El incumplimiento de los protocolos desencadenó el caso de la niña olvidada en un bus escolar en Sitges

El conductor no revisó el vehículo, las monitoras no contaron los alumnos y la escuela no avisó de la ausencia de la menor

Un autobús de la empresa Plana.

El olvido de una niña de tres años durante siete horas en un bus escolar en Sitges el pasado lunes se debió a que ninguna de las partes implicadas aplicó el protocolo previsto o, en algún caso, el sentido común. El conductor del bus no revisó el vehículo, las monitoras no hicieron el pertinente recuento de alumnos y la escuela no avisó de la ausencia injustificada de la menor. El Consell Comarcal del Garraf, ...

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El olvido de una niña de tres años durante siete horas en un bus escolar en Sitges el pasado lunes se debió a que ninguna de las partes implicadas aplicó el protocolo previsto o, en algún caso, el sentido común. El conductor del bus no revisó el vehículo, las monitoras no hicieron el pertinente recuento de alumnos y la escuela no avisó de la ausencia injustificada de la menor. El Consell Comarcal del Garraf, que tiene las competencias en el transporte escolar, ultima la investigación que debe aclarar lo sucedido y, sobre todo, abrir el camino a nuevas medidas y protocolos que eviten que esto vuelva a suceder.

El incidente tuvo lugar este lunes, cuando el autobús escolar, como cada mañana, trasladó a unos 60 niños hasta la escuela Maria Ossó de Sitges. Todos bajaron, excepto Lucía, de tres años. Pero nadie se percató. Las dos monitoras que acompañaban a los alumnos volvieron al autobús y, una vez en el centro de Sitges, las monitoras bajaron y el conductor dejó el bus en las cocheras, con la menor dentro. No fue hasta las 16 horas, cuando el conductor de la tarde se disponía a recoger a los niños, cuando detectó la presencia de la niña en el autobús. La atendió, le dio de comer y fue trasladada a un centro de salud, que determinó que su estado de salud era bueno.

El mismo lunes, el Consell Comarcal del Garraf abrió un expediente y dio dos días a las empresas de transporte y monitores para que aportaran toda la información que permita esclarecer lo sucedido. El plazo acaba este jueves y el ente comarcal tiene previsto hacer públicas sus conclusiones la semana próxima.

El Consell Comarcal aprobó en septiembre del año pasado hace un año el reglamento del servicio de transporte escolar del Garraf para regular los deberes y derechos de todas las partes implicadas en el servicio. En cuanto a la empresa de transporte, la normativa deja claro que “antes de abandonar el vehículo, el conductor tiene que revisar que no ha quedado nadie” (artículo 9.3). Y sobre la empresa de monitores, el reglamento establece que el personal debe tener una lista de los alumnos que usan el transporte “y controlar la asistencia en cada uno de los trayectos” (artículo 10.2) y que, a la llega a la escuela, debe asegurarse “que el alumnado entre en el recinto escolar” (artículo 10.3).

Mientras tanto, las partes implicadas intentan eludir su responsabilidad. El gerente de la empresa de autobuses Plana, Josep Vallcorba, justifica que “este reglamento es posterior a la firma del contrato con el Consell” e insiste en que “lo que ha fallado son los acompañantes, que no hicieron su función y la escuela, que no avisó de la falta”, asegura a este diario.

Desde la Fundación Pere Tarrés, que gestiona los monitores, aseguran que todavía no saben exactamente “qué pasó y por qué pasó” y se remiten al informe que han elaborado para el Consell. La escuela ha declinado hacer comentarios.

Las faltas de los alumnos están reguladas en los Documentos para la organización y gestión de los centros, que el Departamento de Educación edita cada año. En esta guía se indica que las escuelas “tienen que disponer de mecanismos efectivos de control de la asistencia a clase y de seguimiento de los alumnos”. Asimismo, en el caso de los menores, “el centro debe comunicar periódicamente y de manera sistemática las faltas de asistencia no justificadas a las familias”.

Otra incidencia en la familia

La familia de la menor, que ha interpuesto una denuncia, asegura que su hijo mayor también sufrió un incidente con el transporte escolar. Ni al Consell ni a la Fundación Pere Tarrés les consta dicha incidencia, pero desde la empresa de autocares confirman que hace un año aproximadamente el autobús de la tarde se marchó dejando al niño en la escuela porque este no estaba en el punto de recogida a la hora prevista.

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