Las agresiones por LGTBIfobia llegan a máximos históricos en Cataluña: un 25,8% son contra personas trans

“Es un fracaso como sociedad que el discurso de odio cale tanto entre determinados sectores de la población joven”, lamenta Eugeni Rodríguez, presidente del observatorio

Miembros de 'Observatori contra la LGTBfòbia', durante la presentación de los datos de 2024 en el Centre LGTBI+, a 13 de enero de 2025. en Barcelona.David Zorrakino (Europa Press)

El caso del joven Samuel Luiz, por el que se condenó el pasado noviembre a cuatro hombres por homicidio con alevosía, pasará a la historia como uno de los mayores delitos de odio contra el colectivo LGTBI en España. “En este brutal asesinato hubo homofobia. Lo que gritan al matar a una persona sí importa”, concluía Mario Pozzo-Citro, abogado de Alas A Coruña, la entidad LGTBI que llevó la acusación particular. En Cataluña, las agresiones registradas en 2024 por el Observatorio contra la LGTBIfobia han llegado a máximos históricos: 318 incidencias registradas por la entidad desde que hay datos, de las cuales el 25,8% se han dado contra personas trans. Así se explica en la radiografía publicada este lunes por la entidad. Esto supone un 4,9% más que en 2023 y un 34,1% más que en 2022.

Barcelona es la provincia con más casos registrados, un 74,5%; le siguen Girona y Tarragona, con un 3,7% respectivamente; Lleida, con el 1,6%; y los ataques cometidos de forma no presencial por medios virtuales representan ya el 12,6%. “Nos preocupa especialmente las agresiones en espacios virtuales, y más después de que Meta haya dicho que no habrá filtros para que el odio pueda esparcirse por las redes”, ha denunciado Eugeni Rodríguez, presidente del observatorio. Del 3,9% restante la entidad no ha obtenido datos. En la capital catalana donde se han dado más casos de discriminación ha sido en los distritos de Sants-Montjuïc, Ciutat Vella y el Eixample, en este orden.

En cuanto a los ámbitos, la mayoría se han dado en la vía pública (30,1%), con 96 casos; los espacios de ocio nocturno (12,3%), con 39 casos; y finalmente internet, redes sociales y ámbito laboral (8,8%), con 28 casos. Las agresiones físicas han crecido respecto al año anterior y representan el tipo más registrado (26,1%) con 83 casos, seguidas de las muestras de odio y exaltación, con 72 casos, y las agresiones verbales, con 60 casos. Los hombres gay siguen como el colectivo más agredido (165 casos), seguido de las personas trans, con 82 casos confirmados, la mayoría de los cuales se han dado contra mujeres trans. Desde 2023, la entidad ha percibido una presencia progresiva de los hombres trans y las personas no binarias.

Las políticas de prevención son el principal reclamo del observatorio, un asunto que abordará en la reunión con el Departamento de Igualdad y Feminismos de la Generalitat de Cataluña el próximo 21 de enero. “Nuestro protocolo ha cumplido cinco años, pero incidir sobre él sigue sin ser una prioridad del gobierno catalán. Fallamos en un tema esencial: la prevención. Debemos poner la reparación de la víctima en el centro”, ha exigido Rodríguez.

Voces de la escena musical catalana se han alzado recientemente ante el aumento de casos de LGTBIfobia en Cataluña. Es el caso de Joan Liaño (23 años, Barcelona), cantautor y concursante del programa Eufòria, que se ha convertido en un referente del activismo por los derechos LGTBI. “Es fundamental que aquellas personas que están construyendo su identidad encuentren artistas que sirvan de referentes. La música es política”, subraya Liaño.

El hecho de que haya colectivos más agredidos que otros se debe al grado de aceptación social, como en el caso de las personas trans, según el psicólogo y autor del libro Amar con orgullo, Adrián Gimeno. Especialista en dar apoyo a víctimas de agresiones por LGTBIfobia mediante el enfoque de la psicología afirmativa, Gimeno entiende que el proceso de desarrollo individual de una persona LGTBI es diferente al del resto de la población, pero por el entorno hostil que le rodea. “La interiorización del rechazo se genera en momentos en los que la persona todavía no ha construido del todo su identidad. Es fundamental validar esos procesos y poner el foco en las realidades no nombradas del colectivo”, sostiene.

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