Problemas de seguridad retrasan las obras del tren al aeropuerto de Barcelona
Los Bomberos piden mejoras contra incendios y los trabajos no concluirán hasta 2025
Las obras de la lanzadera ferroviaria hasta el aeropuerto de El Prat tardarán más de lo previsto a causa de problemas de seguridad en materia de incendios detectados por el cuerpo de Bomberos de la Generalitat. Adif ha tenido que modificar el contrato adjudicado en 2021 para introducir mejoras que faciliten la evacuación de humos en el último tramo del corredor, entre las estaciones de las terminales 1 y 2 del aeropuerto, al considerar los técnicos que las medidas contempladas en el pliego inicial eran insuficientes. Según fuentes del Ministerio de Transportes,...
Las obras de la lanzadera ferroviaria hasta el aeropuerto de El Prat tardarán más de lo previsto a causa de problemas de seguridad en materia de incendios detectados por el cuerpo de Bomberos de la Generalitat. Adif ha tenido que modificar el contrato adjudicado en 2021 para introducir mejoras que faciliten la evacuación de humos en el último tramo del corredor, entre las estaciones de las terminales 1 y 2 del aeropuerto, al considerar los técnicos que las medidas contempladas en el pliego inicial eran insuficientes. Según fuentes del Ministerio de Transportes, la finalización de los trabajos se dilatará hasta 2025, dos años más de lo previsto inicialmente, aunque fuentes conocedoras considera que es una prórroga habitual en este tipo de trabajos. En todo caso, ese nuevo calendario complica la puesta en marcha de la línea en 2026, tal y como, de forma oficiosa, estaba prevista.
La normativa impide que en un túnel ferroviario haya más de mil metros de distancia entre dos galerías de evacuación y eso ocurre en el aeropuerto, donde la separación entre las dos terminales alcanza los 1.400 metros. El túnel que las une pasa por debajo del campo de vuelo, por lo que chocan la normativa ferroviaria y la aeronáutica, ya que por cuestiones de seguridad es imposible abrir galerías de evacuación o salidas de humos en la zona de pistas de despegue y aterrizaje.
Aena puso sobre la mesa esa situación desde el primer momento, por lo que Adif adaptó el proyecto inicial con un sistema que facilitara la extracción del humo en caso de incendio. Sin embargo, esas medidas correctoras no pasaron el corte de los técnicos de los Bomberos, que reclamaron nuevas medidas. Incluso se llegó a deslizar en alguna reunión la posibilidad de que aunque se trata de un túnel con doble vía, solo se utilizara un tren a la vez, lo que hubiera reducido a la mitad los cuatro servicios a la hora con que prevé dotar el servicio la Generalitat, que explotará la línea a través de su operadora Ferrocarrils de la Generalitat (FGC). Adif niega que se haya barajado esa posibilidad, tal y como defienden otras fuentes, y asegura que la última solución propuesta cumple con la normativa para el cruce de trenes en el túnel y garantiza la evacuación de los pasajeros.
En todo caso, el contrato que se adjudicó Comsa por 64 millones de euros ha tenido que ser mejorado con una serie de ventiladores de chorro que, en el caso de incendio, generarán una corriente suficientemente fuerte para alejar el humo del lugar en el que se esté procediendo a la evacuación de los pasajeros de un convoy que se encuentre en ese momento en el túnel. Es un modelo similar al puesto en marcha en el túnel de Pajares y habría superado las comprobaciones mediante simulaciones. Además de las medidas ejecutadas en la infraestructura fija, se obligará a que los trenes tengan capacidad para circular pese a que tengan fuego a bordo.
Cinco salidas de evacuación
El nuevo trazado ferroviario comprende un tramo final de cuatro kilómetros en túnel, lo que ha obligado a instalar cinco salidas de emergencias (las estaciones también tienen esa consideración) y cuatro puntos de ventilación. El mayor problema, sin embargo, se encuentra en el tramo final, un túnel concluido en 2018, cuya perforación completa costó más de 300 millones de euros y obligó a paralizar la actividad en la pista principal del aeródromo durante los trabajos, y cuya solución en materia de seguridad no se ha logrado cerrar hasta hace escasos meses. revisando el proyecto constructivo y reprogramando las obras a efectuar tanto dentro como fuera del túnel.
El servicio de lanzadera al aeropuerto es uno de los proyectos estrella que lanzó el antiguo Ministerio de Fomento para unir el centro de Barcelona con la Terminal 1, cuya conexión depende actualmente con la línea 9 del metro, servicios de aerobús y los taxis. Actualmente el tren, mucho más competitivo en lo que respecta a tiempo, solo llega hasta la Terminal 2. Con el nuevo servicio se plantea dar servicio cada año a entre siete y nueve millones de pasajeros, que podrán tomar cada quince minutos un tren al aeropuerto con un trayecto aproximado desde el centro de Barcelona de unos 19 minutos.
Este proyecto ha sido una obsesión para la Generalitat y para sus últimos consejeros de Territorio. El Govern lo quiere explotar a través de Ferrocarrils, en una operación que supone ocupar un espacio, las vías de Adif que dan servicio a la conurbación barcelonesa, hasta ahora controlado exclusivamente por la operadora estatal Renfe. En diciembre de 2019 el Govern declaró la línea de interés público, lo que suponía que la Administración podría asumir la gestión a cambio del pago por uso de pago de las vías a Adif. Y en 2022 se encargaron diez trenes especialmente diseñados para ese recorrido a Alstom, que los construirá en su fábrica de Santa Perpètua de Mogoda (Vallès Occidental), con un coste estimado de 177 millones de euros. El primero de esos convoyes, con capacidad para unas 600 personas, estará listo a finales de 2025.
Esa línea añadirá presión a una infraestructura ferroviaria que ya padece un profundo estrés y reiteradas incidencias.
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