Barcelona Obertura

El Liceu, el Palau de la Música y L’Auditori vuelven a juntar sus fuerzas en un concierto al aire libre en la playa de Bogatell

De izquierda a derecha, Xavier Marcé, Joan Oller, Valentí Oviedo, Robert Brufau y la directora general adjunta de la Fundación la Caixa, Elisa Durán.LICEU (LICEU)

El Gran Teatre del Liceu, el Palau de la Música y L´Auditori, las tres principales salas de conciertos de Barcelona, volverán a juntar sus fuerzas para ofrecer dos conciertos gratuitos al aire libre en la Playa del Bogatell, los próximos días 20 y 21 de junio, a las ocho y media de la tarde.

El 20, Josep Pons, con la Orquesta Sinfónica del Liceu, dirigirá el Boléro, de Ravel, y la Sinfonía del Nuevo Mundo de Dvórak...

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El Gran Teatre del Liceu, el Palau de la Música y L´Auditori, las tres principales salas de conciertos de Barcelona, volverán a juntar sus fuerzas para ofrecer dos conciertos gratuitos al aire libre en la Playa del Bogatell, los próximos días 20 y 21 de junio, a las ocho y media de la tarde.

El 20, Josep Pons, con la Orquesta Sinfónica del Liceu, dirigirá el Boléro, de Ravel, y la Sinfonía del Nuevo Mundo de Dvórak. Y el 21, Ludovic Morlot, con la Orquesta Sinfónica de Barcelona y Nacional de Catalunya, dirigirá las Danzas Eslavas, también de Dvórak, El Moldava, de Mi Patria, de Smetana, el Capricho Español, de Rimski-Korsakov, Empúries, de Toldrà, y La Arlesiana, de Bizet. Dos días antes, el 19, a mediodía y en un gesto de honda humanidad, las voces femeninas del coro de cámara del Palau y del Orfeó Català habrán entonado canciones sudamericanas para los enfermos y trabajadores del vecino Hospital de Mar. Admirable.

La iniciativa se recupera después de su suspensión por la pandemia. Vale mucho la pena, y no porque lo escriba yo ahora, sino porque tiene un eco internacional inmenso: la revista Time incluye una página sobre los 50 mejores lugares que propone visitar en el mundo este año (“2023 World´s Greatest Places”, disponible en internet). Entre ellos figura Barcelona y una de las razones mencionadas para justificar la recomendación es el festival Barcelona Obertura. Con razón. Esta ciudad da mucho de sí misma cuando sus instituciones y sus gentes se aúnan con objetivos claros.

El Liceu se prodiga esta semana: a partir del sábado 17 y hasta el 22 el pueden ver Dido y Eneas, de Purcell, con Les Arts Florissants, coreografía de Blanca Li y dirección de William Christie. Y la noche de San Juan, el 23, Bob Dylan cantará en el Liceu. Tiene más de ochenta años, es Premio Nobel de Literatura y es el autor eterno de “Like a Rolling Stone”. A ver si la canta.

Las tres mencionadas son instituciones clave en esta ciudad. Y hacen mucho por no tanto dinero. El Liceu, por ejemplo, con poco más de 50 millones de euros de presupuesto, hace mucho por poner a esta ciudad en la ópera mundial. Piénsese que la Opéra National de París, con Garnier y Bastille, cuenta con un presupuesto cuatro veces superior, y el inalcanzable Metropolitan Opera House de Nueva York, seis.

La ópera es teatro lírico, representación y música. Uno de los cambios más importantes que ha experimentado la ópera en este siglo es el refuerzo de su naturaleza teatral: producciones y puestas en escena cuentan ya tanto como la música misma. Por esto, mi única crítica a la próxima temporada es que el Liceu programa hasta cinco óperas en versión de concierto (aunque el otro día, el Orfeo y Euridice, en la versión de concierto de René Jacobs, fue prodigioso). A la Mariscala la hemos de ver yéndose cuando se despide, serena, de nosotros. Que ocurra más pronto que tarde, encarnada, ojalá, por la ya muy grande Lise Davidsen.

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