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Guerra abierta entre el FC Barcelona y el Ayuntamiento por las obras del Camp Nou

Los técnicos del consistorio señalan “deficiencias de seguridad” en el estadio, mientras el club asegura que cumple los requisitos para abrir

Guerra abierta entre el Futbol Club Barcelona y el Ayuntamiento. La paciencia se acabó el lunes por la tarde en los despachos del consistorio y coleaban este miércoles, cuando la ciudad celebra la fiesta mayor de La Mercè. “La pelota está en el tejado del Ayuntamiento”, dijo sobre la reapertura del ...

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Guerra abierta entre el Futbol Club Barcelona y el Ayuntamiento. La paciencia se acabó el lunes por la tarde en los despachos del consistorio y coleaban este miércoles, cuando la ciudad celebra la fiesta mayor de La Mercè. “La pelota está en el tejado del Ayuntamiento”, dijo sobre la reapertura del Camp Nou el presidente del club, Joan Laporta, y colmó el vaso de la contención mantenida hasta entonces entre los técnicos municipales. Este martes, la directiva Elena Fort, vicepresidenta institucional del club y responsable del Espai Barça, afirmó tras la visita de prensa de unos 80 profesionales al campo: “El estadio cumple con las normas de seguridad”. “Es el más seguro de España”, “esperamos volver este domingo”, añadió. El Barça estaba afirmando que había cumplido con su parte y responsabilizando de manera explícita al Ayuntamiento de no darles la licencia de primera ocupación. Se abrió un cisma. “Elevaron el listón de una manera que no podíamos quedarnos callados y no salir”, afirma una voz muy próxima al Gobierno municipal, sobre la comparecencia del martes en la que el Consistorio explicó que todavía no puede dar la licencia de primera ocupación. Este miércoles Fort insistió en entrevistas telefónicas en cuestionar el criterio técnico, asegurando que el estudio es seguro y que el club está “sorprendido”.

Hasta el martes, la respuesta del Ayuntamiento fue siempre la misma: las licencias y permisos obedecen a criterios técnicos y de seguridad, y el estadio no abrirá hasta que cumpla rigurosamente con los requisitos normativos, de seguridad y emergencias. El Barça, por su parte, lleva un año alargando y anunciando regresos que no se han producido, como el que hicieron a bombo y platillo, hasta con un spot, sobre la vuelta al Camp Nou para el trofeo Joan Gamper el pasado 10 de agosto.

El martes, en la que ha sido la primera comparecencia pública del Gobierno de Jaume Collboni sobre el estado de las obras, se convocó a la prensa primero a una sesión técnica, sin micrófonos, con dos tenientes de alcaldía, dos gerentes y, uniformados, los jefes de Bomberos y la Guardia Urbana. Porque, como recordaban los veteranos de la casa gran, “lo que dicen los uniformados va a misa y los que firman y tienen responsabilidades son técnicos, no los políticos”. Fue una situación insólita, a solo tres horas de la lectura del pregón que dio comienzo a las fiestas de La Mercè. De fondo, las tertulias deportivas de las radios siguen echando humo y parte de las redes sociales señalando al director general de Bimsa, Ricard Font, la empresa que realiza las obras municipales y que no tiene papel alguno en las que hacen empresas privadas, por no dar los permisos finales.

¿Iba a la guerra el Barça el martes? Pues ahí estaba el Ayuntamiento para hablar con toda la artillería técnica. Primero con una amplia explicación técnica y luego en declaraciones ante una docena de cámaras. La teniente de alcalde de Urbanismo, Laia Bonet, dejó claro que si no se podrá jugar en el Spotify Camp Nou el domingo es porque hay “deficiencias de seguridad” ante la perspectiva de que albergue 27.000 espectadores. El jefe de Bomberos, Sebastià Massagué, aludió a “irregularidades” para la evacuación del estadio en condiciones normales, cuando se vacían las gradas. Para que quedara bien claro, enumeró ejemplos: vallas que impiden el paso, señalización de las salidas poco clara, una escalera mal terminada o presencia de obstáculos que impedirían el acceso a los vehículos de emergencias.

El tono de ambos fue contundente, pero conciliador. Bonet defendió una actitud de “máxima colaboración” y confió en que “la situación no se alargue”, que cuando las irregularidades se subsanen, se volverá a inspeccionar. En la ciudad de Barcelona, si alguna licencia está bajo la lupa o una obra está más fiscalizada es la del Camp Nou, señalaba en los corrillos de La Mercè este miércoles una exconcejal en los corrillos posteriores al pregón. El pecado original de las obras del nuevo estadio, recordaban otras voces, es que Laporta justificó la contratación a la empresa turca Limak porque presentó el plazo de ejecución más breve, que ha resultado demasiado optimista.

Los responsables municipales y de los servicios de seguridad y prevención destacan la complejidad de una obra que es la mayor que se está ejecutando en la ciudad. Y recuerdan que los técnicos han entrado cada semana o cada quince días en el recinto, que no es que lo visiten ahora por primera vez. Además, señalan que tiene la peculiaridad de que recibirá la licencia de primera ocupación parcial, solo de la primera fase: para una zona en la que el aforo es de 27.000 espectadores, mientras seguirán las obras. El jefe de Bomberos señaló también que, ante una obra que se hace por fases, es necesario poner los cimientos en los riesgos de seguridad desde el primer momento. No se pueden obviar y la seguridad no se negocia, vino a decir.

“Pequeños detalles”, según el club

El mismo martes por la noche y este miércoles, Elena Fort replicó al Ayuntamiento en entrevistas radiofónicas. “No conozco la intención del Ayuntamiento con la rueda de prensa. Lo que nos ha sorprendido ha sido el contenido”, afirmó, y aseguró que las relaciones con el consistorio son de “respeto mutuo” y con un “interés” común. La vicepresidenta explicó que, antes de la comparecencia de la tarde, el club no había sido alertado de las incidencias. “Una cosa es que haya temas por mejorar, y otra cuestión es que te inhabiliten para hacer la actividad. Nosotros, como Barça, entendemos que no nos inhabilita. […] Estamos hablando de deficiencias documentales, de cuestiones que no afectan a la seguridad, porque así nos lo dicen los técnicos”, aseguró Fort, que remarcó que se trata de “pequeñas insuficiencias y pequeños detalles” que se arreglarán cuanto antes para regresar, si es posible, ante el Girona el 18 de octubre.

Hasta entonces el Barça jugará en Montjuïc —casa de los azulgranas durante las dos últimas temporadas— este fin de semana contra la Real Sociedad y la que viene en Champions ante el PSG. Fort, en la entrevista, reveló por primera vez lo que el Barcelona paga por cada partido al Ayuntamiento: entre 300.000 euros y 900.000, según variables. “Una cantidad muy importante”, resaltó la directiva. A esta cifra hay que sumarle los 20 millones que el club invirtió para reformar el estadio antes de ser utilizado.

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