Sale de prisión un pederasta con “alto riesgo de reincidencia” que abusó de niñas durante la libertad condicional
La Generalitat alerta del riesgo a la Fiscalía y subraya que no le consta que se hayan adoptado aún las medidas para vigilarle que contemplaba la sentencia
Carles Sallés es un hombre libre. Ha cumplido la condena que le fue impuesta por abusar sexualmente de cuatro menores en Terrassa (Barcelona) y ha abandonado este viernes el centro penitenciario. El Departamento de Justicia de la Generalitat ha remitido un escrito a la Fiscalía para avisar del “alto riesgo de reincidencia” del pederasta, que el pasado agosto, durante su libertad condicional, ...
Carles Sallés es un hombre libre. Ha cumplido la condena que le fue impuesta por abusar sexualmente de cuatro menores en Terrassa (Barcelona) y ha abandonado este viernes el centro penitenciario. El Departamento de Justicia de la Generalitat ha remitido un escrito a la Fiscalía para avisar del “alto riesgo de reincidencia” del pederasta, que el pasado agosto, durante su libertad condicional, abusó presuntamente de otras seis niñas en una piscina pública. Fuentes de ese departamento indican que no les consta, por ahora, que se hayan adoptado medidas de vigilancia sobre el excarcelado para evitar nuevos abusos, a pesar de que la sentencia por la que fue condenado contemplaba una pena adicional de siete años de libertad vigilada.
La Audiencia de Barcelona, que le condenó, es el órgano que debe ordenar que se ejecute esa parte de la sentencia. Y el Departamento de Justicia es quien debe aplicar la medida en el caso, por ejemplo, que se requiera el uso de una pulsera de localización. Fuentes del Govern agregan que Sallés pasará a vivir en un “recurso residencial de la comunidad” gracias a una entidad que le acoge.
Sallés fue condenado por la Audiencia de Barcelona en 2016 por abusar sexualmente de cuatro menores en Terrassa. La pena era de 14 años de cárcel, pero el tribunal fijó un máximo de siete años y siete meses de estancia en prisión. Con un añadido: además de la pena de prisión, le impuso una pena accesoria de siete años de libertad vigilada, que puede cumplirse mediante supervisión policial o la instalación de una pulsera de localización, entre otras. Estas medidas por ahora no se han ejecutado, siempre según la versión de Justicia.
A principios de 2020, Sallés obtuvo la libertad condicional y pudo abandonar el centro penitenciario de Sant Joan de Vilatorrada. Pero reincidió. Los Mossos d’Esquadra le detuvieron el 30 de agosto por abusar de seis niñas, de entre 7 y 9 años, en la piscina municipal de Sant Vicenç de Castellet. Las menores denunciaron a la policía que se ganó su confianza y, con la excusa de hacerles cosquillas, les había hecho tocamientos y había intentado entrar en los vestuarios. Sallés pasó a disposición del juez. Los abogados de las familias de las niñas afectadas pidieron su ingreso en prisión provisional, pero el juez lo descartó.
El pederasta perdió, no obstante, su libertad condicional, que está sujeta precisamente a la no reincidencia. El juzgado de vigilancia ordenó su encarcelamiento, pero ya ha cumplido la pena y está en libertad. En su día, el juez que investiga los abusos en la piscina no dictó prisión pero tampoco medidas cautelares. No consta que se hayan tomado hasta ahora otras medidas de vigilancia. Ocurre que, en los casos de agresores sexuales o pederastas que salen de prisión con alto riesgo de reincidencia, las autoridades fijan seguimientos no invasivos y otras medidas para evitar nuevos abusos.
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