El tirador de Canovelles secuestró a tres conductores en su huida hasta Murcia
El responsable de la galería de tiro le dijo que le quedaban cinco minutos, y posteriormente el homicida hizo saltar una alarma de las instalaciones
El tirador de Canovelles, Roger L. S., de 20 años, secuestró presuntamente a tres conductores en su huida después de disparar y matar al responsable del club de tiro: un matrimonio de personas mayores, a las que a punta de pistola obligó a llevarle hasta Granollers, una mujer en Granollers, a la que amenazó para que le condujese hasta Barcelona, y dos jóvenes a las que tuvo al volante, con él sentado en el asiento de atrás y a...
El tirador de Canovelles, Roger L. S., de 20 años, secuestró presuntamente a tres conductores en su huida después de disparar y matar al responsable del club de tiro: un matrimonio de personas mayores, a las que a punta de pistola obligó a llevarle hasta Granollers, una mujer en Granollers, a la que amenazó para que le condujese hasta Barcelona, y dos jóvenes a las que tuvo al volante, con él sentado en el asiento de atrás y amenazándolas con el arma, hasta Murcia, a 600 kilómetros de distancia. A todos los abordó en autolavados, según fuentes policiales. Con el móvil de las primeras víctimas, estuvo buscando en Google si se habían publicado noticias de un tiroteo en Canovelles.
Los Mossos d’Esquadra siguen sin tener claro, cinco días después, el móvil que llevó a Roger S. L. a disparar al armero y responsable del club de tiro de Canovelles. El tiroteo se produjo pasadas las siete y media de la tarde. Jordi, el responsable, estaba ya acabando de recoger. Se dirigió a Roger, que se encontraba en la planta baja, en la sala de tiro de precisión, y le dijo que le quedaban cinco minutos. El joven estaba practicando con una carabina. Jordi siguió recogiendo y poco después saltaron las alarmas que hay en este tipo de instalaciones, entre los diversos carriles de tiro. Cuando el armero se dirigió a la zona a arreglarlo, Roger le descerrajó cinco tiros por la espalda. El joven hizo saltar la alarma expresamente, aseguran fuentes policiales, sin que puedan constatar que el motivo fue que le dijera que en breve el club cerraba y la intención, tenerlo de espaldas para dispararle.
Unas semanas antes, el joven protagonizó otro enfrentamiento, en este caso con un camarero del bar que hay en la primera planta del club de tiro, también cuando estaban cerrado. Jordi ya se había ido de las instalaciones, según fuentes conocedoras de lo sucedido, y todavía quedaban algunas personas en el bar de la primera planta. Uno de los clientes se dirigió hacia el baño, y allí, en una sala pequeña de aire comprimido, vio al Roger L. S., disparando. El cliente se quejó a los del bar, y cuando estos se lo recriminaron, se enzarzaron en una discusión Roger L. S., su padre y el empleado, sin que la cosa fuese a más.
El joven sigue en Murcia, donde fue detenido en la estación de trenes 12 horas después de cometer presuntamente el crimen, a la espera de ser trasladado a una prisión catalana. En la conducción de los agentes al juzgado de guardia, el joven intentó escapar echando a correr. Una tentativa de fuga que el juez ha hecho constar también en el expediente policial. El juez de guardia se ha inhibido a favor el juzgado de instrucción número 2 de Granollers, con los cargos de homicidio, detención ilegal, lesiones y tenencia ilícita de armas, entre otros. El tirador fue arrestado con una pistola y un revolver que robó del club de tiro, además de munición y un arma blanca. Los agentes se tiraron encima de él para evitar que abriese fuego de nuevo.
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