La minera ICL se alía con la china Dynanonic para invertir 285 millones en una fábrica de componentes de baterías en Sallent

El Govern considera estratégico este proyecto, que todavía no tiene calendario, y prevé agilizar los trámites

La mina de potasa de Iberpotash en Sallent en 2019, cuando todavía estaba en funcionamiento.susanna sáez

La empresa minera israelí ICL ha firmado este viernes una alianza con la china Shenzhen Dynanonic para instalar una fábrica de cátodos de fosfato de hierro y litio en Cataluña. Se trata de uno de los componentes esenciales para hacer las baterías eléctricas que necesita la industria de la automoción en su proceso de electrificación. La inversión inicial prevista será de 285 millones de euros, aunque todavía no hay previsión de cuántos puestos de trabajo generará ni de cuándo se pondrá en marcha. El Govern, que ha mantenido contactos en los últimos meses para atraer esta inversión, considera este proyecto como estratégico, con lo que se podrán agilizar los trámites administrativos. El sitio escogido llena un vacío en el tejido industrial de Cataluña: la fábrica se instalará en la antigua mina de potasa de Sallent, una planta que está en desuso desde que Iberpotash, la filial española de ICL, la cerró en 2020.

La firma de la alianza, que se formalizará en una empresa conjunta, se ha comunicado a la Bolsa de Nueva York, en una nota en la que ambas compañías explican que el objetivo es abastecer al mercado europeo de baterías de los componentes necesarios para su fabricación. Los cátodos son uno de los principales elementos de las baterías y el más costoso de ellos (alrededor de un 40% o un 50% del valor de la batería), por lo que Europa hace tiempo que está buscando la manera de poder producirlos aquí para tener en suelo europeo los distintos pasos de la cadena de producción de las baterías, en una carrera global que está ganando China.

El departamento de Empresa y Trabajo de la Generalitat explica que este proyecto se complementa con el que la empresa coreana Lotte tiene en Mont-Roig del Camp, de 400 millones de inversión, donde se instalará una fábrica de otro de los componentes necesarios para las baterías, los ánodos. Ambos proyectos se han considerado estratégicos y se podrán agilizar los trámites, de acuerdo con la ley de facilitación de la actividad económica, actualizada en un acuerdo del Govern del pasado mes de diciembre. Estos proyectos tienen que conllevar inversiones de más de 20 millones de euros y demostrar su capacidad de generar ocupación y oportunidades para el tejido empresarial.

Cataluña entra así en la carrera para tener en el territorio parte de la cadena de valor para las baterías eléctricas. Así, las fábricas de componentes como la de Sallent o la de Mont-Roig del Camp podrán abastecer a la gigafactoría que Volkswagen instalará en Sagunto (Valencia), o a otras fábricas de celdas de baterías. Otro de los proyectos que están previstos en España es la planta de Navalmoral, en Extremadura, que fabricará baterías de litio e incluirá una mina para extraer este material. El presidente de la División de Phosphat Solutions de ICL, Phil Brown, ha defendido el acuerdo: “El momento es adecuado para hacer este movimiento, puesto que es una solución crítica para el futuro de la transición energética de Europa”. Según el acuerdo, ICL participará en el proyecto en un 80%.

Reindustrialización minera

Según fuentes cercanas, la compañía israelí estudió instalar la nueva fábrica en Alemania o en Cataluña, y se decantó por la segunda tras una larga negociación gracias al buen clima empresarial y económico en España y al entendimiento con las administraciones. Esta nueva fábrica de ICL, para cuya inversión de momento no se han recibido fondos europeos, se ubicará en los 100.000 metros cuadrados de las antiguas instalaciones de la mina de Vilafruns (Sallent), lo que convierte el proyecto en un bálsamo para el tejido industrial de la comarca del Bages. Esta mina de extracción de potasa y sal se cerró en 2020, cuando se pasó toda la producción a la mina de Cabanasses, en Súria, también gestionada por Iberpotash, filial de ICL.

Aunque la nueva planta será muy diferente de la que había asociada a la mina, el Govern e ICL han destacado que se trata de una solución muy positiva para reindustrializarla. De esta forma también se da continuidad a la actividad económica de la comarca del Bages, que cuenta con una larga tradición industrial durante todo el siglo pasado y que está muy conectada con Barcelona. “Hemos acompañado estas conversaciones y acuerdos, estamos muy satisfechos por un anuncio que implica una fuerte inversión en el territorio, que traerá creación directa e indirecta de puestos de trabajo de calidad”, ha dicho el consejero de Empresa y Trabajo, Miquel Sàmper, durante una visita a distintas empresas del Bages. Sàmper ha añadido que el proyecto sitúa Cataluña “en el objetivo de soberanía en la producción de materiales estratégicos y que impulsa la cadena de valor de la movilidad eléctrica”.

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