La Fiscalía acusa al líder de una secta de violar a cinco mujeres: “Ahora ya estás casi iluminada”
El ministerio público pide, en total, 70 años de cárcel al autodenominado “maestro iluminado”
Se autodenominaba “maestro iluminado” y bajo la excusa de trabajar “la estructura del ego de la persona y el crecimiento personal”, la Fiscalía acusa a José F. C. de violar a cinco mujeres, además de denigrarlas y lesionarlas. En total pide para él 70 años de cárcel (10 por cada uno de los cinco abusos sexuales continuados, conforme al código penal de cuando ocurrieron los hechos, dos por cada trato degradante, y dos más por las lesiones). El hombre ...
Se autodenominaba “maestro iluminado” y bajo la excusa de trabajar “la estructura del ego de la persona y el crecimiento personal”, la Fiscalía acusa a José F. C. de violar a cinco mujeres, además de denigrarlas y lesionarlas. En total pide para él 70 años de cárcel (10 por cada uno de los cinco abusos sexuales continuados, conforme al código penal de cuando ocurrieron los hechos, dos por cada trato degradante, y dos más por las lesiones). El hombre fue detenido en marzo de 2021 por los Mossos, y quedó en libertad. Desde entonces, “ha continuado ejerciendo, sin ningún impedimento”, lamenta Miguel Perlado, psicólogo, especialista en sectas, que ha acompañado a las cinco víctimas que dieron el paso de denunciar después de años atrapadas en el grupo.
El escrito del ministerio público, al que ha tenido acceso EL PAÍS, relata el periplo de las cinco víctimas, que conocieron a José F. C. a través del “boca oreja”, explica Perlado. Todas ellas buscaban ayuda, en trances complicados personales y, tras unas primeras sesiones personales que costaban entre 35 y 70 euros, el acusado acababa “conociendo a la perfección todos los aspectos” de la vida “personal, familiar y laboral” de las víctimas. Una vez detectados los “puntos débiles”, empleaba el camino de la “anulación de su personalidad, y control” para “doblegar su voluntad” y someterlas a “prácticas generalmente sexuales, que de otro modo hubieran sido inconsentidas”, describe la fiscalía.
El sospechoso actuaba conforme a un patrón, que aplicaba de manera particular con cada una de las víctimas. Empezaba con sesiones privadas, y después organizaba “retiros” de fin de semana, en los que extenuaba a los alumnos con largas caminatas, sin comer, ni beber, y sin poder orinar sin permiso. Después debían participar en una fiesta, en la que debían comer de pie, y allí acababan con juegos “de alto contenido sexual”. A una de las denunciantes, que acudió a él en un momento de soledad, coincidiendo con el diagnóstico de una enfermedad, le dijo que tenía un “ego muy duro y lo tenía que matar”. Después de pruebas de iniciación, como bailar desnuda y tirarle agua fría, la invitó a uno de los retiros, pero la echó de la casa. La mujer acabó durmiendo “en un cajero”, como muestra de lealtad.
Las supuestas terapias también contenían insultos, golpes y humillaciones, y quienes no lo toleraban o no obedecían, eran expulsados. Ese miedo condicionaba la voluntad de las víctimas, insiste la Fiscalía, que asegura que después de mantener relaciones sexuales con una de las mujeres, le dijo que “ya estaba casi iluminada”. A otra de las denunciantes le repitió que era “una pija, con mucho carácter, a la que iba a domesticar”. Y para ello, él, como “maestro único salvador” le tenía que “freír el ego”. El escrito fiscal describe diversos episodios de azotes, insultos y golpes, muchos de ellos de manera pública. A una de las mujeres, después de insistirle que era “demasiado clásica” y necesitaba trabajar su “sexualidad”, le hizo mantener relaciones sexuales con él y otra mujer. Al acabar, la felicitó: “Había superado su ego”, explica la Fiscalía.
Expresiones que repitió a otra de las mujeres que finalmente le denunció. “Has superado tu complejo”, “te has hecho una mujer”, “ya tienes tu chacra sexual” o “has pasado de nivel”, recoge el escrito del ministerio público. Antes, les había pedido a todas ellas fotografías sexuales, o vídeos masturbándose, que después compartía con el resto de alumnos, y que incluso sometía a votación, denigrándolas. Otra de las mujeres, lesbiana, denunció que fue sometida a vejaciones por su condición sexual, y sometida para mantener relaciones con él y otras personas. “Ahora ya tienes el alma libre como mujer”, le dijo después, según la Fiscalía, que insiste en que la única intención del acusado era “satisfacer sus instintos libidinosos y considerarse a sí mismo líder de un grupo de personas del que controlaba todos sus aspectos”.
Las víctimas estuvieron años atrapadas en el grupo, en el que José F. C. se erigía en el poseedor de “la verdad absoluta, el líder máximo, absoluto e indiscutible, un ser superior, a otro nivel”. “Con toda claridad se puede hablar de una pequeña secta en torno a este José como maestro autoproclamado”, explica Perlado, especialista en sectas, que ha acompañado a las mujeres en el proceso. En diciembre está previsto que se celebre el juicio, lo que supone un proceso de “estrés añadido” pero también la oportunidad de que las “recuperen su dignidad” si acaba en una condena. Pero Perlado advierte de que el “maestro iluminado” continuó con su actividad a pesar de su detención en 2021: “Es probable que aún haya personas asistiendo a los viajes de meditación de este hombre”.