El pistolero que tiroteó a sus jefes en una empresa de seguridad de Tarragona pide la eutanasia

Sufrió una lesión medular irreversible al ser reducido a balazos por una unidad de élite de los Mossos

Captura hecha por las cámaras de seguridad durante el ataque del pistolero a las oficinas de la empresa donde trabajaba.

El vigilante de seguridad que el pasado mes de diciembre hirió a cuatro personas en un asalto con arma de fuego a la empresa de Tarragona donde trabajaba ha iniciado los trámites para solicitar la eutanasia. El hombre sufre una lesión medular irreversible, tras ser alcanzado por una bala de los Mossos d’Esquadra ...

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El vigilante de seguridad que el pasado mes de diciembre hirió a cuatro personas en un asalto con arma de fuego a la empresa de Tarragona donde trabajaba ha iniciado los trámites para solicitar la eutanasia. El hombre sufre una lesión medular irreversible, tras ser alcanzado por una bala de los Mossos d’Esquadra durante su detención. Según una información adelantada por la Cadena Ser, la lesión lo mantiene en situación de dependencia y le causa intensos dolores, por lo que habría pedido a los médicos que lo tratan que activen los protocolos para la eutanasia. Marin Eugen Sabau tiene 46 años y permanece ingresado en el Hospital penitenciario de Terrassa. Tras su arresto, el juzgado de instrucción 5 de Tarragona ordenó prisión provisional y el mismo juzgado tiene ahora sobre la mesa la solicitud de muerte voluntaria hecha por el pistolero. El médico que lo trata ha aceptado iniciar el procedimiento.

“Voy a salir en las noticias con Securitas”, había anunciado Eugen en un correo que remitió a la empresa de seguridad donde trabajaba. “No me queda otra, haré la justicia con mis manos. Las lecciones que se aprenden con sangre no se olvidan pronto. Securitas se acordará de mí unos cuantos años”, anotó. El hombre, soltero y socio de un club de tiro de Tarragona, la mañana del 14 de diciembre cumplió con sus amenazas. Repetía que vivió un “infierno” en la empresa, que los jefes le hacían “la vida imposible”, que fue víctima de explotación laboral y discriminación por racismo. “Voy a vacunar a los jefes de Securitas con tres dosis de Glock-Pfizer de 9 milímetros. No quiero matarles, les dejaré jodidos (...) No estoy loco, lo he planeado a la perfección”, dejó escrito.

Tras el tiroteo se atrincheró en una finca semiabandonada de las afueras de Riudoms. Llevaba chaleco antibalas, un escudo casero y, al menos, un arma larga de mira telescópica. Los negociadores de la policía trataron de lograr su rendición. Sin éxito. Los especialistas de los Grupos de Intervención Especial (GEI) de los Mossos abrieron fuego y lo abatieron.

La secretaria general de la consejería de Salud de la Generalitat, Meritxell Masó, explicó la semana pasada que 137 catalanes han solicitado el derecho a la eutanasia desde el despliegue de la ley en España hace un año. Según el registro, 78 solicitudes se han aprobado y 60 ya se han realizado.

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