Ingresa en prisión un ‘mosso’ acusado de una segunda agresión sexual y de pornografía infantil
El agente estaba destinado en la policía científica en Manresa, y ya fue encarcelado en agosto por violar a una mujer con discapacidad
Un agente de los Mossos d’Esquadra ha ingresado en prisión comunicada y sin fianza, acusado de agresión sexual continuada y pornografía infantil. El hombre ya fue encarcelado el pasado mes de agosto, y posteriormente puesto en libertad, acusado de otra agresión sexual, en este caso a una mujer con discapacidad intelectual. La división de asuntos internos de la policía catalana halló después de su puesta en libertad nuevos elementos en sus dispositivos móviles, que le implican en la violación reiterada de una persona...
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Un agente de los Mossos d’Esquadra ha ingresado en prisión comunicada y sin fianza, acusado de agresión sexual continuada y pornografía infantil. El hombre ya fue encarcelado el pasado mes de agosto, y posteriormente puesto en libertad, acusado de otra agresión sexual, en este caso a una mujer con discapacidad intelectual. La división de asuntos internos de la policía catalana halló después de su puesta en libertad nuevos elementos en sus dispositivos móviles, que le implican en la violación reiterada de una persona de su entorno, según fuentes judiciales, presuntamente cometida con anterioridad a su primera detención.
El policía se encuentra en prisión desde el pasado 13 de marzo, por orden del Juzgado de Instrucción 3 de Manresa. El agente además tiene una orden de alejamiento en vigor de la víctima de 1.000 metros, así como la prohibición de comunicarse con ella de cualquier modo. El policía ya se encontraba suspendido de empleo y sueldo cuando fue detenido por segunda vez en siete meses.
La investigación inicial sobre el policía empezó el año pasado, cuando los padres de la primera víctima hallaron en su teléfono mensajes sospechosos enviados supuestamente por el agente. Con una larga trayectoria en la unidad científica de los Mossos, en el área de investigación criminal de la región policial central, sus colegas de asuntos internos le detuvieron el 11 de agosto acusado de pergeñar una estrategia para hacer creer a la víctima que las prácticas sexuales a las que la sometía eran en realidad un curso de masajista, según fuentes de la investigación.
El sospechoso pasó varios meses en prisión preventiva y finalmente salió a la espera de juicio. En ese tiempo, la policía catalana analizó los distintos dispositivos móviles que le intervinieron en su domicilio, y fue cuando hallaron las pruebas que le implican en un nuevo posible caso. Después de abrir un nuevo caso, los Mossos procedieron de nuevo a su arresto. El policía ha desarrollado toda su carrera en la unidad científica, sin que hasta el año pasado su comportamiento hubiese levantado sospechas.
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