El fuego rebrota con fuerza en Castellón y obliga a desalojar tres poblaciones más y a confinar Caudiel
Torralba del Pinar, Pavías e Higueras, con cerca de 80 habitantes en total, son evacuados de manera preventiva mientras las llamas cercan Montán. El fuerte viento y la baja humedad avivan el incendio
Las llamas han rebrotado con fuerza este lunes y el fuego sigue sin control en el frente de Castellón. Emergencias de la Generalitat ha mandado esta tarde desalojar de manera preventiva l...
Las llamas han rebrotado con fuerza este lunes y el fuego sigue sin control en el frente de Castellón. Emergencias de la Generalitat ha mandado esta tarde desalojar de manera preventiva las poblaciones de Torralba del Pinar, Pavías e Higueras. En total, suman cerca de 80 habitantes. Además, se ha confinado a la población de Caudiel (650 personas censadas) en sus casas para evitar sobre todo los perjuicios del intenso humo que sobrevuela la zona.
Buena parte del medio centenar de efectivos antiincendios se concentra en las inmediaciones de la población desalojada de Montán, que se encuentra cercada por las llamas, y en el barranco de Maimona, de donde esta mañana surgía una enorme columna de humo que ha ido creciendo a partir de las 11.30. El objetivo principal era evitar que las llamas cruzasen las carreteras CV-20 y CV-195 y pudieran descender hasta el cercano parque natural de la Sierra de Espadán. Finalmente, en un punto de la carretera que une Montán con Montanejos el fuego, el llamado paveseo, ha saltado al otro lado, según fuentes de la Generalitat.
Como recurso alternativo de contención, se ha ensanchado y habilitado un sendero casi paralelo a la vía principal para que sirva de segundo cortafuegos. También preocupan algunos puntos del embalse de Arenós, rodeado de una tupida sucesión de bosques de pinos. En la cumbre del Morro, desde donde se divisa todo el embalse y las montañas que lo rodean, varias cabras y ciervos buscaban esta mañana cobijo entre los árboles que han resistido las acometidas del fuego, mientras los aviones y los helicópteros no dejaban de sobrevolar la zona para recargar agua y descargarla en los alrededores. Están actuando 20 medios terrestres y unos 500 profesionales terrestres de la extinción, con medio centenar de camiones.
El operativo lidia con fuertes rachas de viento de hasta 70 kilómetros por hora y una humedad relativa baja, inferior al 20%, según ha explicado la consejera de Interior y Justicia, Gabriela Bravo. Este es “el peor día” del siniestro —en lo referido a las condiciones meteorológicas—, ha añadido, desde que se declaró el pasado jueves en Villanueva de Viver, municipio castellonense limítrofe con la provincia de Teruel. Se prevé que las condiciones adversas se prolonguen hasta las 19.00. Solo la humedad y el frío de la noche del domingo han aliviado al medio centenar de efectivos desplegados.
El incendio ya ha arrasado 4.000 hectáreas y ha provocado el desalojo de 1.500 personas en la provincia de Castellón —que pasarán previsiblemente hoy la quinta noche fuera de sus viviendas— de poblaciones como Montanejos, Montán, Villanueva de Viver, Fuente La Reina, Puebla de Arenoso, Arañuel y las pedanías de Los Calpes, Los Cantos, La Monzona, La Alquería de Montanejos y La Artejuela. En Teruel, se evacuaron a unas 250 personas, aunque estas últimas han podido volver a sus casas el domingo por la tarde. En la parte aragonesa la vida empieza ser casi normal. “Casi, pero no normal aún, porque estamos pendientes de lo que pasa al otro lado de esas montañas”, apuntaba esta mañana Manuel, un jubilado que caminaba por el municipio de Olba. Al otro lado, el fuego devoró los bosques de pinos.
El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha visitado esta mañana la zona y se ha reunido con alcaldes afectados. “Estamos saliendo del invierno y ya nos encontramos incendios propios de los meses de verano, y eso tiene mucho que ver con la emergencia climática”, ha dicho Sánchez en una rueda de prensa en la que ha estado también el presidente de la Comunidad Valenciana, Ximo Puig, en el Puesto de mando Avanzado, ubicado en Barracas (Castellón). “Hoy quedan dos focos que aún están con una cierta ebullición, uno más que otro, pero, en cualquier caso, esperemos que en este día tan difícil, con las condiciones meteorológicas tan difíciles, a partir de las seis de la tarde podamos empezar también a dar buenas noticias”, ha dicho Puig en referencia al posible regreso a sus casas de la población valenciana desalojada. Mientras tanto la columna de humo se expandía, si bien es imposible predecir la evolución de un fuego cambiante, alimentado por la gran masa forestal acumulada y al albur del viento.
Las cuatro personas investigadas como posibles causantes del incendio aún deben declarar en el juzgado de Segorbe, tras las pesquisas de la Guardia Civil. Los investigados formaban parte de una cuadrilla de un programa laboral de la Generalitat gestionado por los ayuntamientos para limpiar sendas rurales. Precisamente la falta de limpieza de las montañas, sobre todo desde la gran nevada de 2017 —que dejó múltiples árboles y ramas en el suelo en una zona de elevada riqueza forestal y sin población—, es una de las principales críticas formuladas por algunos alcaldes afectados. Todo apunta, según fuentes de la investigación, a que el mal funcionamiento de una máquina desbrozadora causó unas chispas, lo que generó el incendio en Villanueva de Viver.
A pesar de la virulencia de las llamas de este fin de semana, la Guardia Civil ha interceptado a más de una docena de ciclistas que se habían adentrado en el perímetro del incendio. La consejera Gabriela Bravo se refirió el domingo a esta práctica del llamado turismo de catástrofes: “Quiero pedir a la población y a los turistas que no accedan a la zona perimetrada. Es una gran imprudencia, están poniendo en riesgo sus propias vidas”, afirmó.