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La víctima de Bellcaire fingió que estaba muerta para evitar que su pareja la matara

El hombre previamente mató al hijo de ambos de 5 años y luego huyó del lugar en el coche de su padre

Astrid S., la mujer de 29 años que estuvo a punto de morir a manos de su pareja la madrugada del 3 de abril del 2024 en Bellcaire (Baix Empordà), y sufrió amnesia postraumática, ha recobrado la memoria y, aunque asustada, ha declarado ante el juez que “fingió estar muerta para evitar que la matara”. Ha recordado como Álex B.G. de 27 años, su pareja de quien se había separado hacía unos días, entró en la casa y sin mediar palabra la golpeó y acuchilló varias veces y también al hijo de ambos de 5 años. No recuerda si le gritó al niño “vete o corre”, y el pequeño salió de la habitación matrimonial y murió. El presunto asesino se acogió a su derecho a no declarar. La causa quedó abierta por los delitos de asesinato, asesinato en grado de tentativa con las agravantes de género, ensañamiento y parentesco y se enfrenta a la prisión permanente revisable.

Según averiguó la División de Investigación Criminal (DIC), el día de los hechos entre ocho y once de la noche él estuvo tomando cervezas. Después fue a casa de sus padres en Torroella de Montgrí, donde vivía desde que Astrid había decidido que se quería separar. Entre las 01.00 y 03.00 horas estuvo hablando con su padre y luego cogió su Ford Fiesta de empresa (él no tiene ni coche ni carné) y según las cámaras, a las 03.44 h. condujo a Bellcaire. Una vez en la casa, dijo haber entrado con sus llaves e ir directamente a la habitación de matrimonio, donde dormían madre e hijo.

En la reconstrucción de los hechos detalló que se abalanzó sobre ella con la navaja multiusos que llevaba en el llavero y la apuñaló varias veces y siguió golpeándola. Según él, apartó al niño mientras la agredía, y el pequeño se habría ido llorando a su habitación. Dijo haber ido a verle antes de irse y pensar que estaba durmiendo, sin embargo el pequeño no llegó a la cama. Según él mismo reconoció, fue a buscar el coche para irse, pero al pasar frente a la casa la vio en la entrada y volvió, y la arrastró por un pie hasta dentro. En la cocina la golpeó con una estructura metálica y le causó graves heridas en la cabeza. Luego volvió a Torroella, y le acabaron deteniendo en Albons, donde se le averió el coche.

Astrid ha empezado a superar la amnesia y ha recordado algunos datos que, según fuentes cercanas al caso, podrían denotar cierta planificación del ataque. Por ejemplo, el día antes se presentó en la casa y dio un golpe tan fuerte a la puerta para abrirla que rompió el cerrojo interno. Ella se lo reprochó, y le dijo “que porque lo había hecho, que ella le habría abierto”. Además, curiosamente, le pidió a ella unas llaves de repuesto para ir a recoger una ropa –que nunca recogió-, y él dejó las suyas en su trabajo. Si ella hubiera fallecido, como él creía que había pasado, nadie habría sabido que ella le dio unas llaves y él podría haber alegado que no podía haber entrado él con llaves, porque las tenía en el trabajo.

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