Las exposiciones que vienen en la Fundación Miró de Barcelona: perder el miedo al arte contemporáneo, el videoarte asiático y la amistad del pintor con Picasso

El centro abre un nuevo espacio con motivo del traslado de su archivo de vuelta a su ubicación original

Una visitante observa material del archivo de la Fundación Miró en el nuevo espacio expositivo abierto en el centro.

En días como el jueves, recién llovido, con la vegetación de alrededor renovada y la ciudad a los pies límpida bajo un cielo azulísimo, se aprecia especialmente la belleza y la ubicación privilegiada de la Fundación Miró de Barcelona. Engastada en la zona más amable de la montaña de Montjuïc como una joya blanca, aderezada en su entrada por unos pinos de una armonía romana que hubiera musicado Respighi, la edificación de Josep Lluís Sert que contie...

Suscríbete para seguir leyendo

Lee sin límites

En días como el jueves, recién llovido, con la vegetación de alrededor renovada y la ciudad a los pies límpida bajo un cielo azulísimo, se aprecia especialmente la belleza y la ubicación privilegiada de la Fundación Miró de Barcelona. Engastada en la zona más amable de la montaña de Montjuïc como una joya blanca, aderezada en su entrada por unos pinos de una armonía romana que hubiera musicado Respighi, la edificación de Josep Lluís Sert que contiene las obras de Joan Miró se ofrece al visitante como uno de los lugares más deliciosos e interesantes de Barcelona (y espacio de fijación de memoria ciudadana). El centro museístico ha presentado esta mañana toda una serie de novedades (incluida su programación de la temporada 2023) con el objetivo de culminar su recuperación tras la pandemia y su reencuentro con el público. Reencuentro que aunque el director Marko Daniel no ha dado aún cifras concretas se está produciendo a muy buen ritmo: se está en cuanto a visitantes un 45% por encima de lo previsto (y los ingresos son un 20% más de lo esperado). Desde el centro se valora especialmente el crecimiento de visitantes locales que ha aumentado entre un 20% y un 25%.

Entre los motivos que habrá esta temporada para visitar la Miró (aunque para disfrutar sus vistas y la sensación de armonía y placer estético, incluso espiritual que regalan el edificio y su contenido, la colección permanente, no hacen falta excusas), figuran la exitosa exposición Paul Klee y los secretos de la naturaleza, que sigue hasta el 12 de febrero de 2023; y las nuevas Amigos imaginarios (del 16 de marzo al 27 de julio), una muestra para perderle el miedo (el que lo tenga) al arte contemporáneo y para introducir a los niños en el mismo; otra exhibición que permitirá conocer el arte audiovisual que se produce en los países asiáticos, especialmente en el campo del videoarte, a partir de los trabajos premiados con la beca creada en 2018 por la Fundación Hans Nefkens (25 años de Hans Nefkens conectando personas a través del arte, del 25 d julio al 19 de noviembre, comisariada por la sudcoreana Haeju Kim, directora artística de la Bienal de Busan, de donde no sólo parten trenes con zombis); y sobre todo Miró-Picasso, la gran exposición que se prepara para otoño sobre la relación entre ambos artistas y que se realizará simultáneamente (una misma muestra dividida en dos sedes) en la fundación y en el Museo Picasso de Barcelona. El propio Daniel y el director del Picasso serán los directores de la exhibición, que tendrá como comisarias a dos especialistas de la Miró (Sonia Villegas y Teresa Montaner) y otras dos del museo de la calle de Montcada (Margarida Cortadella y Elena Llorens).

La exposición (19 de octubre al 25 de febrero de 2024), que coincidirá con los 50 años de la muerte de Picasso y los 40 de la de Miró y será el primer trabajo conjunto de ambos museos, está todavía diseñándose, pero Marko Daniel ha adelantado que se va a centrar en la amistad entre los dos genios (señalando coincidencias y divergencias entre sus obras respectivas) y su reconocimiento a Barcelona, materializado en el legado que ambos dejaron en la ciudad en forma de museos con sus nombres.

En el cartel de la Miró, también, la programación del Espai 13, el ciclo dedicado a las prácticas artísticas y el comisariado emergentes, que presentará a partir de febrero el proyecto del colectivo madrileño Yabi Fijaciones por minuto, consagrado a examinar en cuatro exposiciones la dimensión política del acto de leer y la relación de la lectura con el arte contemporáneo. Muchísimas más cosas en la Miró, nuevas exposiciones fotográficas en el vestíbulo, decenas de actividades, con mucho acento en lo social, programas de formación, talleres, performances en las salas, cine, conferencias, coloquios… Asimismo, mucha Fundación Miró fuera de la Miró: exposiciones itinerantes en San Juan de Puerto Rico, en Hong Kong y en la embajada española en Washington, entre otros bolos de la colección.

El director de la Fundación Miró de Barcelona, Marko Daniel EUROPA PRESS 15/12/2022EUROPA PRESS (EUROPA PRESS)

Con todo, especialmente ilusionante para la Miró, según ha enfatizado su director, es la reubicación que se ha realizado del archivo del centro y que ha sido devuelto a su ubicación original en el edificio, en la torre octogonal (“torre del conocimiento”), lugar diseñado inicialmente para acogerlo. El traslado de los cerca de 18.000 documentos al nuevo archivo de dibujos y documentación ha sido una labor ingente que ha posibilitado un profundo trabajo de restauración y recatalogación. La reubicación simboliza, además, la importancia central de los fondos de la colección en el despliegue de la actividad de la Miró, ha destacado Marko Daniel.

Aprovechando la colocación del archivo en su nuevo emplazamiento, la fundación ha abierto un nuevo espacio de exposición que presentará regularmente, en pequeñas exhibiciones, materiales preparatorios y documentales procedentes de este fondo. La sala se ha inaugurado el jueves con la muestra Abrir el archivo 1, en la que además de exhibirse obras y escritos se describe el traslado del archivo, sus motivos y su alcance. El archivo fue llevado a un espacio subterráneo del edificio en 1988 y regresarlo al lugar que Miró y Sert habían escogido era algo en lo que se trabajaba desde hace años. Primero se lo movió a una sala temporal donde se inventarió de nuevo y se controló el estado de todos los objetos.

El director de la fundación ha subrayado que el traslado no obedece a razones nostálgicas sino sobre todo a la necesidad de implementar mejoras en las condiciones de conservación del fondo. El mobiliario original de madera diseñado por Sert ha sido sustituido por uno más moderno y homologable con los requisitos de preservación. Del antiguo se han conservado algunas unidades y la mayoría han sido donadas a artistas o instituciones. “Ahora tenemos nuestro tesoro en un lugar controlado y seguro, y además donde querían Miró y Sert, en el corazón de la fundación”, ha recalcado Daniel.

Puedes seguir a EL PAÍS Catalunya en Facebook y Twitter, o apuntarte aquí para recibir nuestra newsletter semanal

Sobre la firma

Más información

Archivado En