Una España conectada en red
Josep Vicent Boria incide en que los flujos Madrid-Comunitat Valenciana se benefician de los avances del Corredor Mediterráneo a propósito del encuentro entre las dos autonomías este martes
El 14 de julio de 2021, el Diario Oficial de la Unión Europea publicó el reglamento 1153 del Parlamento Europeo y del Consejo. En su primer considerando, decía: “A fin de conseguir un crecimiento inteligente, sostenible e integrador, estimular la creación de empleo y respetar los compromisos de descarbonización a largo plazo, la Unión necesita infraestructuras modernas y multimodales (…) que contribuyan a la interconexión y...
El 14 de julio de 2021, el Diario Oficial de la Unión Europea publicó el reglamento 1153 del Parlamento Europeo y del Consejo. En su primer considerando, decía: “A fin de conseguir un crecimiento inteligente, sostenible e integrador, estimular la creación de empleo y respetar los compromisos de descarbonización a largo plazo, la Unión necesita infraestructuras modernas y multimodales (…) que contribuyan a la interconexión y la integración de la Unión y de todos sus territorios (…) Las redes transeuropeas deben facilitar las conexiones transfronterizas, promover una mayor cohesión económica, social y territorial, y contribuir a una economía social de mercado más competitiva y sostenible y a la lucha contra el cambio climático”.
Con esta visión, el paradigma del futuro de la logística y de las infraestructuras en el territorio de la Unión se sostiene sobre un tridente: la red, la sostenibilidad y la interoperabilidad. Ya en 2013, la UE había dado un paso de gigante reformando la visión anterior de sus infraestructuras, que más que una red (network) era un conjunto de retales (patchwork). Se pasaba así de una política de ejes e hilos a otra de redes y mallas y además se consiguió lo que hasta el momento no se había querido hacer: incluir el Corredor Mediterráneo en la red transeuropea de transportes. Fue un gran logro que hoy nos permite seguir avanzando.
Pues bien, con el reglamento 1153/2021, se consiguió otro hito al incorporar a este corredor dos nuevos segmentos: el València-Madrid y el Sagunt-Teruel-Zaragoza. De esta forma, se ha configurado una de las mallas de transporte y logística más importantes de España. El centro y este peninsular restan articulados por vías férreas y de carreteras que conectan las principales ciudades del estado, sus aeropuertos, sus áreas industriales y de servicios y los tres puertos líderes del sistema portuario español, Algeciras, València y Barcelona.
La transcendencia de esta red es tal que hoy en día, catorce proyectos en marcha del Corredor Mediterráneo tienen repercusión directa positiva en las conexiones logísticas entre la Comunitat Valenciana y la de Madrid. Desde la terminal del Vicálvaro a la nueva estación intermodal de Font de Sant Lluis, del by-pass de mercancías de Almussafes a la duplicación de vía convencional entre la Encina y Xàtiva (por donde circulan los trenes de mercancías del centro peninsular), de los accesos a los puertos de Castelló y Alacant al mantenimiento de la línea de Alta Velocidad Madrid-València, de la inminente autopista ferroviaria de mercancías entre las terminales del puerto de València hasta Abroñigal al canal de acceso y la reformada estación AVE Joaquín Sorolla… De estos proyectos hablaremos este próximo martes en la cita que la Fundación Conexus organiza en Madrid en la cumbre empresarial Comunidad de Madrid-Comunitat Valenciana, al tiempo que tendremos oportunidad de escuchar a significativos representantes de sectores empresariales implicados.
Mirado en perspectiva, en veinte años, el Corredor Mediterráneo ha pasado de estar marginado en los planes españoles y no figurar en los europeos a ser un potente instrumento de relanzamiento logístico, cohesión y descarbonización, no sólo de la orla litoral peninsular, sino de tráficos peninsulares de dirección oeste-este. Desde 2021, los flujos Madrid-Comunitat Valenciana (como los que articula el Corredor Cantábrico-Mediterráneo) son parte del corredor mediterráneo y se benefician de los avances espectaculares de este proyecto y pueden acceder, por ello, a financiación europea mediante los fondos CEF. Por otra parte, buena parte de los casi 6.000 millones ejecutados por este Gobierno desde 2018 a 2023 en el Corredor han beneficiado y van a beneficiar también a las relaciones de pasajeros y mercancías oeste-este, sumándose a la lógica primigenia norte-sur. El último indicio de que el proyecto va bien es que ya hay empresas que están pensando en el corredor que va desde València hacia Catalunya y Francia para encauzar nuevos servicios ferroviarios de la costa occidental peninsular, en concreto desde Entroncamento (Portugal), pasando por Alcázar de San Juan. Es la mejor prueba de que el Corredor Mediterráneo en ancho internacional es un proyecto atractivo, creíble y visible que, unido a la potencia de una red convencional interior, otorga a España una posición puntera en un entorno globalizado.
La visión en red de las infraestructuras transeuropeas se despliega en España mediante los Corredores Mediterráneo y Atlántico, con sus ramales respectivos y con enlaces con escalas regionales y locales. Este es el nuevo paradigma. Nadie es más que nadie en una visión mallada. La España radial cede su preeminencia a una España en red que, como en un sistema circulatorio, se articula en arterias y venas. Los mapas del siglo XXI están cambiando nuestra manera de observar la logística mundial y por ello la apuesta debe ser embarcarse plenamente en un sistema de transportes interoperable con el resto de Europa, que apueste por la descarbonización de las operaciones logísticas y que promueva una mayor cohesión social y territorial.
Gracias a la sinergia de una visión en red, vamos a ver cosas que hasta hoy eran impensables. El salto está en marcha.
Josep Vicent Boira i Maiques es Coordinador del Corredor Mediterráneo del Gobierno de España (Ministerio de Transportes y Movilidad Sostenible-ADIF).