Los sindicatos redoblan sus denuncias contra el decreto que permite a las direcciones seleccionar profesorado
Los directores lamentan que, en algunos casos, se llegue a falsas acusaciones y defienden su derecho a poder elegir los mejores docentes para su proyecto
Duc de Montblanc (Rubí), Milà i Fontanals (Barcelona), Intermunicipal del Penedès (Sant Sadurní d’Anoia)… En los últimos meses proliferan las denuncias de algunos sindicatos educativos hacia las direcciones de algunos centros educativos acusándolos de abuso de poder, malas praxis o coacción hacia el profesorado. Estas organizaciones aseguran que los casos se acumulan, amparados por el decreto de plantillas, que da poder a las direc...
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Duc de Montblanc (Rubí), Milà i Fontanals (Barcelona), Intermunicipal del Penedès (Sant Sadurní d’Anoia)… En los últimos meses proliferan las denuncias de algunos sindicatos educativos hacia las direcciones de algunos centros educativos acusándolos de abuso de poder, malas praxis o coacción hacia el profesorado. Estas organizaciones aseguran que los casos se acumulan, amparados por el decreto de plantillas, que da poder a las direcciones en la selección de personal. Pero los directores, o incluso algún sindicato, alerta de que algunas de estas acusaciones son falsas y piden responsabilidad a la hora de señalar a alguna persona.
Hace una década se aprobó uno de los decretos que más rechazo genera entre los sindicatos. Se trata del decreto 39/2014 que regula el procedimiento para definir el perfil de los puestos de docentes, más conocido como decreto de plantillas. Esta normativa permite a las direcciones que puedan perfilar plazas y elegir al profesorado que más encaja con su proyecto educativo, así como decidir si renueva a un docente interino. La administración y las direcciones defienden que es un instrumento para poder elegir los mejores docentes para su proyecto, mientras que los sindicatos se oponen frontalmente porque consideran que fomenta el nepotismo y el abuso de poder por parte de los directores.
En las últimas semanas han crecido las denuncias de los sindicatos sobre estos supuestos casos de mala praxis. El más reciente es el que afecta al instituto Milà i Fontanals, en que la asamblea de docentes, apoyados por CGT y Ustec, y la asociación de familias emitieron un comunicado conjunto acusando a la dirección del centro de hacer “un uso arbitrario” del decreto de plantillas y decidir no renovar a nueve docentes del centro, además de generar un ambiente de tensión que “ha provocado que varios profesores hayan tenido que pedir bajas laborales por motivos de salud”. Según la CGT ello ha provocado que otros docentes quieran marcharse y que al final se renueve el 40% de la plantilla el próximo curso.
“Es un colegio muy segregado y estábamos revirtiendo la situación, pero ahora se marchan profesores que son clave en el proyecto por el que muchas familias hemos apostado”, lamentan desde el AMPA, que también se queja de que “no hay buena comunicación” entre dirección y la asociación. Un pequeño grupo de familias y docentes llevaron el pasado miércoles su protesta a las calles del barrio del Raval.
Por su parte, desde el centro puntualizan que el próximo curso cambiarán 13 de 60 profesores (22%), y que la casuística es variada, ya que algunos lo hacen para estar más cerca de su domicilio. Además, lamentan la “mala intencionalidad” de toda la polémica, que achacan a una lucha de poder, ya que ciertos docentes aspiraban a puestos de dirección en la renovación de los cargos que se hizo hace un año. El Consorcio de Educación de Barcelona muestra su apoyo a la directora y asegura que todas las actuaciones han seguido los procedimientos establecidos.
El pasado mes de febrero, los sindicatos CGT y la Intersindical también denunciaron “un estilo de liderazgo poco democrático y con una falta de diálogo” por parte de la directora del instituto Duc de Montblanc de Rubí, a la que acusaban de generar un clima negativo en el centro, tratar con “menosprecio” a los docentes e incluso de llegar al “acoso”. Estas dos organizaciones organizaron una rueda de prensa a las puertas del centro para denunciar el caso y, a raíz de la presión, la directora acabó presentando su dimisión poco después.
Pero este caso ha generado divergencia, incluso entre sindicatos. Ustec y CC OO no lo ven así y aseguran que “aquí la víctima es la directora, que está siendo víctima del acoso de dos o tres docentes vinculados a un sindicato”. “Estuvimos hablando con los profesores y ninguno decía que hubiera acoso. Al final, un conflicto menor por un tema de horarios se usa para acabar con la docente por cosas más personales”, coinciden ambas entidades.
Un caso parecido se está viviendo también en el instituto Intermunicipal del Penedès, en Sant Sadurní d’Anoia, en el que CGT y la Intersindical pedían la dimisión de su director por “coaccionar al profesorado que expresa discrepancias” y por métodos poco democráticos. Una semana después, un grupo de 34 docentes del mismo centro firmaban un manifiesto de apoyo al director, al que consideran que “se está acosando”, debido a que “los cambios y proyectos que ha iniciado la dirección está removiendo estructuras y dinámicas”, según recogen los medios locales.
Poco empoderamiento
“Hay una campaña para derogar el decreto de plantillas y los sindicatos se aferran a cualquier situación para hacer daño, pero detrás hay personas”, apuntan desde la Junta Central de Directores, que aseguran que si se detecta algún caso de mala praxis, “las direcciones estarán al lado de los sindicatos para denunciarlo”.
Desde la Junta defienden el decreto porque lo ven como una herramienta para elegir el profesor más adecuado: “Si busco un profesor de Matemáticas para alumnos con problemas de aprendizaje, tiene que ser alguien que sepa cómo trabajar con ellos y ayudarlos. Igual que si quieres impartir las Matemáticas en inglés. No te vale cualquier profesor y no puede ser que el hecho de apuntarte 10 minutos antes a la bolsa de interinos te dé prioridad, esto no es un criterio pedagógico”. Del mismo modo, los directores reclaman el poder de renovar a un docente si no cumple las expectativas. “Entonces vienen los sindicatos y te preguntan por qué lo has hecho. ¡Por los alumnos!, les contesto”.
“No tenemos direcciones déspotas, tenemos direcciones poco empoderadas”, defiende Anna Jolonch, directora del centro de liderazgo educativo LID Barcelona, que añade que el sistema tiene mecanismos de control en que los directores deben justificar las decisiones que toman. Jolonch remarca que Cataluña, y España, es una de las regiones donde las direcciones tienen menos instrumentos y margen de maniobra para implementar sus proyectos y lamenta que la acción sindical bloquee muchas iniciativas. “No sé si los derechos laborales tienen que estar por encima del derecho a la educación”, cuestiona.
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