Cataluña entra en la era del 6G con el lanzamiento de su primer satélite europeo
El artefacto embarcó en un cohete de la gigante aeroespacial SpaceX y ha costado un total dos millones de euros
Catalunya ya tiene en órbita su primer satélite 6G. El 6GStarLab, desarrollado por el centro de investigación i2CAT y fabricado por la empresa catalana Open Cosmos, ha sido lanzado con éxito desde la base de la Fuerza Aérea de Vandenberg (California, Estados Unidos) a bordo de un cohete de la gigante aeroespacial SpaceX. Se trata del primer satélite europeo en órbita baja destinado a la investigación de tecnologías 6G, una infraestructura pionera que permitirá realizar experimentos en el espacio, mejorar la conectividad en regiones remotas y avanzar en nuevas aplicaciones vinculadas a la conectividad avanzada. La iniciativa, con un presupuesto de dos millones de euros, forma parte del ecosistema espacial catalán y ha sido cofinanciada por el Gobierno de España a través de los fondos NextGeneration EU.
Así lo ha anunciado los representantes de empresas y entidades del ecosistema industrial espacial que han participado en la iniciativa. “Es un proyecto con una mirada amplia y ambiciosa e iniciativas así nos permite abordar temas que está muy al orden del día de las necesidades de la ciudadanía”, ha señalado el secretario de Telecomunicaciones y Transformación Digital, Albert Tort.
Los científicos de la Agencia Espacial Europea han explicado que el proceso tecnológico de poner en órbita pequeños artefactos combina velocidad y precisión y se integra en un modelo de transporte compartido (conocido como rideshare o “autobús espacial”) utilizado por SpaceX y contratado por distintos países. El proceso incluye una primera fase, que tardó alrededor de dos minutos y medio, de propulsión para escapar de la gravedad terrestre y una segunda de estabilización en la órbita baja, donde el 6GStarLab permanecerá operativo como plataforma de experimentación.
Para que todo el proceso sea posible es necesaria la contratación de una empresa agregadora, encargada de reservar los billetes del llamado “autobús espacial” y de garantizar que los satélites embarquen de forma segura. En la primera fase del lanzamiento, los motores del cohete propiedad del magnate estadounidense Elon Musk deben generar la fuerza suficiente para escapar de la gravedad terrestre. Después, en la segunda etapa, el cohete se separa y reduce su velocidad hasta alcanzar la plataforma orbital prevista. Una vez completado el trayecto, también es necesario asegurar la recuperación de este “satélite autobús”.
El artefacto orbita entre 500 y 1.000 kilómetros de la Tierra y se combinará con las tecnologías terrestres ya existentes para mejorar los niveles de conectividad en todo el territorio catalán. El objetivo es facilitar el trabajo de los investigadores en el desarrollo de soluciones digitales avanzadas y, para la ciudadanía, ofrecer comunicaciones rápidas en situaciones de crisis, como apagones o la gestión de incendios.
El proyecto pretende activar el ecosistema espacial catalán y desplegar una estación óptica considerada por el Govern como “un punto de inflexión”. Esta infraestructura contará también con cofinanciación de los Fondos de Transición Nuclear. “La tecnología permitirá una comunicación inteligente y segura, capaz de sostener situaciones críticas, en ambientes de crisis”, ha afirmado Xavier Lobao, jefe de Proyectos de Futuro de la Agencia Espacial Europea.
Liderado por i2CAT y cofinanciado por el Gobierno de España, el lanzamiento del satélite llega en un momento en que Europa intenta posicionarse en la carrera tecnológica y avanzar hacia lo que denomina “soberanía digital”. Según Sergi Figuerola, el proyecto busca aportar “valor, relevancia y protagonismo” a la región y se vincula a los ejes de la Agenda 2030 y a la construcción de una conectividad segura a largo plazo, con capacidad para gestionar nuevas oportunidades para la comunidad científica y tecnológica.