Las estafas a personas mayores crecen un 78% en Cataluña

Este tipo de delitos, sin distinguir la edad de la víctima, aumentan un 42% durante el año 2022 comparado con 2019, con 255 denuncias al día

Pantallazos de la estafa de WhatsApp del falso hijo, dirigida en muchas ocasiones a personas mayores.

Las estafas hace años que son unos de los delitos que más crece en Cataluña. Pero los datos de la última estadística de los Mossos d’Esquadra indican un aumento alarmante entre las personas de más de 65 años, con un 78% más de casos denunciados en 2022 en comparación con 2019, el año previo a la pandemia (pasan de 7.568 a 13.479). La policía catalana recuerda que la cifra, que supone el 14,4% del total, incluye todo tipo de estafas, las que se cometen a través de internet, pero...

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Las estafas hace años que son unos de los delitos que más crece en Cataluña. Pero los datos de la última estadística de los Mossos d’Esquadra indican un aumento alarmante entre las personas de más de 65 años, con un 78% más de casos denunciados en 2022 en comparación con 2019, el año previo a la pandemia (pasan de 7.568 a 13.479). La policía catalana recuerda que la cifra, que supone el 14,4% del total, incluye todo tipo de estafas, las que se cometen a través de internet, pero también las tradicionales, como la clásica del falso revisor del gas, que sigue causando estragos.

“A todas nos ha llegado la estafa del falso hijo”, asegura Isabel Garrido, de 68 años, que conoce el nombre popularizado por la policía cuando ejerce labores de prevención. A ella, explica, no lograron engatusarla. “No tengo hijos”, cuenta. Pero una de sus amigas estuvo a un paso de caer en el engaño. A través de Whatsapp, le llegó un mensaje supuestamente de su hija, que le aseguraba que había perdido el móvil y necesitaba dinero. “La suerte es que estaba atareada, y contestó al mensaje diciendo que luego la llamaba”, explica la amiga. Cuando finalmente pudo, instintivamente telefoneó a su hija al número de siempre. Ella respondió: ni había perdido el móvil, ni necesitaba ayuda de ningún tipo. Se trataba de una mentira para robarle.

Las cifras generales, sin distinguir la edad de las víctimas, no son nada halagüeñas: el año pasaron se denunciaron de media 255 estafas al día (93.227) de todo tipo, informáticas y tradicionales, en Cataluña, lo que supone un 42,8% más respecto a 2019. Los datos del Ministerio del Interior aclaran que el 70% de esa cifra global en Cataluña son informáticas. Y, de nuevo, los números dibujan una parábola ascendente: este tipo de ciberdelitos creció un 29,5% comparado con 2021 y, si se acude de nuevo a la estadística prepandémica de 2019, arroja un incremento del 53%. El balance delincuencia no especifica cuántas de esas víctimas tienen mas de 65 años, pero fuentes policiales aseguran que son el objetivo propicio por su mayor vulnerabilidad ante las nuevas tecnologías.

Una interpretación que, sin embargo, algunas asociaciones rechazan de plano. “Me gustaría analizar esos datos”, dice, escéptica Lourdes Charles Jaimejuan, portavoz de Som Seniors, ante las estadísticas oficiales de los Mossos d’Esquadra. En todo caso, defiende que los argumentos que se usan para explicarlas “son los mismos estereotipos que se repiten una y otra vez”. Una narrativa, según denuncia, fomenta el edadismo. “Las estafas son un problema social, como las agresiones sexuales, no un tema de una edad concreta”. Y lamenta que se señale a los mayores como personas sin criterio: “Que se les puede engañar porque no saben distinguir entre lo que es correcto y lo que no”.

Jaimejuan admite que hay muchas personas que han nacido digitales y que lógicamente parten de un lugar distinto a las que no lo han hecho. “Son más intuitivas”, asume. Pero defiende que hay muchas personas de menos de 65 años que, si no han necesitado ese tipo de herramientas en su trabajo, tampoco saben utilizarlas. Además, añade, la covid “espabiló” también a mucha gente, que se vio obligada a familiarizarse con las nuevas tecnologías para no quedar aislada.

“Hay cada vez nuevas modalidades de estafas”, lamentan fuentes policiales, sobre este tipo delictivo que, junto a las agresiones sexuales, es de los que más crece en Cataluña. En la red, las más frecuentes son tres: el phising, cuando llega a través de un correo electrónico; el smishing, a través de un mensaje de texto, y el vishing, con una llamada telefónica. El objetivo, explican los Mossos, es siempre conseguir datos personales de quien responde para poder robarle. Las estafas suponen también uno de los delitos más denunciados, con un peso del 20% de todos los que afectan al patrimonio (el 80% del los hechos delictivos), solo superados por los hurtos (el 42% del total). Aún está por ver y analizar el uso pernicioso que se puede dar a la inteligencia artificial para este tipo de engaños.

En el caso de las estafas informáticas, los Mossos recomiendan que, ante cualquier mensaje sospechoso, se compruebe su veracidad con una fuente oficial. Recuerdan que los estafadores suelen suplantar muy bien a las empresas, lo que complica la detección del fraude. Es importante también no pinchar en los enlaces, ni bajarse archivos adjuntos, ni facilitar ninguno de los datos que se solicitan. Insisten en que las compañías no piden información sensible por internet o por teléfono, como contraseñas, datos personales, o números bancarios. Con estafas populares en persona como la de los revisores del gas, insisten en que las empresas avisan antes por carta de cualquier visita y que cobran siempre a través de la factura habitual. Finalmente, ante la sospecha de haber sido víctima de una estafa, piden que se acuda a comisaría a denunciar.


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