El pueblo valenciano de Faura despide a Fernando Delgado: “Era un vecino más, con un gran corazón”

Muchos políticos socialistas, entre ellos la exvicepresidenta del Gobierno, María Teresa Fernández de la Vega, y el exjefe del Consell, Ximo Puig, asisten al funeral del escritor y periodista fallecido en Valencia

Familiares de Fernando Delgado, con su viudo Pedro García-Guillén (segundo por la izquierda), en el funeral celebrado en Faura, a 35 kilómetros de Valencia.Mònica Torres

Frente al vestíbulo del Ayuntamiento de Faura se concentraban el viudo, Pedro García-Reyes, los familiares directos de Fernando Delgado y numerosos políticos socialistas. Los laterales de la plaza estaban ocupados por los vecinos de la población valenciana de 3.500 habitantes a la que el periodista y escritor canario, fallecido el pasado domingo a los 77 años...

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Frente al vestíbulo del Ayuntamiento de Faura se concentraban el viudo, Pedro García-Reyes, los familiares directos de Fernando Delgado y numerosos políticos socialistas. Los laterales de la plaza estaban ocupados por los vecinos de la población valenciana de 3.500 habitantes a la que el periodista y escritor canario, fallecido el pasado domingo a los 77 años, se mudó hace más de dos décadas. De vez en cuando, un vecino se abría paso entre las cámaras de los medios de comunicación y la comitiva de excargos públicos en su mayoría, entraba y se despedía ante el féretro del que era ciudadano de honor del pueblo desde 2012.

Como Carmen, dueña del restaurante El Celler, que solía frecuentar el autor de la novela La mirada del otro. (Premio Planeta).Era un persona conocida, importante, pero para nosotros era un vecino más; sabía relacionarse con todos los del pueblo. Era muy tierno con esa voz tan particular. Tenía un corazón tan grande como él, en el que le cabía todo”, comentaba minutos antes del funeral, celebrado este lunes por la tarde. “Era muy querido en el pueblo porque se hacía querer”, apuntaba una policía local, que no paró de desviar a los conductores que estacionaban sin apenas excepción en un lugar prohibido, por donde más tarde el coche fúnebre recogería y llevaría el ataúd con los restos del exdirector de RNE y del programa A vivir que son dos días de la Cadena SER al cementerio.

Vecinos de Faura frente al féretro de Fernando Delgado, este lunes. Mònica Torres

Los comentarios y los obituarios por la muerte de una persona cuya relevancia pública proviene sobre todo de un trabajo que apela a la emoción, como la literatura, pero también el periodismo, suelen ser tan halagüeños que bordean la hagiografía. Se ponderan con vehemencia las virtudes y se obvian los defectos. Es una licencia o un cliché que, en muchas ocasiones, se practica de forma enfática e impostada. En el caso de Delgado, los comentarios parecían surgir de manera natural. Al menos entre los que fueron interpelados sobre él en el funeral que le dedicó el pueblo. La mayoría coincidía en destacar su faceta humana, su generosidad, su vitalismo, su gran corazón, su sonrisa, su capacidad de escuchar o su elevada estatura física y moral, quedando en segundo plano su trayectoria profesional, que le procuró un nombre. “He tenido que apagar el móvil porque no daba abasto para responder a la gente”, comentó su pareja.

“Perdemos a un ser humano fuera de lo común. Un hombre muy culto, muy sabio y muy generoso”, afirmó María Teresa Fernández de la Vega, la que fuera vicepresidenta del Gobierno del socialista José Luís Rodríguez Zapatero, y amiga del también poeta. “Era una persona que representa para los valencianos mucho porque decidió ser valenciano y vivir en Faura tan cerca del Mediterráneo que tanto quería”, señaló el expresidente valenciano Ximo Puig, que le propuso entrar en política. La representación política del PSPV-PSOE fue muy nutrida, casi unánime. Delgado fue diputado autonómico socialista entre 2015 y 2019. También asistieron Alfredo Castelló, diputado autonómico del PP, o Mako Mira, actual secretaria autonómica del Economía de la Generalitat, gobernada por los populares y Vox.

La exvicepresidenta del Gobierno María Teresa Fernández de la Vega en el centro de la imagen, saluda a los socialistas Ciprià Ciscar y Vicent Soler. Mònica Torres
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Había muchos periodistas entre la gente, amigos como Guillermo Altares, excompañeros o cubriendo la noticia, además de escritores como Carlos Marzal, Vicente Gallego, Juan Cruz, Juan Arnau, Carmen Amoraga, Àngels Gregori, Paco Cerdà, Javier Sierra o Lola Mascarell. En las intervenciones previstas, la cantante Sole Giménez leyó dos poema de Delgado; Ángeles Caso (a través de una grabación) le llamó “hermano del alma” y rememoró “cómo su corpachón siempre estaba dispuesto a acogerte”; el también periodista Alfons García incidió en sus “formas suaves e ideas firmes como una roca”; Puig sostuvo que hay una suerte de inmortalidad que “solo está al alcance de los poetas”, y la alcaldesa, Consol Durán, recordó que el “canario del Camps de Morvedre [comarca a la que pertenece Faura]” ha sido el gran embajador del pueblo, “uno más entre nosotros”.

“Los que hemos tenido la suerte de contar con su amistad hemos recibido el mejor regalo”, concluyó la alcaldesa, poco antes de que sonara El cant dels ocells, en una grabación del violonchelista Pau Casals, y se diera por concluido el funeral que el pueblo de Faura le tributó a su ciudadano de honor que nació en Santa Cruz de Tenerife, Fernando Delgado.

Ximo Puig conversa con Manolo Mata, a las puertas del Ayuntamiento de Faura. Mònica Torres

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