje y que no me limiten por mi condición. Cuando me dicen que los personajes trans los tienen que interpretar personas trans, sí, pero por este factor de incorporar, no porque no haya talento actoral para que sea de otro modo”.
A ella le gustaría interpretar a una tortuga ninja, ”pegar a Tom Cruise” o un personaje antagonista de una película de acción a lo James Bond, porque prefiere no meterse “nada más salir de este personaje en otro que me tenga que meter otra vez en la oscuridad”. “Me lo pasaría bomba, y si yo lo digo es porque puede suceder”, agrega, empoderada, tocando las estrellas.