Barcelona argumenta que no puede informar sobre los ingresos por el desfile de Louis Vuitton por cuestiones de “confidencialidad”
El Consistorio alega que, pese a ser una administración pública, debe respetar el secreto empresarial
Louis Vuitton presentó, el pasado 23 de mayo en la sala Hipóstila del Park Güell, su colección crucero 2025 ante 600 invitados. El acto sirvió como preámbulo de la 37ª edición de la Copa del América, de la que la firma de moda es el principal patrocinador. Dos centenares de activistas y vecinos protestaron aquella tarde, mientras las modelos desfilaban, contra la “privatización” del espacio. Dos meses después del desfile, el Ayuntamiento de Barcelona no da detalle de la operación económica con Louis Vuitton. EL PAÍS acudió al portal de transparencia municipal para conocer cuánto pagó la empresa de lujo a la administración por organizar el evento. Pero el consistorio ha declinado responder la cuestión con el argumento del “secreto empresarial”. Fuentes municipales agregan que es habitual no ofrecer detalles en los contratos de eventos en grandes instalaciones gestionadas por Barcelona de Serveis Municipals (BSM) para preservar la confidencialidad y ser competitivos.
El Ayuntamiento autorizó, mediante un decreto de alcaldía firmado el 25 de enero de 2024, el desfile de la firma de lujo. El decreto se firmó después de que la Comisión Técnica de Eventos del Park Güell proporcionara el 16 de enero una “opinión favorable” al desfile y considerara que el evento solicitado por Louis Vuitton, como patrocinador de la Copa del América, tenía “la excepcionalidad y relevancia suficiente para autorizarlo”. El 30 de abril, el Consistorio dio la licencia autorizando al distrito de Gràcia y a la firma de lujo a ocupar el espacio. La empresa pública BSM es la que realiza la gestión del parque y fue quien interlocutó con Louis Vuitton.
La firma empezó los preparativos, en el mismo parque, el 14 de mayo. Tres días más tarde, el 17 de mayo, EL PAÍS solicitó acceso a una información pública mediante una instancia presentada al Ayuntamiento de Barcelona. En esa petición se solicitaba saber cuál era el acuerdo económico. El Consistorio derivó la pregunta al departamento de transparencia de BSM. El 10 de junio —antes de que transcurriera el mes de plazo en el que la administración municipal tienen obligación de contestar—, el Consistorio prorrogó la resolución de la petición. El 26 de junio, el Ayuntamiento dio traslado de la solicitud a Louis Vuitton al entender que la respuesta a la pregunta podría “afectar los derechos o intereses legítimos” de la marca. La empresa de lujo respondió a la petición, aunque no se ha comunicado al solicitante en qué sentido, el 5 de julio.
Tanto el Ayuntamiento como BSM concluyen que no revelarán el acuerdo económico alcanzado por la administración y la empresa de lujo. El Consistorio se ampara en que el “derecho de acceso a la información pública no es un derecho absoluto”. En la justificación, el Consistorio argumenta que revelar el acuerdo económico entre Louis Vuitton y BSM es “solicitar el acceso a una información que se corresponde con los intereses económicos y comerciales” de la empresa pública municipal. “Todo ello, en relación con un sector muy competitivo, hecho por el cual obtiene mayor relevancia la preponderancia de los derechos económicos y comerciales afectados por la información solicitada”. El Consistorio ha repetido, en varias ocasiones, que el desfile y la cesión del Park Güell fue un acontecimiento “excepcional”. No revelan el acuerdo económico alegando que la “protección de los intereses económicos y comerciales de BSM prevalecen sobre el derecho de acceso a la información pública”.
No es la única justificación para no informar del acuerdo: “El precio que ha abonado la entidad organizadora del Louis Vuitton Fashion Show para la cesión de uso de determinados espacios de la zona emblemática del Park Güell también tiene la consideración de secreto empresarial”. El Ayuntamiento argumenta que es una información que la empresa de lujo “no comparte con otras empresas con las que se disputan un mercado muy competitivo”. BSM advierte de que existe una “cláusula de confidencialidad incluida en el contrato y la obtención por parte de terceros competidores le otorgaría una ventaja competitiva que perjudicaría el interés general de la ciudad y de su área de influencia”. Fuentes de BSM aseguran que los contratos de confidencialidad con promotores u organizadores son frecuentes.
La resolución de esta petición de información sí que aporta algunos detalles menores. Como que la empresa de lujo ha abonado 3.552 euros por los daños que un error humano provocaron a una escalera o que los vehículos que accedieron al recinto no podían superar los 3.500 kilos ni los 10 kilómetros hora.
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