Mónica Oltra, un contrapeso a Yolanda Díaz
La líder valencianista puede ser una vía de diálogo con Podemos
Mónica Oltra podría ser un activo para relanzar el espacio a la izquierda del PSOE, si decide regresar a la arena política. Ese conglomerado atraviesa una crisis ideológica y organizativa, que dio síntomas en las elecciones autonómicas y municipales del 28 de mayo de 2023, luego en Galicia, y previsiblemente lo hará en Euskadi. Un perfil como la líder valencianista puede actuar de contrapeso ante las carencias del liderazgo de Yolanda Díaz: aportando la visión de la periferia española, tendiendo puentes en la pugna frente a Podemos.
Primero, porque Sumar va camino de ser una plataforma ...
Mónica Oltra podría ser un activo para relanzar el espacio a la izquierda del PSOE, si decide regresar a la arena política. Ese conglomerado atraviesa una crisis ideológica y organizativa, que dio síntomas en las elecciones autonómicas y municipales del 28 de mayo de 2023, luego en Galicia, y previsiblemente lo hará en Euskadi. Un perfil como la líder valencianista puede actuar de contrapeso ante las carencias del liderazgo de Yolanda Díaz: aportando la visión de la periferia española, tendiendo puentes en la pugna frente a Podemos.
Primero, porque Sumar va camino de ser una plataforma de mirada demasiado centralista. A fin de cuentas, el partido de Díaz no existe más allá de la tracción motora de las confluencias que lo integran desde la Comunidad Valenciana, Cataluña, Madrid, o en algunas zonas de Andalucía. Por eso, es paradójico que sus líderes más visibles pivoten sobre la facción madrileña, como en el caso de la ministra Mónica García o el portavoz Íñigo Errejón, ahora que Ada Colau ha perdido su poder en la alcaldía de Barcelona. Díaz tampoco tiene arraigo por sí misma en otras comunidades periféricas: su implicación en las elecciones gallegas no sirvió para frenar la debacle de ese espacio ni en 2020 ni en 2024. En cambio, Oltra puede aportar cierto equilibrio territorial en debates como la financiación autonómica, las infraestructuras, o demás lógicas regionalistas, mediante una mirada alejada de la capital de España. E incluso, actuar como un revulsivo para un Compromís que sigue todavía huérfano de liderazgo, tras su salida de la política en 2022.
Segundo, Oltra puede ser una vía de diálogo con Podemos. A la vista está el apoyo que le han brindado las exministras Ione Belarra, Irene Montero o Pablo Iglesias ante su proceso judicial. En cambio, la relación entre Díaz y Podemos no pasa por el mejor momento: la vicepresidenta quedó desautorizada con la marcha de los segundos al Grupo Mixto. No son pocas las voces que creen que si Oltra hubiese estado en activo, la crisis entre Sumar y Podemos habría encontrado un cauce menos exabrupto.
Tercero, la líder valencianista se ha convertido en un símbolo. Tuvo que dimitir por su imputación en una causa donde la asociación Gobierna-te y Vox ejercieron de acusación popular. Que esta haya sido archivada conecta con la pulsión más combativa del espacio a la izquierda del PSOE, visto el uso que varios altavoces de la derecha le han dado políticamente al tema, en estos años. Ello contrasta con la figura de Díaz, quien ha dado a veces la impresión de ponerse de perfil ante casos de judicialización relativos a la política, frente a un Podemos que siempre defendió esa bandera con uñas y dientes.
A la postre, decidir sobre si Oltra juega un papel a escala nacional también corresponde a Yolanda Díaz. La líder de Sumar estuvo este viernes en Valencia y no se pronunció sobre la idea del exalcalde Joan Ribó de colocar a la exvicepresidenta valenciana en la lista para las elecciones europeas. Quizás la imputación de Oltra las haya distanciado: esta confesó en Salvados haber recibido un apoyo más efusivo por parte de Mónica García durante su investigación judicial. Los caminos de Oltra siguen abiertos, pero su potencial regulador para el espacio a la izquierda del PSOE parece indiscutible.