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La ‘ultra’ Sílvia Orriols prohíbe el ‘burquini’ en la piscina de Ripoll porque dificulta el rescate, pero los socorristas lo niegan

La líder de Aliança se escuda en que el traje de baño integral “dificulta el rescate”

A Sílvia Orriols le gustan las ordenanzas casi tanto como deplora las prendas islámicas. La alcaldesa ultra de Ripoll (Girona), que ha manifestado en reiteradas ocasiones su animadversión hacia el hiyab (velo islámico) ha tenido ahora ocasión de combinar, en una sola medida, sus filias y fobias: ha aprobado un puntilloso bando municipal que prohíbe el uso del burquini (el traje de baño integral) en la piscina del pueblo. Lo ha hecho escudándose en la seguridad de las mujeres: “Si hay que rescatar a un usuario, dificulta el rescate, es un criterio técnico”, ha afirmado

Pero los argumentos de Orriols no se sostienen, según los expertos en socorrismo consultados. “Lo que dice no tiene sentido. No hay ningún elemento en el burquini que lleve a pensar en un riesgo adicional”, opina Oriol Canals, vicepresidente de la Asociación de Empresas Catalanas de Salvamento Acuático (AECSA) con más de 20 años de experiencia. “La ropa puede coger más peso en el agua, eso es verdad, pero eso es una tontería porque el material de flotación de un socorrista en una piscina está preparado para aguantar a dos y tres y hasta cuatro personas”, incide.

Canals reflexiona sobre las maniobras de reanimación cardiopulmonar (RCP), que exigen que el tórax de la persona esté descubierto. Pero subraya que se necesitarían unas tijeras para cortar la prenda, también, en el caso de una mujer que usa un bañador. El socorrista ironiza con que otras comunidades, como la china, “también están acostumbradas a vestirse con más ropa que nosotros” y, sin embargo, no son objeto de limitaciones de ningún tipo. La alcaldesa, en todo caso, no ha detallado cuáles serían los problemas técnicos de usar la prenda en el caso de un rescate.

Seguridad y libertad religiosa

Orriols es consciente de que, desde el ayuntamiento que gobierna, no puede dictar ordenanzas o normas que atenten contra la libertad religiosa. El Tribunal Supremo lo dejó claro en una sentencia de 2013, a raíz de las disposiciones de la Paeria de Lleida para prohibir el burka de lugares públicos. La líder de Aliança Catalana, sin embargo, piensa dar la batalla. El pasado febrero, anunció que planteará una reforma de la ordenanza de civismo para, entre otras cosas, prohibir el uso del velo islámico en escuelas y equipamientos públicos. Lo hará, según manifestó, para “evitar la discriminación” de las mujeres y por “razones de seguridad”.

La seguridad es ahora, de nuevo, la vía que ha encontrado para prohibir el burquini. “Básicamente lo hemos hecho por una cuestión de seguridad”, dijo Orriols en una entrevista en La Sexta, en la que dijo también que había “usuarios de toda la vida que se habían desapuntado” de la piscina, y que la presencia de burquinis había generado “mucha crítica” en el pueblo, de 11.000 habitantes. Consultado por este diario, el Ayuntamiento de Ripoll asegura que no tiene datos de bajas ni de número de usuarias que estarían empleando el bañador integral en las instalaciones.

Ripoll ha colgado el bando en su página web. El texto repasa el reglamento de uso de la piscina municipal (que es cubierta) tras supuestas “quejas por parte de usuarios”. En el último punto del apartado “otros”, recuerda que la piscina “está destinada prioritariamente a la práctica de la natación” y agrega que, “por cuestiones de seguridad, la indumentaria del baño ha de ceñirse a lo que contempla el reglamento, de manera que los burquinis que pueden suponer un peligro en caso de emergencia están prohibidos”.

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