Las dos hermanas que se suicidaron en Barcelona se ven abocadas a un entierro de beneficencia

Los cuerpos de las mujeres llevan 10 días en el instituto de medicina legal sin que nadie se haya hecho cargo

Protesta por el suicidio de las dos hermanas de Barcelona horas antes de ser desahuciadas en Barcelona.Gianluca Battista

Las dos hermanas que se suicidaron el lunes 1 de julio, horas antes de que fuesen desahuciadas del piso en Barcelona en el que su familia llevaba viviendo desde hacía más de 40 años, se ven abocadas a un entierro de beneficencia. Sus cadáveres siguen 10 días después en el instituto de Medicina Legal de Cataluña, sin que hasta el momento nadie de su entorno haya manifestado su intención de hacerse cargo del entierro, según han confirmado a EL PA...

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Las dos hermanas que se suicidaron el lunes 1 de julio, horas antes de que fuesen desahuciadas del piso en Barcelona en el que su familia llevaba viviendo desde hacía más de 40 años, se ven abocadas a un entierro de beneficencia. Sus cadáveres siguen 10 días después en el instituto de Medicina Legal de Cataluña, sin que hasta el momento nadie de su entorno haya manifestado su intención de hacerse cargo del entierro, según han confirmado a EL PAÍS distintas fuentes implicadas en la gestión de los cuerpos. El Ayuntamiento de Barcelona no ha recibido hasta el momento ninguna notificación para asumir la inhumación, según ha explicado un portavoz.

Nuria y Mercedes M., de 64 y 54 años, saltaron desde una ventana de su sobreático la madrugada del 1 de julio, y junto a las notas de despedida dejaron el oficio del juzgado conforme estaba previsto ese mismo día que las echasen después de un impago del alquiler desde marzo de 2021, con una deuda acumulada en los dos años denunciados de 9.000 euros. La fecha coincide con la muerte de la madre de las dos hermanas, después de contraer la covid. En el edificio del barrio de Navas, en el distrito de Sant Andreu, donde todos viven de alquiler, y muchos de ellos llevan años en la finca, supuso una sacudida inesperada.

“Si les hacen un entierro de beneficencia, y se puede asistir, iremos”, asegura al teléfono una de las vecinas de la finca, en la que la mayoría están al corriente de que por ahora nadie se ha responsabilizado de enterrar a las dos mujeres, que tienen familiares en vida con los que habían roto lazos. En este tipo de entierros en los que se hace cargo el Consistorio, no acostumbra a celebrarse ningún tipo de velatorio o ceremonia. Los vecinos describieron una situación de cierto aislamiento por parte de las dos hermanas. Nuria, la mayor, se encargaba de los quehaceres diarios, y se cruzaba con muchos de ellos cuando salía a hacer la compra. Una relación cordial, pero en ningún caso estrecha. De Mercedes, contaron que apenas salía del piso, y a algunos incluso les costaba recordar su nombre.

El aislamiento pudo comprobarlo también el Ayuntamiento de Barcelona y el juzgado en el que recayó la causa por el impago del alquiler, el de primera instancia 34 de Barcelona. Los dueños del edificio, que había alquilado hacía años a los padres de las mujeres la casa, denunciaron en mayo de 2023, después de dos años sin cobrar la mensualidad. Ellas jamás se personaron en la causa, por lo que se llevó a cabo en rebeldía. Y en ese proceso, el juzgado ordenó al Ayuntamiento un informe de vulnerabilidad de las dos mujeres (aunque en el contrato constaba una persona). El Consistorio asegura que se presentó en tres ocasiones en la vivienda, donde dejaron notificaciones, y que jamás les abrieron la puerta, ni respondieron a sus requerimientos.

La hermana de una de las mujeres lamentó en declaraciones a El Periódico que el suicidio se podría haber evitado si los propietarios se hubiesen puesto en contacto con algunos de los familiares de las dos mujeres. Su fallecimiento también despertó una oleada de indignación y solidaridad de los movimientos sociales, que convocaron una manifestación al día siguiente, en la que participaron unas 300 personas, bajo el lema “no son suicidios, son asesinatos”. Este diario ha intentado contactar, sin éxito, con los propietarios del piso a través de la gestora que gestiona el edificio, que ha asegurado que no desean pronunciarse sobre lo ocurrido.

En el caso de que finalmente las dos hermanas reciban una sepultura de beneficencia, su cuerpo irá a un nicho, donde habitualmente no consta ningún nombre. Estarán allí un tiempo y después lo habitual es que los restos pasen a un osario general.

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Los especialistas recuerdan que el suicidio no suele tener un único detonante, sino que es el resultado de factores psicológicos, biológicos y sociales que tienen tratamiento. Las personas con conductas suicidas pueden dirigirse al 024, una Línea de Atención a la Conducta Suicida puesta en marcha por el Ministerio de Sanidad. También pueden contactar con el Teléfono de la Esperanza (717 003 717), dedicado a la prevención de este problema.

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