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Barcelona se aferra al cierre de comercios en domingo pese a la presión turística

Los pequeños negocios y los dependientes, contrarios a abrir todos los domingos durante ocho meses

El domingo 14 de septiembre fue el último con los comercios abiertos, de esta temporada, en las zonas de gran afluencia turística (ZGAT) de Barcelona. Un espacio que ocupa la totalidad de Ciutat Vella y el Eixample y gran parte de Sant Martí, Gracia, Horta-Guinardó, Sarrià-Sant Gervasi, Les Corts y Sants-Montjuïc, donde —desde 2022— se permite abrir a los comercios todos los domingos (de 12.00 a 20.00 horas) entre el 15 de mayo y el 15 de septiembre. El gobierno de Ada Colau permitió a los negocios de estas zonas (prácticamente toda la ciudad) abrir estos domingos en un momento donde la economía salía de una pandemia. Se fijó un horizonte de cuatro años para recuperarse de la crisis del coronavirus. Los cuatro años acabaron el pasado domingo. ¿Ahora qué?

Entidades como Barcelona Oberta, que representan el comercio de los ejes más turísticos de la ciudad, quieren negociar con el Consistorio no solo la prórroga indefinida de esta medida de apertura dominical sino aumentar el número de domingos abiertos pasando de cuatro a ocho meses. Estos comerciantes prometen que estas aperturas dominicales serán el rey Midas de la economía y el empleo de la ciudad. En contra de la apertura dominical —e incluso con discursos que llaman a reducirlas— se sitúan Barcelona Comerç, que representa a los negocios de barrio, pero también sindicatos y trabajadores que consideran que abrir el domingo perjudica al pequeño comercio, no se nota en los bolsillos de los empleados y torpedea cualquier conciliación familiar. Mientras tanto, el turismo alcanza cifras de récord y algunos comerciantes protestan al ver a miles de visitantes desfilando por aceras con las tiendas cerradas. En Madrid, desde 2012, los horarios están liberalizados y cada comerciante determina, sin limitaciones, los festivos de apertura.

Esta semana se ha inaugurado la nueva librería La Central de Consell de Cent aunque llevaba vendiendo varios meses. La librería abrió el último domingo de agosto y los dos primeros de septiembre. Una prueba que un colectivo de trabajadores tilda de “trampa”. Uno de los empleados, que prefiere no dar su nombre, afiliado a CGT, ha denunciado a este diario: “Es el principio de la neoliberalización de horarios comerciales hasta en las librerías. Van a cambiar el ritmo de la clase trabajadora y a tener una ciudad abierta todos los fines de semana”. Los trabajadores de La Central temen que en cuanto la librería pueda abrir más domingos no lo dudará y, de paso, contaminará a otras librerías del Eixample que seguirán el ejemplo.

Hay voces que aseguran que abrir los domingos genera empleo. No es el caso de Hector Rustarazo, de CGT Comercio y trabajador de Apple. El sindicalista vaticinó en 2022 que la apertura de domingos no beneficiaría a los empleados. “Han pasado cuatro años desde que se puso en marcha la maniobra de abrir los domingos y las empresas han ganado mucho dinero mientras que al trabajador se le ha precarizado”, denuncia. Rustarazo mantiene que la mayoría de empleados de grandes superficies tienen contratos de lunes a domingo por lo que no se les remunera de forma adicional por trabajar en el tradicional día de descanso. “Lo único que han conseguido es precarizarnos a todos y destrozar al pequeño comercio”, concluye.

Óscar López es el secretario de la federación de servicios de UGT y recuerda cómo se impusieron en 2022 las aperturas dominicales. “Entonces estaba cayendo el empleo y se acordó abrir los domingos con la condición de que los trabajadores fueran de forma voluntaria. Por trabajar un domingo se les tenía que dar otro festivo de calidad —sábado o domingo— y una dieta”, recuerda López. El primer año hubo decenas de incumplimientos. “Hoy depende de la empresa, hay unas que pagan muy bien el festivo y otras nada. No se ha cumplido el objetivo de contratar a más gente”, advierte.

En las próximas semanas se debatirá si se mantiene, se olvida o se alarga la propuesta vigente desde 2022. Las entidades comerciales ya han manifestado claramente cuáles son sus posiciones. Pròsper Puig es el presidente de Barcelona Comerç, la entidad que defiende los intereses del pequeño comercio. Puig destaca que en Barcelona toda tienda que tenga menos de 300 metros cuadrados —y no sea una franquicia o se encuentre en una gran superficie— tiene libertad de horarios y puede levantar la persiana 363 días al año (con la obligación de cerrar el 25 de diciembre y el 1 de enero). “Los comercios tenemos un gran problema a la hora de atraer empleados. Si, encima, les obligamos a trabajar los domingos, es todavía menos atractivo”, introduce su razonamiento. “¿Queremos que Barcelona sea un gran centro comercial abierto siempre? En Madrid pasa eso y se han cargado todo el comercio de proximidad. Si una persona quiere comprar unas zapatillas y lo hace un domingo en una gran superficie, ya no las comprará en la tienda de su barrio un martes”, concluye. Puig es partidario de no abrir más domingos y considera que las administraciones no protegen lo suficiente al pequeño comerciante.

Joaquim de Toca es el secretario de Barcelona Oberta, donde se integran las grandes cadenas comerciales. De Toca mantiene que gracias a la apertura de los domingos se han aumentado en un 50% las afluencias comerciales un día de la semana que solían estar los comercios cerrados. “Barcelona es una ciudad turística líder, pero tenemos los horarios más restrictivos. Vienen miles de turistas a la ciudad, hay una demanda que no cubrimos”, inicia su discurso. La propuesta de Barcelona Oberta es abrir todos los domingos desde Semana Santa hasta Todos los Santos. “En Semana Santa es cuando más turismo de compras viene a la ciudad, no es época de playa y se dedican a recorrer las calles. Pues bien, entre viernes santo y lunes de Pascua —que es cuando más gente nos visita—, solo podemos abrir el sábado. Es inconcebible”, reniega. El secretario de Barcelona Oberta asegura que hoy hay contratos que “caen” cuando llega el 15 de septiembre y no se puede abrir más domingos. “Si alargamos las aperturas hasta Todos Santos luego viene el Black Friday y la campaña de Navidad. Habría muchas empresas que mantendrían contratos”, vaticina.

El Ayuntamiento ha asegurado a EL PAÍS que valoran “positivamente” la iniciativa de abrir los domingos de mayo a septiembre y se abre a dialogar cualquier modificación o posible ampliación. Mika Crisu es la trabajadora de Inditex que en 2022 fundó la plataforma Stop Domingos en Barcelona. “No han cumplido nada en estos cuatro años. Sé que a nuestras manifestaciones fuimos muy pocas decenas de dependientes. Hay mucho miedo, pero nos movilizaremos, segurísimo, si lo que quieren es hacernos trabajar todos los domingos. Nosotros también tenemos familia”, concluye.

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