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Marta Clot, la sumiller con más seguidores de España que habla de vinos de otra manera

Entre Instagram y TikTok se dirige a más de 600.000 personas con vídeos divertidos que promueven sobre todo las denominaciones de origen catalanas

Marta Clot en la taberna Companyia d’Alella, en Alella (Maresme).Albert Garcia

Con autobús de línea llego a la Companyia d’Alella, una taberna clásica en este municipio del Maresme donde me ha citado Marta Clot (Granollers, 30 años), la sumiller más transgresora del momento, que está detrás de las cuentas @ladelsvins (en catalán) y @lamartaclot (en castellano). Acumula más de 600.000 seguidores en redes hablando de vinos a su manera, especialmente catalanes. Lo que más la diferencia son las formas. Desenfadada, cercana, con empatía hacia los consumidores, sobre todo los menos expertos. Sin pajarita, con cero esnobismo, decantando humor a veces y un discurso siempre entendible para todos. La de los vinos tiene el objetivo claro y va a por todas, a pesar de haberse metido en terreno pantanoso, con mucha testosterona y pompa, aguantando el chaparrón de los críticos. Los tiene dentro del sector y fuera.

La encuentro sentada en una bota de vino junto a Mike Cano, su pareja en lo personal y lo profesional, quien pone organización y horarios a un trabajo conjunto, que se visibiliza con vídeos en Instagram y TikTok, pero va más allá, con degustaciones y otros eventos para bodegas y festivales. Incluso ya ha creado su propio vino, con la bodega Vins L’Apical, que está agotado. Pero vendrán más, avanza Marta Clot, con una historia curiosa en este mundo, donde ha subido como la espuma, pero sin derramarse como la del cava. Después de unos inicios como pastelera, se formó como sumiller en la escuela CETT de Barcelona, trabajó cuatro años en Wine Palace en Sant Cugat, una gran escuela para ella, y empezó a crear contenido en redes, pero hablando de vino de otra manera.

Próxima, espontánea, divertida, generosa… y para nada sofisticada. Le ha sacado a la comunicación del vino toda la solemnidad, para hablar de lo que le apasiona de un modo más terrenal. Mientras me cuenta sus andanzas y metas, pide dos copas de vino blanco PS, de la bodega Alta Alella (3,20 la copa). Explica que está elaborado con pasa blanca, una uva fresca y delicada que define la DO Alella, la denominación de origen más pequeña de Cataluña y la más cercana a Barcelona. “Solo cuatro de cada diez botellas que se abren en Cataluña son de vinos catalanes”, lamenta. Por eso, ella se enfoca en las bodegas y elaboradores de aquí.

Marta Clot en la taberna Companyia d’Alella, en este municipio del Maresme.Albert Garcia

Como no es muy aromática, la pasa blanca (que tiene las mismas características que el xarel·lo) le parece ideal para un aperitivo, como también para una comida de verano. No menciona tipos de barricas ni tiempos de maduración. No es su estilo. Cuando habla de vino piensa en lo que “realmente” le interesa al consumidor, dice. Y va más allá, cree que la manera que predomina de comunicar sobre vino ha alejado a los jóvenes de esta bebida. De hecho, es la principal queja del sector, que la juventud no bebe vino. Prefieren de largo la cerveza, y Marta Clot cree que, en parte, los sumilleres tienen la culpa, han asustado a los más jóvenes, que sienten que no van a saber nada. Y sigue con su reto, “¿Por qué no se puede beber vino en un vaso de plástico? Que alguien me lo explique”.

No se ha vuelto loca. Defiende que la mejor manera de beber vino es la copa de cristal, pero en festivales, conciertos y ferias no es posible. “Soy activista del vino y también me lo bebo en un vaso de plástico si no hay alternativa mejor”, argumenta. Y saca a relucir el porrón. “Antes estaba en todas las casas y lo hemos dejado de usar”. A su parecer es una forma muy buena e higiénica para beber vino en grupo. Por eso ella siempre tiene el porrón listo en casa, para cuando recibe a sus amigos. Todas estas cosas las cuenta así en sus redes, con conocimiento, pero también humildad y simpatía. Así ha conseguido llegar a su público objetivo. La mayoría de sus seguidores tienen entre 18 y 45 años.

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En solo tres años desde que creó la primera cuenta, Marta Clot ha revolucionado la manera de comunicar sobre vinos. Y no lo digo yo, sino el prestigioso Basque Culinary Center, que la ha nombrado una de los 100 jóvenes talentos de la gastronomía 2024. Ni ella se esperaba este éxito cuando empezó a colgar vídeos sobre vinos con una edición más parecida a otros sectores de estilo de vida. Hay una estrategia que sigue repitiendo porque no falla y copió de cuentas de cosmética. En lugar de esperar que los jóvenes compren botellas fuera de su alcance, les propone alternativas igualmente buenas para todos los bolsillos, que se parecen por el tipo de uva o la zona. Es uno de sus vídeos estrella.

La frase que más ha oído y sigue escuchando es “Yo no sé de vinos”. “Pero quién sabe de la elaboración de los quesos u otros productos?”, se pregunta. Entiende que se le ha querido dar estatus y valor a la elaboración del vino, que es muy compleja, después de años en que la gente bebía solo vino a granel de las cooperativas. “Pero eso ya pasó y hay que bajarlo todo un poco”, dice. Cuando trabajaba en la tienda de vinos, ella les preguntaba a los clientes por cuando, cómo y con quién iban a abrir esa botella. “Soy más partidaria de preguntar por los momentos de consumo y la compañía”, aclara.

La imagen de la persona que bebe vino, que en general es de un hombre de más de 50 años, “tiene que cambiar”, dice. Es lo que ella persigue y practica. “Siempre que hay, yo pido vino”, añade. Y especialmente de las 12 denominaciones de origen de Cataluña, con bodegas familiares y también gente joven y mujeres que están cambiando la manera de elaborar vinos, para hacerlos más ligeros, con menos graduación, más frescos, “que no se peguen a la lengua”, añade. Con vino así es más fácil llegar a un consumidor más joven. Está pasando con los vinos naturales, reconoce, porque parecen menos encorsetados. Para ella, el mejor halago es cuando sus seguidores le dicen que han descubierto nuevas bodegas o que están probando diferentes tipos de vino gracias a sus vídeos.

Como cualquier creadora de contenido tiene sus haters, dentro y fuera del sector. Entre otras cosas, la acusan de promover el alcoholismo o de ser una “niñata”. Pero ella, consciente de que no puede gustar a todo el mundo, hace oídos sordos y sigue su camino ascendente. Mike Cano apunta que en el último mes sus posts tuvieron un alcance de 16 millones de personas. Tanto en redes como en el mundo real, la de los vinos tiene muchos planes de cara al nuevo curso. Parecía tímida, pero no ha parado de hablar. Cuando terminamos esta charla, su copa sigue medio llena. Reconoce que no bebe mucho, que debería abrir más vinos, pero el trabajo la absorbe. En casa del herrero cuchara de palo.

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