Ir al contenido

Ruido interno en Junts per Catalunya para flexibilizar los futuros pactos municipales con Aliança y PSC

Un grupo de alcaldes reclaman una menor rigidez para tejer alianzas con otras formaciones ante el auge de la formación de Sílvia Orriols

Un grupo de alcaldes de Junts per Catalunya ha trasladado a la dirección su inquietud por la falta de una hoja de ruta que sirva de escudo ante la escalada que, según las encuestas, experimenta la fuerza de ultraderecha independentista Aliança Catalana. Media docena de alcaldes, de municipios como Calella, Cabrera de Mar, Olot, Vic, Manlleu, y el portavoz municipal del partido en Berga, mantuvieron este miércoles una reunión con el secretario general de Junts, Jordi Turull, y le pusieron de relieve la preocupación que anida a nivel municipal por la pérdida de vigor del partido y la ausencia de referentes para “tomar el pulso y la temperatura a la calle y saber ver qué pide la gente”, manifiesta uno de los alcaldes que apoya la iniciativa.

A menos de dos años para las próximas elecciones municipales, algunos cargos locales se han empezado a impacientar porque consideran que el partido mantiene puestas las prioridades en su papel desequilibrante para la gobernabilidad del Estado y en sacar el máximo rédito de los siete escaños que tiene en el Congreso de los Diputados. La estrategia revaloriza la figura de Miriam Nogueras, pero compromete el fortalecimiento del partido a nivel municipal, un terreno donde, ahora Junts y antes Convergència (CDC), siempre pudo sacar pecho. “Los ayuntamientos siempre han sido nuestra fuerza principal”, admite una fuente de la ejecutiva nacional. La dirección de Junts recuerda que el partido conserva 334 alcaldías en Cataluña, sobre un total de 947 municipios, pero los cargos municipales han trasladado a Turull, y piden tratar directamente con Puigdemont, la necesidad de relajar el veto a Aliança Catalana para evitar quedar desplazados ante el auge de la formación islamófoba y tener manos libres para pactar después de las elecciones.

Según datos del último barómetro del Centre d’Estudis d’Opinió, la simpatía por la formación de Sílvia Orriols ha aumentado notablemente en las zonas rurales de Lleidas y Girona, bastión histórico de Junts y CDC, absorbiendo precisamente parte del espacio posconvergente.

El mar de fondo en el seno del partido de Carles Puigdemont también ilustra el debate interno sobre el tipo de relación que el partido debe tener con el PSC en Cataluña. Junts mantiene una oposición frontal al Gobierno de Salvador Illa en el Parlament de Catalunya, lo que le aleja de la posibilidad de intervenir en la política diaria o del perfil de los presupuestos autonómicos; y un sector del partido también abre la puerta a revisar la relación. “Os pido que volvamos a ser pragmáticos”, reclamó el alcalde de Figueres (Girona), Jordi Masquef, durante el último Consejo Nacional celebrado en el municipio el pasado 20 de septiembre.

Junts emitió una nota tras el encuentro donde señalaba que la cita “se enmarca dentro de la normalidad de las reuniones que, periódicamente, mantiene el secretario general y otros miembros de la dirección con el mundo municipal” y, en esa misma nota, se buscaba eliminar cualquier rastro de disidencia al reflejar que: “los representantes del mundo municipal manifestamos nuestra total coincidencia con la estrategia y las iniciativas que está llevando a Junts per Catalunya en la diferentes cámaras parlamentarias”.

Más información

Archivado En