Taxistas de Barcelona contra conductores pirata: “Si Aena no nos hace caso, provocaremos un caos en el aeropuerto”
La asociación Elite organiza patrullajes y amenaza con paralizar los accesos a las terminales de El Prat
Un viaje en taxi de desde el aeropuerto de El Prat hasta el centro de Barcelona cuesta, de media, entre 35 y 40 euros. “Los piratas no es que lo hagan más barato, nos roban clientes porque se aprovechan del despiste de la gente”. Lo afirma Tito Álvarez, portavoz de la asociación Elite Taxi y líder de un colectivo que tiene capacidad para movilizar 10.000 vehículos en Barcelona con un par de proc...
Un viaje en taxi de desde el aeropuerto de El Prat hasta el centro de Barcelona cuesta, de media, entre 35 y 40 euros. “Los piratas no es que lo hagan más barato, nos roban clientes porque se aprovechan del despiste de la gente”. Lo afirma Tito Álvarez, portavoz de la asociación Elite Taxi y líder de un colectivo que tiene capacidad para movilizar 10.000 vehículos en Barcelona con un par de proclamas desde el megáfono. “Si se para el taxi, se para todo”, manifiesta Álvarez. Este lunes, los taxistas han bloqueado los accesos a la terminal T1 del aeropuerto de El Prat como acción de protesta porque Aena no atiende sus reclamaciones para disuadir a los conductores fraudulentos que transportan clientes sin ninguna licencia. “Llevamos 21 días patrullando en el aeropuerto y hemos echado a casi 50 piratas. Hemos demostrado que se puede limpiar el aeropuerto, pero no somos policía ni queremos serlo”, pone de relieve el cabecilla de los taxistas. El colapso intencionado de taxis en los accesos a la T1 se ha completado con una asamblea improvisada en medio de la zona de llegadas de la terminal, que ha concluido con la advertencia de “parar el aeropuerto indefinidamente” si Aena no se da prisa en atender las reivindicaciones de los taxistas. Los manifestantes han exhibido carteles donde se presenta a la directora del aeropuerto, Sonia Corrochano, como el personaje protagonista de los cuentos ¿Dónde está Wally?. El consejero de Interior Joan Ignasi Elena se reunió la semana pasada con el colectivo.
La riada de coches negros y amarillos aparcados ha congestionado el tráfico en las cercanías de la T1, en medio de un concierto de bocinazos, y ha obligado a todo aquel que aterrizaba cargado con maletas a buscarse un transporte alternativo al taxi. “Es que no puede ser que Aena no tenga en cuenta lo que pedimos, la directora del aeropuerto ni tan siquiera ha mostrado interés en atendernos, hasta ahora”, critica Tito Álvarez. Los quejas se ceban en la supuesta falta de información que sufren los turistas cuando aterrizan, “las indicaciones de la zona de taxis son muy confusas, incluso hay una rampa cerrada y en la otra hay barrotes que no permiten el paso con maletas”, reprochan los taxistas. La situación, supuestamente, facilita el trabajo a los piratas, que se despliegan por la zona de llegadas y captan a los viajeros. “Lo que pedimos es más información para el usuario, para evitar que vayan tan perdidos y que los piratas los puedan pillar”, indica Munir Hajoui, portavoz de la asociación Anget.
Aena replica que ha puesto carteles indicando que el taxi oficial de Barcelona es el negro y amarillo, y que dentro de la terminal los indicadores son lo suficientemente claros. Acerca de los barrotes que hay en la rampa que da acceso a la zona de taxis, el operador aeroportuario alega razones de seguridad para no permitir bajar por la rampa con equipajes.
Los taxistas han ideado un sistema de control dentro de la terminal para detectar a los conductores pirata. Varios taxistas, ataviados con petos reflectantes, hacen rondas para detectar a los intrusos. Si descubren a alguno, se activa un mecanismo instantáneo mediante los teléfonos móviles. Comparten un grupo que han bautizado como Taxi Hunters. “Somos un poco peliculeros”, dice uno de ellos. Un mensaje de alerta tiene capacidad para movilizar un numeroso contingente de compañeros, que reaccionan hostigando al supuesto pirata. “No le hacemos nada, solo lo rodeamos”, explican los taxistas. Existen vídeos donde se observa que, en realidad, lo acechan con abucheos y con el uso de silbatos.
“Algunos dicen que vienen a buscar a un conocido o a un familiar, pero los tenemos muy fichados”, relata Tito Álvarez. Apunta que por culpa de la competencia pirata, los taxistas pueden llegar a perder centenares de viajes diarios.
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