PP y Vox vuelven al distrito único educativo, un modelo rechazado por sindicatos, padres de alumnos y oposición

El nuevo sistema supone variar la baremación por la cercanía del centro y dar a los colegios voto sobre la admisión

Imagen de estudiantes en un instituto público.Emilio Fraile

La Generalitat Valenciana, gobernada por el PP y Vox, ha decidido rescatar el distrito único educativo para el proceso de admisión de alumnos el próximo curso. El modelo supone, en principio, cambiar la baremación por la cercanía del centro ya que, en lugar de la parcelación que se ha aplicado en los últimos ocho años, el área de influencia pasará a ser todo el municipio. Además, permitirá a los centros la concesión de un punto. El PP justifica el cambio alegando que pretende priorizar la libertad de las familias ...

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La Generalitat Valenciana, gobernada por el PP y Vox, ha decidido rescatar el distrito único educativo para el proceso de admisión de alumnos el próximo curso. El modelo supone, en principio, cambiar la baremación por la cercanía del centro ya que, en lugar de la parcelación que se ha aplicado en los últimos ocho años, el área de influencia pasará a ser todo el municipio. Además, permitirá a los centros la concesión de un punto. El PP justifica el cambio alegando que pretende priorizar la libertad de las familias para elegir el centro educativo. Sindicatos, oposición y Ampas aseguran que es un modelo que segrega al alumnado, crea guetos y beneficia a los colegios concertados.

El consejero de Educación, José Antonio Rovira, anunció la pasada semana la aplicación del modelo para el próximo curso y recordó que era una de las medidas que los populares incluyeron en su programa electoral. El director general de Centros Docentes, Jorge Cabo, defiende que el distrito único “garantiza la igualdad de oportunidades para todo el alumnado, elimina barreras geográficas, promueve la diversidad en las aulas y facilita la movilidad social”. El director general explicó que el objetivo es que las familias “puedan elegir el centro educativo que consideren más adecuado, y por eso optamos por la implementación de un sistema de zona única, dejando atrás el enfoque previo basado en zonificación”. Así, se dará menos peso al criterio de cercanía.

El cambio ya ha provocado el rechazo rechazado no solo por los partidos de la oposición (socialistas y Compromís) sino por sindicatos y asociaciones de padres de alumnos.

El STEPV considera que debido a que ya se aplicó durante los anteriores gobiernos del PP “sabemos que la aplicación del distrito único (y en todos los territorios en los que se aplica) incrementa la segregación escolar por motivos socioeconómicos y sólo ha beneficiado a la patronal de la concertada que también defiende ese modelo”. Para el portavoz del sindicato, Marc Candela, “se está regulando una nueva normativa para atender a unos intereses minoritarios y particulares en contra del interés colectivo y, en contra de principios superiores como son la equidad y la lucha contra la segregación escolar. Ésta es la falsa “libertad” de elección de centro, que solo es exclusiva para una parte de la población”. Por ello, ha pedido la retirada del proyecto de decreto que incluye el cambio en las baremaciones

El sindicato CSIF ha rechazado valorar la implantación del distrito único pero sí ha pedido que no se elimine ningún grupo ni línea ni plaza docente y alertó que “el hecho de que algunos centros pierdan matriculaciones y sufran un descenso de alumnado puede suponer una pérdida de grupos o líneas y, por consiguiente, de plazas docentes”.

Para la Confederación de asociaciones de padres de alumnos Gonzalo Anaya, que aglutina a más de un millar de colectivos, eliminar las zonas escolares en la admisión de los alumnos “va en contra en la libertad de elección de centro de las familias y solo favorece la selección de los alumnos y de las familias de determinados centros educativos”. La confederación considera que el modelo es “altamente segregador” y provoca, además, que el alumnado se concentre en unos centros educativos en detrimento de los otros que pueden perder matrícula y, por lo tanto, aulas y maestras. Para el presidente de la confederación, Rubén Pacheco, este sistema “acaba segregando la infancia en función de las posibilidades económicas, creando los centros de tipos A y los centros de tipos B; se refuerzan también los centros guetos y esto es incumplir un principio constitucional que es la igualdad de oportunidades”. El distrito única provoca, además “desplazamientos innecesarios en vehículos privados del alumnado con todo el caos y contaminación para las ciudades”, según dijo.

También el portavoz del PSPV en las Cortes Valencianas, José Muñoz, ha criticado la decisión del PP: “Es crear problemas donde no los había y en lugar de que las familias puedan elegir el centro, que el centro pueda elegir a las familias. Eso es dividir a los valencianos”. La portavoz de Compromís en el Ayuntamiento de Valencia, Papi Robles, ha coincidido en el principal cambio que supondrá la baremación para la admisión de alumnos: “Volvemos al modelo en el que el centro es el que elige a las familias y no las familias las que eligen el centro”. Para Robles, “el distrito único es uno de los principales motores de la segregación escolar es uno de los pocos consensos en los que toda la comunidad científica está de acuerdo”.


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