Jaume Collboni: “Queremos subir la tasa turística al crucerista que pasa menos de 12 horas en Barcelona”
El alcalde socialista se muestra convencido de que puede “combatir las consecuencias de la masificación turística” y optimista sobre la eventual investidura de Salvador Illa
Jaume Collboni (PSC) cumplió en junio un año como alcalde de Barcelona. Arrancó el mandato con un plan de choque de limpieza y seguridad y ahora se marca como objetivo la gestión del turismo y la vivienda. Collboni ha anunciado que eliminará los 10.000 pisos turísticos de la ciudad en cinco años y reducirá el número de cruceristas. Mientras, sigue gobernando en minoría: la incorporación de ERC al Gobierno...
Jaume Collboni (PSC) cumplió en junio un año como alcalde de Barcelona. Arrancó el mandato con un plan de choque de limpieza y seguridad y ahora se marca como objetivo la gestión del turismo y la vivienda. Collboni ha anunciado que eliminará los 10.000 pisos turísticos de la ciudad en cinco años y reducirá el número de cruceristas. Mientras, sigue gobernando en minoría: la incorporación de ERC al Gobierno municipal sigue congelada.
Pregunta. Ha anunciado varias medidas para reducir la presión turística en Barcelona. ¿En qué notaremos la diferencia este verano?
Respuesta. Vamos a empezar a notar algunas cosas. El objetivo que me he marcado desde el punto de vista del uso del espacio público, sobre todo en el litoral y en el centro de la ciudad, es recuperar Barcelona para los barceloneses. Y eso tiene que ver, por ejemplo, con lo que vamos a inaugurar este domingo: 20.000 metros cuadrados más de espacio público en el Puerto Olímpico.
P. ¿No es contradictorio este discurso de recuperación del espacio público con continuar con grandes eventos para promocionar la ciudad?
R. No, porque el objetivo de los grandes eventos no es atraer más visitantes, sino que la ciudad tenga atractivo. Por ejemplo, en la Copa América todo es accesible, gratuito y está pensado para que la gente de la ciudad pueda ir, lo pueda ver desde las playas, los diques y espacios del puerto.
R. Barcelona es una ciudad abierta a los visitantes y el turismo es un sector importante en su economía. Dicho esto, estoy determinado a combatir las consecuencias de la masificación turística sobre la ciudad. Eso significa ir hasta el final con la prohibición de los pisos turísticos en 2028. También vamos a proponer destopar el tramo local de la tasa turística, vía Parlament de Cataluña, para incrementar sustancialmente la tasa a los cruceristas de escala. Porque hay dos fenómenos que son consecuencia de la masificación turística, que van contra la ciudad y contra el propio turismo de calidad. Uno, los pisos turísticos: entre el uso turístico de una vivienda y el derecho a la vivienda, en Barcelona hemos decidido poner por encima el derecho a la vivienda. Y dos, en el caso de los cruceristas de escala (menos de 12 horas) porque hay un uso intensivo del espacio público sin ningún beneficio para la ciudad y una sensación de ocupación y de saturación. Queremos tener turismo respetuoso con el destino.
P. Cuando habla de destopar, ¿de qué cantidad diaria sería para los cruceristas en tránsito?
R. Ya tenemos estudios, no me haga decir la cifra. En Barcelona tenemos tramo autonómico y local de la tasa turística. El tramo local ya lo hemos subido al máximo, 4 euros, y ahora un crucerista de paso paga en total 7 euros. Queremos subir todavía más el tramo local de la tasa turística al crucerista que pasa menos de 12 horas en Barcelona.
P. ¿Con la idea de que no vengan?
R. No, con la idea de que paguen lo que vale estar en la ciudad. En los 15 espacios de gran afluencia que hemos detectado, hay que hacer inversiones que van a ir a cargo del impuesto turístico y no a cargo del bolsillo del contribuyente y luego hay una parte de retorno social, como el plan para climatizar las escuelas pagado con la tasa. Lo que no queremos es una manera de hacer turismo que entre en contradicción con vivir en la ciudad porque va en detrimento del derecho a la vivienda y que expulsa cada día a gente joven de clase media.
P. Si se tumbara el decreto de la Generalitat no podría anular las licencias de pisos turísticos, ¿hay un plan B?
R. El plan es blindar jurídicamente desde la normativa urbanística.
P. Pero si el Constitucional tumba el decreto…
R. No contemplamos esa posibilidad.
P. ¿No es una posición muy fácil anunciar algo para 2028, que igual usted ya no es alcalde?
R. Quien marca los plazos no es el alcalde, sino el propio decreto.
P. ¿Anularán también las licencias de los pisos turísticos en edificios enteros, una oferta que también tienen algunos hoteleros?
R. Todas. Todos los pisos de uso turístico.
P. Provocará una subida de precios de hoteles. ¿Dónde dormirán los congresistas que hasta ahora se alojaban en esas viviendas?
R. La oferta hotelera que tiene, no solo la ciudad, sino el área metropolitana o la región, es suficiente para acoger grandes eventos como el Mobile. Tenemos el Maresme a mitad de ocupación o menos en enero o febrero.
P. Ha anunciado la reducción de número de cruceristas y de alguna terminal del Puerto, ¿cómo están esas negociaciones?
R. Tenemos que esperar, tiene que confirmarse que hay un cambio de gobierno en Cataluña y con eso nombramientos de nuevos responsables del Puerto. Vamos a esperar para abrir conversaciones.
P. Pisos turísticos, cruceristas, tasas, ¿plantea que Barcelona se convierta en el gran laboratorio de esa lucha contra la masificación?
R. Me gustaría que Barcelona fuera ejemplo de una ciudad que ha conseguido tener turismo y que ese turismo no vaya en detrimento del derecho de la ciudad, la idea de que Barcelona sea para los barceloneses y las barcelonesas. Tenemos calendarizadas visitas de ciudades de toda Europa y del resto de España, que vienen a ver que es posible hacerlo.
P. El anterior mandato, de Colau, se significó por la lucha contra el coche. ¿Qué plantea usted?
R. Más metro, más metro, más metro, más metro. La gran inversión de infraestructuras del futuro que hay que hacer en Barcelona en el área metropolitana es más metro.
P. Suavizará la normativa que obliga a los promotores a hacer un 30% de vivienda social: les permitirá agrupar las viviendas en un mismo edificio. ¿Cuándo quieren llevarlo a votación? ¿Deja fuera la mayoría de casos de rehabilitación?
R. No hay una propuesta todavía cerrada. En lo que llevamos de mandato, un año y dos meses, ya casi hemos duplicado los pisos de promoción social en Barcelona. Hemos hecho dos grandes operaciones de suelo: la cesión de solares al Incasòl, que son 1.700 pisos asequibles; y la operación con el Consorcio de la Zona Franca, que son unos 1.800. El 30% tenía un objetivo que no consiguió. Coges el histórico de estos últimos ocho años, de cuántas viviendas se han generado así, y creo que son 40, 50, 30. No hay más preguntas, no ha funcionado. Aspiramos a conseguir con el 30% el objetivo inicial, que eran 300 viviendas sociales cada año, a partir de 30%. Buscando la fórmula, flexibilizando la fórmula que haga posible que no se paralice el mercado privado, que se reactive y genere oferta privada, que también nos hace falta. Nuestro objetivo es tenerlo antes de que se acabe el año.
P. Comunes y entidades critican la limitación del padrón o la estancia de pensiones de emergencia a seis meses. Creen que atentan contra los más vulnerables, ¿qué responde?
R. Barcelona invierte 37 millones en emergencia habitacional y es evidente que no puede estar sola frente al reto habitacional de emergencia. En el presupuesto de la Generalitat que cayó, porque los comunes no lo votaron, había una partida de 16 millones de euros para la emergencia habitacional. Tiene que haber más compromiso de los ayuntamientos metropolitanos ante este reto, Barcelona lo está asumiendo a solas. Y en el conjunto metropolitano tiene que haber más compromiso de todos los ayuntamientos para dar respuesta a ese reto, porque lo está asumiendo a pulmón y a solas Barcelona. Defendemos escalar la política de vivienda, estamos doblando los pisos asequibles en promoción porque la política de vivienda tiene que ir más allá de la vulnerabilidad y de la emergencia, que lo seguiremos haciendo, pero también para que llegue a la clase media trabajadora.
P. ¿Le está costando mucho gobernar en minoría?
R. No, vamos presentando proyectos, tenemos presupuesto aprobado, 3.800 millones.
P. ¿Acabará entrando Esquerra en su gobierno?
R. Eso se lo tendrá que preguntar a ellos. Estamos haciendo políticas progresistas y ERC es el grupo con el que hemos aproximado más posiciones.
P. Esta vez Barcelona sí que está en este paquete de negociaciones de la investidura de la Generalitat.
R. En absoluto, no lo ha estado, ni lo estará.
P. ¿Y si en la ecuación de Salvador Illa está que entre Ada Colau en el Gobierno municipal?
R. Todo lo que hagamos en Barcelona, será siempre en clave Barcelona.
P. Salvador Illa (PSC) está en pleno proceso de negociación para ser presidente, algo por lo que usted también pasó en su momento. Y usted salió vencedor, aunque no ganó. ¿Cómo lo ve?
R. Con optimismo. Yo veo al señor Illa optimista y confiado, porque creo que apela a algo muy razonable y muy de sentido común, que es que sería un grave error volver a llamar a los catalanes y las catalanas a votar, donde ya se han pronunciado, más allá de lo que digan las encuestas. Yo creo que cuando tú tienes un resultado electoral, en función del sistema político, tienes que administrar este resultado. Y yo creo que el mandato popular es muy claro, que es de cambio y de políticas progresistas.
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