ERC trata de insuflar aire a la candidatura de Maragall ante la irrupción de Trias

El candidato republicano pide evitar la polarización entre Colau y el exalcalde porque se trata de un “debate sobre fórmulas ya superadas”

El alcaldable de ERC en Barcelona, Ernest Maragall (izq.) y el presidente de la Generalitat, Pere Aragonès (der.),este martes en Barcelona.Quique García (EFE)

La irrupción de Xavier Trias ha sacudido la carrera electoral de mayo por la alcaldía de Barcelona. De momento, según muestra la demoscopia, el mayor afectado es el republicano Ernest Maragall, que pasaría de ganar las pasadas elecciones a quedar en cuarto lugar tras el candidato de Junts, el socialista Jaume Collboni y la alcaldesa Ada Colau. De ahí que este martes Esquerra haya querido poner ...

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La irrupción de Xavier Trias ha sacudido la carrera electoral de mayo por la alcaldía de Barcelona. De momento, según muestra la demoscopia, el mayor afectado es el republicano Ernest Maragall, que pasaría de ganar las pasadas elecciones a quedar en cuarto lugar tras el candidato de Junts, el socialista Jaume Collboni y la alcaldesa Ada Colau. De ahí que este martes Esquerra haya querido poner toda la carne sobre el asador en la puesta de largo de Maragall, en un acto en el auditorio Axa de la capital catalana, con 600 personas de público. Acompañado en el escenario por el presidente de la Generalitat, Pere Aragonès; y en las primeras filas por el presidente del partido, Oriol Junqueras, y casi todos los consejeros del Govern, Maragall ha abogado por desterrar el binomio Trias-Colau de la campaña. “Yo me siento mejor que hace cuatro años”, ha dicho en medio de un largo aplauso de los asistentes, dándose así un chute de confianza ante una candidatura necesitada de un cambio en la tendencia que muestran los sondeos.

“Os pido que no nos centremos en Trias o Colau. Barcelona es muy importante para reducirla a un debate de fórmulas ya superadas”, ha asegurado Maragall. La gran pantalla a su espalda alternaba imágenes del Palau de la Generalitat y de la Casa Gran, el Ayuntamiento, el hilo conductor con que el candidato y Aragonès han querido vender que si coinciden a ambos lados de la plaza de Sant Jaume se gobernará desde “el consenso”, sin “fomentar la división” y “gobernando para la Barcelona completa”, dando a entender que la actual alcaldesa actúa de manera sectaria. “El legado de Trias es Colau. El legado de Colau es una Barcelona dividida. La vía Maragall frenará el péndulo”, ha dicho. ERC ha sido el socio más estable del Ejecutivo municipal.

Maragall, que este mes cumplió 80 años, sabe que su edad es una de las armas que sus contrincantes utilizarán (como sucedió en la pasada campaña electoral) y que puede generar dudas entre su electorado. De ahí que se haya querido demostrar vital -“Yo me siento mejor que hace cuatro años”, ha dicho entre aplausos- y ha dejado caer una pequeña muestra de humildad. “En estos cuatro años he aprendido mucho”, ha remachado. Tampoco ha perdido la oportunidad de recordar que ganó las elecciones de 2019.

Las últimas encuestas publicadas muestran que la candidatura del ganador entonces. Por ejemplo, en la de El Periódico de Cataluña, conocida el pasado domingo, Maragall se aleja del escenario de triple empate para ocupar el cuarto puesto, con el 15% de voto (unos seis puntos porcentuales menos que el resultado de 2019) y ocho regidores (dos menos que los que tiene ahora). Ese mismo sondeo da al exalcalde convergente el primer lugar, con el 22% de intención de voto y 11 escaños.

Uno de los grandes problemas en ERC, confiesan fuentes de la formación, es el poco margen de maniobra para encontrar un revulsivo a esta tendencia. Antes de las municipales de 2019, el propio presidente de la formación, Oriol Junqueras, maniobró para descabalgar a Alfred Bosch (que había ganado las primarias) como candidato para poner al propio Maragall. La fórmula, aunque funcionó electoralmente, es de difícil repetición y, además, no dejaría de ser irónico que al exdiputado se le quitara el sitio de la misma manera en que llegó a él.

La elección de número dos para la lista, que tiene que ser una mujer, ya que el partido obliga a que las candidaturas sean cremallera, se vuelve así más crítica. Aunque son varias las militantes que comentan su interés por ocupar ese sitio, queda la carta de que pueda ser una independiente. Perfiles como el de la actual delegada del Govern en Madrid, Ester Capella, podrían dar solvencia a la candidatura (ella ya fue concejal entre 2007 y 2011) pero no está clara su aportación a la contienda electoral.

El resultado en Barcelona es capital para la estrategia de Esquerra de ser el partido central en la política catalana y que tiene como objetivo la penetración en el Área Metropolitana (la zona más reacia a los postulados independentistas). Tras la victoria agridulce de hace cuatro años (Maragall fue la primera fuerza en votos y escaños, pero no logró la vara por un pacto entre Colau y Jaume Collboni, apoyado por Manuel Valls), los republicanos se habían conjurado para barrer a sus opositores en las próximas elecciones. Pese a las críticas a la alcaldesa (no ha mencionado para nada a los socialistas) Maragall ha evitado hacer lecturas apocalípticas de la ciudad, el caballo de batalla de Trias: “Barcelona puede estar triste; puede estar sucia, tener problemas de seguridad, pero no está en decadencia”, ha dicho. “Hemos de volver a ganar como en 2019. No te presentas contra nadie, sino a favor de Barcelona”, ha finalizado Aragonès el acto.

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