Limpiadoras del Parlamento valenciano comen gracias a Cáritas al llevar cuatro meses sin cobrar

Las empleadas denuncian los impagos de la contrata y lamentan que los trámites y buenas palabras de los responsables de las Cortes no se hayan traducido en soluciones

Trabajadores de la contrata de limpieza de las Cortes Valencianas, que llevan desde septiembre sin cobrar sus salarios, en la entrada principal del Parlamento autonómico.Mònica Torres

No llegan a la veintena pero se encargan de que el hemiciclo y el resto de instalaciones de las Cortes Valencianas, la cámara donde se debate la política autonómica, estén impecables. Limpian el atril de oradores del hemiciclo, los micrófonos, los pasillos y los baños del Palau de Benicarló, antigua casa de los Borja. Es el personal de limpieza del Parlamento autonómico y se encuentra desde hace cuatro ...

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No llegan a la veintena pero se encargan de que el hemiciclo y el resto de instalaciones de las Cortes Valencianas, la cámara donde se debate la política autonómica, estén impecables. Limpian el atril de oradores del hemiciclo, los micrófonos, los pasillos y los baños del Palau de Benicarló, antigua casa de los Borja. Es el personal de limpieza del Parlamento autonómico y se encuentra desde hace cuatro meses sin cobrar sus salarios tras la espantada del grupo concesionario del servicio. “No podemos más, la situación es inaceptable y desesperada. Todo el mundo dice que está con nosotras, que nos apoya, pero nadie soluciona el problema”, denuncian las empleadas con franco desánimo. Cobraron su último sueldo el 13 de septiembre y desde entonces, nada.

La contrata, gestionada desde hace dos años por el Grupo Scorpio, con sede en Valladolid, empezó a principios de 2023 con retrasos en los pagos. Las limpiadoras cobraban el día 7 o el 8, luego el 12 y después el veintitantos del mes. Pero el pasado 13 de septiembre cobraron la última nómina, correspondiente al mes de agosto. Se cruzaban en los pasillos con los letrados de la cámara, que se encargan de las contratas externas, y les comentaban los problemas de pago. Ellos les aseguraban que el Parlamento cumplía con sus obligaciones y se comprometieron a mediar con la concesionaria pero el conflicto se agrava con el paso de los días. En la empresa, un contestador responde que el teléfono no está disponible temporalmente.

“Vivimos una auténtica pesadilla. Los que tienen algo ahorrado o cuentan con ayuda familiar pueden ir tirando pero hay compañeras que están haciendo la cola en Cáritas o Cruz Roja para poder comer. Las nóminas de limpieza son el salario mínimo profesional”, denuncia María Martínez, una de las portavoces del personal. No saben nada de la empresa, no les cogen el teléfono ni cubren las bajas laborales “y cada vez hay más compañeras con ansiedad y depresión”, apuntan.

La plantilla acudió a una abogada y se han presentado denuncias a la Inspección y a otros instancias. El próximo 18 de enero está previsto un acto de mediación y arbitraje en el SMAC pero las empleadas no confían en que la concesionaria haga acto de presencia. “Los responsables del Parlamento nos dicen que no nos pueden pagar directamente y que están haciendo todo lo posible pero los que no dormimos por la noche somos nosotros. Estamos cayendo como moscas, nos está afectando ya a la salud. Son casi cinco meses ya”, remarcan.

El personal de limpieza no tiene constancia de que el Grupo Scorpio haya presentado concurso de acreedores ni haya quebrado, pero ni paga, ni atiende los requerimientos de sus empleados ni de las Cortes Valencianas”, han subrayado fuentes de la cámara autonómica, que tachan de “irresponsable” a la concesionaria, afectada económicamente desde la crisis de la covid, según comentó una gerente al personal de limpieza.

Las mismas fuentes han explicado que se llevó a la Mesa de las Cortes la posible rescisión del contrato el pasado octubre al ver que la concesionaria no pagaba a las limpiadoras. Pero finalmente se descartó. La institución ha retenido las cantidades debidas desde el mes de septiembre a la contratista. Luego licitaron un contrato por la vía de urgencia para que otra empresa se hiciera cargo. Sin embargo, el hecho de tener que asumir la deuda dejada por la concesionaria, cuya cantidad se desconoce, dificultó que otras compañías mostrasen voluntad y quedó desierto.

Actualmente, los servicios jurídicos de las Cortes Valencianas están intentando averiguar la deuda de la empresa con la Seguridad Social y elaborando un nuevo contrato que ha de sustituir al que estaba en vigor con esta empresa desde hace dos años y que finaliza el próximo 29 de enero. También valoran un contrato de emergencia de unos meses, que subrogue al personal, pero no está claro que la solución incluya el pago de los atrasos, solo los salarios desde su entrada. Para recuperar la deuda salarial solo les queda el Fondo de Garantía Salarial (Fogasa), que abonaría unos 120 días de trabajo, es decir, unos cuatro meses; “así que este mes de enero estamos trabajando gratis”, advierten.

Entre los grupos parlamentarios, el portavoz del PP, Miguel Barrachina, ha confiado en que las trabajadoras cobren este mes “el resarcimiento y el salario que merecen”. De Vox, el portavoz, José María Llanos, ha asegurado que Presidencia de las Cortes, que ostenta su compañera Llanos Massó, “desde el primer momento está intentando realizar algún contrato de emergencia”. “Lo que no puede hacer para nada la casa es pagar esas cantidades; evidentemente incurriría en un fraude, es la empresa la que está obligada a esos pagos”, ha sostenido.

Por parte de la oposición, el síndic del PSPV, José Muñoz, ha exigido a la presidenta Llanos Massó que “haga su trabajo” y desencalle la situación de las limpiadoras. Carles Esteve (Compromís) ha coincidido en que es una “vergüenza” y ha recordado que su grupo propuso que el Parlamento las asumieran como personal propio.

Las trabajadoras insisten en que ellas no tienen por qué pagar los problemas de las empresas, “así que pedimos a las Cortes que la firma que seleccionen sea solvente. Algo en el sistema falla”, aducen desesperanzadas. “No podemos más”, concluyen.

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