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Cruïlla 2026: Nuevos talentos, escena catalana y nostalgia de los 90

El festival reunirá a David Byrne, Suede, Black Crowes, Garbage o Pixies con Alizzz, Sen Senra, Mishima o Mazoni

Era un festival para los más jóvenes que poco a poco ha ido adaptándose a los tiempos y ahora es un festival que se dirige a diferentes públicos en cada una de sus jornadas. Es el Cruïlla, que si hay algo que mantiene como elemento distintivo es su vinculación con Barcelona, tal como destacó su director Jordi Herreruela al señalar que reflejan “una comunidad que se define por el lugar donde vive y trabaja, esa comunidad es Barcelona y se manifiesta en forma de fiesta mayor”. El aspecto lúdico es así uno de los puntos fuertes del festival, “sin que ello signifique desestimar por completo la introspección”, añadió Herreruela, que apuntalando las ideas centrales del Cruïlla quiso distanciarse de la angustia del consumo apremiante: “siempre llenamos, pero no hay dificultades para comprar entradas porque queremos ser emocionalmente sostenibles”. Con tres pinceladas quedó enmarcado un festival que luce con orgullo la marca de ciudad: “el festival es de Barcelona, el Cruïlla es Barcelona” aseveró su director.

El festival, que no tiene solo música, ya que las propuestas de comedia y arte serán presentadas con posterioridad, se organiza casi temáticamente en sus cuatro jornadas, dos cortas, miércoles y jueves, y dos completas, las de viernes y sábado. El viernes tiene como atractivo a David Byrne, que en 2018 deslumbró en Cruïlla con un espectáculo magistral que promete repetir este año bajo el manto de su nuevo disco. Le acompañarán otros veteranos, como los rockeros The Black Crowes o el tropicalismo bailable y electrónico de Bomba Estéreo, formación colombiana que visitará el certamen por cuarta vez. Por su parte Alizzz se estrenará ese mismo día en el Cruïlla, saldando una de las deudas que el festival tenía con algunos artistas, señaló Herreruela. La rapera de origen zambiano Sampa The Great, los madrileños Parquesvr y el espectáculo rave de Zahara serán otros nombres descollantes de la jornada.

Por su parte el jueves será la nostalgia la que tome el mando por medio de Pixies, Garbage y Suede, bandas que apelan a un público ya curtido. En menor medida pero también nombres veteranos, esa jornada la completarán artistas de marcada reputación local como Mishima y Mazoni, con los que Herreruela manifestó que el festival también tenía la deuda de incluirlos en su cartel, cosa que aún no había ocurrido. Los barceloneses Ypnosi será una de las propuestas emergentes del día, con su mezcla generacional de pop y rock irreverente de ascendente indie como bandera.

La jornada de bienvenida del Cruïlla, la del miércoles, se destinará como últimamente es norma al público más joven. Los reclamos son Halsey, una artista de pop comercial que no encaja en el funcionamiento de la industria actual, generadora de unas tensiones que ella refleja en sus letras; Reneé Rap, artista a la que Herreruela situó como posible regeneradora del delirio juvenil que Gracie Adams provocó el año pasado y Sen Senra, el carismático y ecléctico artista gallego, serán cabezas de cartel de la jornada. La completarán propuestas locales y nuevas como Xicu, singular cantautor que Herreruela señaló como muestra de una “nova nova cançó” o Greta, la tercera de las hermanas Farelo (Bad Gyal y Mushkaa), una verdadera dinastía urbana.

La jornada fuerte del Cruïlla 26 es la que quizás muestra más claramente el carácter inaprensible del festival, una muestra de eclecticismo que puede mover a la confusión de quienes no se hayan hecho a su forma de ser. Hay artistas veteranos como Jovanotti, una superestrella en Italia que hará en Cruïlla su único concierto en España y primero en Barcelona, Faithless, una propuesta rescatada de la electrónica de los 90, Jon Batiste, un excelente cantante de música negra americana (jazz, soul, rhythm anb blues) que también debuta en Barcelona, Two Door Cinema Club, única formación extranjera que actuó en la edición pandémica de 2022, los rockeros suecos The Hives y reconocidos nombres locales como Rigoberta Bandini, Els Pets, La Ludwig Band junto a otros más novedosos, estridentes y reivindicativos como Svetlana. El festival tienEra un festival para los más jóvenes que poco a poco ha ido adaptándose a los tiempos y ahora es un festival que se dirige a diferentes públicos en cada una de sus jornadas. Es el Cruïlla, que si hay algo que mantiene como elemento distintivo es su vinculación con Barcelona, tal como señaló su director Jordi Herreruela al señalar “nosotros reflejamos una comunidad que se define por el lugar donde vive y trabaja, esa comunidad es Barcelona y se manifiesta en forma de fiesta mayor”. El aspecto lúdico es así uno de los puntos fuertes del festival, “sin que ello signifique que desestimemos por completo la introspección”, añadió Herreruela, que apuntalando las ideas centrales del Cruïlla quiso distanciarse de la angustia del consumo apremiante “siempre llenamos, pero no hay dificultades para comprar entradas porque queremos ser emocionalmente sostenibles”. Con tres pinceladas quedó enmarcado un festival que luce como orgullo la marca de ciudad: “el festival es de Barcelona, el Cruïlla es Barcelona” aseveró su director.

El festival, que no tiene solo música, ya que las propuestas de comedia y arte serán presentados con posterioridad, se organiza casi temáticamente en sus cuatro jornadas, dos cortas, miércoles y jueves, y dos completas, las de viernes y sábado. El viernes tiene como atractivo a David Byrne, que en 2018 deslumbró en Cruïlla con un espectáculo magistral que promete repetir este año bajo el manto de su nuevo disco. Le acompañarán otros veteranos, como los rockeros The Black Crowes o el tropicalismo bailable y electrónico de Bomba Estéreo, formación colombiana que visitará el certamen por cuarta vez. Por su parte Alizzz se estrenará ese mismo día en el Cruïlla, saldando una de las deudas que el festival tenía con algunos artistas, señaló Herreruela. La rapera de origen zambiano Sampa The Great, los madrileños Parquesvr y el espectáculo rave de Zahara serán otros nombres descollantes de la jornada.

Por su parte el jueves será la nostalgia la que tome el mando por medio de Pixies, Garbage y Suede, bandas que apelan a un público ya curtido. En menor medida pero también nombres veteranos, esa jornada la completarán artistas de marcada reputación local como Mishima y Mazoni, con los que Herreruela manifestó que el festival también tenía la deuda de incluirlos en su cartel, cosa que aún no había ocurrido. Los barceloneses Ypnosi será una de las propuestas emergentes del día, con su mezcla generacional de pop y rock irreverente de ascendente indie como bandera.

La jornada de bienvenida del Cruïlla, la del miércoles, se destinará como últimamente es norma al público más joven. Los reclamos son Halsey, una artista de pop comercial que no encaja en el funcionamiento de la industria actual, generadora de unas tensiones que ella refleja en sus letras, Reneé Rap artista a la que Herreruela situó como posible regeneradora del delirio juvenil que Gracie Adams provocó el año pasado y Sen Senra, el carismático y ecléctico artista gallego, serán cabezas de cartel de la jornada. La completarán propuestas locales y nuevas como Xicu, singular cantautor que Herreruela señaló como muestra de una “nova nova cançó” o Greta, la tercera de las hermanas Farelo (Bad Gyal y Mushkaa), una verdadera dinastía urbana.

La jornada fuerte del Cruïlla 26 es la que quizás muestra más claramente el carácter inaprensible del festival, una muestra de eclecticismo que puede mover a la confusión de quienes no se hayan hecho a su forma de ser. Hay artistas veteranos como Jovanotti, una superestrella en Italia que hará en Cruïlla su único concierto en España y primero en Barcelona, Faithless, una propuesta rescatada de la electrónica de los 90, Jon Batiste, un excelente cantante de música negro americana (jazz, soul, rhythm anb blues) que también debuta en Barcelona, Two Door Cinema Club, única formación extranjera que actuó en la edición pandémica de 2022, los rockeros suecos The Hives y reconocidos nombres locales como Rigoberta Bandini, Els Pets, La Ludwig Band junto a otros más novedosos, estridentes y reivindicativos como Svetlana. El festival tiene este año un presupuesto aproximado de 10 millones de euros.

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