La cúpula judicial y fiscal en Cataluña constata la falta de medios para combatir la delincuencia
El presidente del TSJC, Jesús Barrientos, celebra la “recuperación” de la normalidad con la presencia de Salvador Illa en el acto de apertura del año judicial
La justicia no está combatiendo con demasiada eficacia el fenómeno de la multirreincidencia, una de las prioridades del nuevo Govern. La lentitud en la celebración de los juicios, motivada en parte por la falta de medios, hace que la pequeña delincuencia no pueda atajarse por más que los Mossos d’Esquadra practiquen cada vez más detenciones. Han coincidido en el diagnóstico, este viernes, el presidente del Tribunal Superior de Justicia de Cataluña (TSJC), Jesús Barrientos, y el fiscal superior de Cataluña, Francisco Bañeres, en el acto de apertura del año judicial en la comunidad, al que ha asistido por primera vez desde hace más de diez años el presidente de la Generalitat, Salvador Illa.
Barrientos ha constatado que la inseguridad se ha situado como “el problema más grave” en ciudades como Barcelona, y así lo perciben los vecinos de todos los barrios, según las encuestas. Para el presidente del TSJC, las estadísticas vienen a darles la razón. Las denuncias y atestados policiales en los juzgados de la capital aumentaron un 38% en solo dos años (entre 2021 y 2023), una cifra que, si se confirma la tendencia del primer trimestre, se situará en el 50% a final de este año. El presidente ha aplaudido la “determinación” de los responsables políticos para acabar con la delincuencia pero ha lamentado que el “esfuerzo inversor” puesto en aumentar la plantilla de mossos y policías locales no se haya trasladado a la administración de justicia.
“Se requiere un incremento y refuerzo de los medios personales y materiales del sistema judicial. De lo contrario, una mayor eficacia policial sin asegurar una respuesta judicial en tiempo contribuirá con toda seguridad a agravar el colapso de los órganos de enjuiciamiento”, ha agregado Barrientos en el que, con toda probabilidad, ha sido su último acto como presidente del TSJC: su cargo es uno de los que están ya caducados y pendientes de renovación por parte del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ).
Le ha precedido el fiscal superior de Cataluña, que ha lamentado también la falta de medios suficientes y cómo la sociedad asiste “impasible” a una justicia “descorazonadoramente lenta”. Sin mencionar de forma expresa el fenómeno de la multirreincidencia, Bañeres ha subrayado que la consecuencia de esa falta de personal es que juicios por delitos leves que deben celebrarse con la máxima celeridad se acaban señalando “no en 15 días sino en 15 meses”. Una de las consecuencias perversas de esos desajustes es que se acaban aplicando de manera “masiva” atenuantes de penas por dilaciones indebidas, lo que hace que el reproche penal a los condenados acabe siendo menor.
Al acto solemne en el Palacio de Justicia de Barcelona ha asistido, por primera vez desde hace al menos una década, el máximo representante de la Generalitat. Barrientos, que había sido muy crítico con los anteriores ejecutivos en manos de partidos independentistas, ha aplaudido el gesto del socialista Salvador Illa porque supone recuperar una “tradición de institucionalidad que nunca debería haberse perdido”. El presidente del TSJC, ha acudido personalmente a la puerta del Palacio de Justicia a recibir a Illa y, juntos, han subido las escaleras hasta el área de presidencia. Al acto han asistido además los consejeros de Justicia, Ramon Espadaler, y de Interior, Núria Parlon. Barrientos, que a su vez ha sido diana de las críticas del independentismo por sus resoluciones vinculadas al procés, ha animado a los nuevos miembros del Poder Judicial a defender a ultranza la “independencia de los jueces” ante “descalificaciones e insultos personalizados”.