Los Mossos investigan el ataque con artefactos incendiarios a la casa en Tarragona de un opositor ucranio
Desconocidos lanzan de madrugada al menos cuatro cócteles molotov contra la vivienda familiar de Anatolii Sharii, crítico con el gobierno de Zelenski
Los Mossos d’Esquadra investigan el lanzamiento en la madrugada de este martes de, al menos, cuatro artefactos incendiarios contra la vivienda en Roda de Barà (Tarragona) en la que vive con su familia el periodista, activista y político opositor ucranio Anatolii Sharii. En el ataque con cócteles molotov, que fue registrado poco después de las 4.30 por las cámaras de seguridad de la urbanización, la casa sufrió desperfectos, pero sus o...
Los Mossos d’Esquadra investigan el lanzamiento en la madrugada de este martes de, al menos, cuatro artefactos incendiarios contra la vivienda en Roda de Barà (Tarragona) en la que vive con su familia el periodista, activista y político opositor ucranio Anatolii Sharii. En el ataque con cócteles molotov, que fue registrado poco después de las 4.30 por las cámaras de seguridad de la urbanización, la casa sufrió desperfectos, pero sus ocupantes no sufrieron lesiones, confirman personas de su entorno. Sharii, que vive en España desde hace tres años, se ha destacado en los últimos años por su denuncia a la presunta corrupción del gobierno de Volodímir Zelenski, que a su vez le acusa de estar al servicio de Rusia desde 2014. El periodista también está en la diana de grupos neonazis de su país, que han amenazado públicamente con asesinarle.
El ataque de la pasada madrugada no es el primero que sufre en España Sharii. Un juez español investiga desde 2021 por amenazas y delito de odio a los máximos responsables del llamado Grupo Nacional, un partido de ultraderecha surgido del Batallón de Azov, la organización paramilitar que luchó contra los separatistas de Donetsk y que ha servido de inspiración a supremacistas blancos de todo el mundo. Su líder, Andrii Biletsky, propugna la “destrucción física” de los seguidores del partido político que fundó Sharii. En uno de los informes de esta causa, los Mossos d’Esquadra concluyen que el político y su pareja están siendo “asediados y perseguidos por su tarea periodística y por su pertenencia” al partido opositor.
El pasado 19 de octubre, el matrimonio acudió a dependencias de la policía catalana a denunciar los últimos episodios de acoso en su domicilio tarraconense, pero también telefónicas, por correo electrónico y a través de aplicaciones de mensajería instantánea. Entre estos sucesos, la pareja destaca la presencia una semana antes de un grupo de personas ante su domicilio con pancartas en el que les gritaban “os vamos a matar a toda la familia”. En el acta de su declaración, a la que ha tenido acceso EL PAÍS, ambos señalan a una persona y una organización como presuntos instigadores de este episodio.
Sharii, que cuenta con más de tres millones de seguidores en YouTube, abandonó su país hace más de una década tras denunciar como periodista casos de corrupción. Logró que Lituania les concediera a él y a su esposa, Olga Bondarenko, el estatus de refugiados políticos, lo que les ha permitido vivir en distintos países de la Unión Europea. Finalmente se asentaron en Tarragona, donde continuaron recibiendo amenazas. Al principio estas eran mediante mensajes, aunque luego llegaron los primeros episodios de intimidación física.
Así, la madrugada del 14 de septiembre de 2020, tres hombres protegidos con pasamontañas dejaron un retrete frente a la casa mientras exhibían banderas y escudos de Ucrania. Tres días después, alguien colgó carteles en postes de electricidad y farolas del vecindario con la foto de Sharii y un mensaje con una falsa acusación contra él: “Vecinos: tened cuidado. La policía de los Países Bajos está investigando acusaciones de pedofilia contra Anatolii”. Solo una semana después, se publicaron en internet la dirección de su domicilio en España y datos de la renovación del pasaporte de su esposa y el nombre del bebé.
A este asedio neonazi se ha unido una ofensiva judicial del Estado. Ucrania ha abierto contra él un proceso penal por los delitos de alta traición e incitación al odio interétnico después de que su Servicio de Seguridad hubiera concluido que, en 2014, coincidiendo con el conflicto bélico en el este del país entre los separatistas prorrusos y el Gobierno, Sharii ayudó a las actividades “subversivas” de Rusia publicando información distorsionada. La acusación, que podría acarrearle una pena de hasta 20 años de cárcel si prospera, se basa en el contenido de una serie de entrevistas y vídeos colgados en internet.
En mayo de 2022, agentes de la Policía Nacional lo detuvieron en ejecución de la orden de detención cursada por las autoridades de Kiev por estos hechos. La Audiencia Nacional lo dejó en libertad poco después, con medidas cautelares, a la espera que de la justicia ucrania presentase formalmente la solicitud de extradición. Cuatro meses después, el juez archivaba el procedimiento para la entrega después de que Kiev informara la justicia española que Sharii ya no se encontraba en España, sino en Italia, y que, por tanto, no tenía sentido seguir reclamando su extradición a Madrid. La defensa del periodista y opositor aseguró entonces a la Audiencia Nacional que el periodista seguía residiendo entonces en la provincia de Tarragona pese a lo que afirmaba Kiev.
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