Una misa para suplicar agua: “Necesitamos este don del cielo”
Medio millar de feligreses de Espunyola acuden a una procesión oficiada por el obispo de Solsona para acabar con la sequía
Medio millar de feligreses se han congregado este domingo en el minúsculo santuario de la Mare de Déu dels Torrents del municipio barcelonés de L’Espunyola (258 habitantes). El obispo de Solsona, Francesc Conesa, ha presidido una misa y después ha encabezado una procesión para que la divinidad haga llover y acabe con una sequía que amenaza ser una ...
Medio millar de feligreses se han congregado este domingo en el minúsculo santuario de la Mare de Déu dels Torrents del municipio barcelonés de L’Espunyola (258 habitantes). El obispo de Solsona, Francesc Conesa, ha presidido una misa y después ha encabezado una procesión para que la divinidad haga llover y acabe con una sequía que amenaza ser una ruina para agricultores y ganaderos. La falta de precipitaciones relevantes durante 30 meses ha dejado a los embalses catalanes al 27% de su capacidad y ha obligado a la Generalitat a decretar restricciones de agua en 224 municipios, en los que viven más de seis millones de personas.
Llegar hasta el santuario de la Mare de Déu dels Torrents es una aventura para la que hay que superar varios caminos de tierra. Pero esas dificultades no han amilanado este domingo a los devotos dispuestos a rezar unidos para invocar la lluvia. Decenas de personas, casi todos de Espunyola, se han acercado hasta el santuario. La misa era a las 12.00, pero una hora antes, una patrulla de Mossos tomaba posiciones junto al santuario ante la afluencia de feligreses dispuestos a rezar hasta hacer llover. En la puerta del templo, tres mujeres entregaban tres fotocopias en blanco y negro a todo aquel que entraba. La primera, titulada “Eucarística para pedir lluvia”, reunía los salmos y cantos de la ceremonia. En la segunda aparecía una fotografía de la pequeña virgen de los Torrents y su título era más explícito: “Súplicas para pedir lluvia. Canto a la Mare de Déu dels Torrents”. A este título le seguían unos versos con un potente estribillo: “Deunos pluja ab abundancia, Verge santa dels Torrents” (Denos lluvia en abundancia, Virgen Santa dels Torrents). En el último papel, de menor tamaño, estaba reproducida la plegaria de Papa San Pablo VI para pedir lluvia.
Desde el altar, Teresa Gené, una trabajadora apostólica laica que se encarga de organizar algunos oficios religiosos, ha tomado la palabra para explicar el motivo de la ceremonia: “El viernes de la semana pasada, un grupo de personas de Espunyola solicitaron una misa en el santuario pidiendo la lluvia. Hablamos con el obispo y ha querido presidirla él”.
Los agricultores a los que la sequía angustiaba y que pidieron la intercesión divina no estaban muy lejos. A un lado del altar estaba sentado en uno de los bancos Josep Serra, agricultor de cereal y propietario de una granja de pollos. “El viernes pasado envié un mensaje a un grupo de WhatsApp diciendo que teníamos que intentarlo todo porque si no llueve va a ser la ruina más absoluta”, explicaba. Desde el mismo altar muestra en su móvil el grupo en cuestión, la Agrupación de Defensa Forestal Montesmont Oficial, que está integrada por 214 pequeños agricultores. El agricultor habló con Gené, quien lo comunicó con el obispado y al poco tiempo estaba resuelta la petición.
Junto a Serra estaba sentado otro de los que solicitaron la misa: Llorenç Torrebadella. Este agricultor es el dueño de los terrenos que rodean el santuario. “Yo me casé aquí hace 22 años. Este templo se ha abierto dos veces más desde entonces. Hacía 40 años que no se abría el santuario para pedir lluvia”, aseguraba. En una sacristía sin puerta se viste, con una casulla morada, el obispo de Solsona, Francesc Conesa. Mientras sigue preparándose para el oficio religioso, explica a EL PAÍS: “Pedir que llueva no es nada exótico. Está dentro de la normalidad en nuestra fe como cristianos, ya que pedimos al Padre lo que necesitamos. Esto no es nada parecido a la danza de la lluvia”.
Faltan minutos para que comience el oficio y en el santuario no cabe un alfiler. Decenas de personas siguen la misa desde el exterior. Durante el sermón, Conesa sigue dando explicaciones: “No acudimos a Dios para que haga magia. Le pedimos ayuda para que llueva, para que nos ayude en nuestras cosas materiales y así poder encargarnos de lo espiritual”. El obispo continúa: “Nos miran con escepticismo cuando oramos por la lluvia, pero es que necesitamos este don del cielo”. Y concluye: “Que el Señor nos conciba el agua para nuestros campos y la gracia para nuestros corazones”.
Tras la misa, Serra y Torrebadella, junto a otros, bajan del pedestal a la virgen de los Torrents y salen con ella al exterior acompañados del obispo, que se apoya sobre su báculo. Fuera la virgen, el obispo y los agricultores deseosos de lluvia dan una vuelta al santuario mientras rezan con fervor los textos.
En 2008, durante la última sequía sufrida en Cataluña, el consejero de Medio Ambiente de la Generalitat, Francesc Baltasar (ICV-EUiA) admitió, pese a ser agnóstico, haberse encomendado a la virgen de Montserrat para que lloviera. Entonces, la sequía acabó a las pocas semanas. Este domingo los feligreses de Espunyola han hecho también su pequeña aportación sacando a la virgen de los Torrents del santuario e invocando la llegada de precipitaciones.
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