El remiendo de la Generalitat para la AP-7: Carriles con conos, más grúas y camiones a 80km/h sin poder adelantar
Interior anuncia medidas para Sant Joan y señala que es el Gobierno el que debe reducir la velocidad en la autopista
La Generalitat trata de desplegar a contrarreloj un plan de choque para mitigar el colapso que sufre la autopista AP-7. Preparar carriles adicionales, disponer de una flota de grúas de intervención rápida y poner condiciones al tráfico de camiones son las medidas que implantará la Consejería de Interior a partir de la festividad de Sant Joan como solución de emergencia a los perennes embotellamientos en las carreteras catalanas. “Es un ...
La Generalitat trata de desplegar a contrarreloj un plan de choque para mitigar el colapso que sufre la autopista AP-7. Preparar carriles adicionales, disponer de una flota de grúas de intervención rápida y poner condiciones al tráfico de camiones son las medidas que implantará la Consejería de Interior a partir de la festividad de Sant Joan como solución de emergencia a los perennes embotellamientos en las carreteras catalanas. “Es un problema de saturación. Desde que se levantaron los peajes, el uso de la AP-7 ha crecido un 40%”, alega el consejero Joan Ignasi Elena, que admite que las retenciones han rebasado la categoría de hecho puntual: “Se producen cada día de la semana”.
El consejero ha comparecido este martes, al finalizar la reunión semanal del Govern y después de que en las últimas semanas la AP-7 haya registrado un rosario de incidencias y se hayan sucedido las colas kilométricas. La Generalitat reconoce que esta vía se ha convertido en un “problema de movilidad” desde que en septiembre pasado se levantaron las barreras de los peajes. La gratuidad, pese a ser largamente anunciada, pilló por sorpresa a los gestores del tráfico. La siniestralidad se ha multiplicado, la autopista este año registra el triple de muertos que en el mismo periodo de 2019, pasando de cuatro víctimas a 14, y el colapso circulatorio es permanente, especialmente acusado en festivos y fines de semana.
Durante nueve meses, Interior apenas ha aplicado medidas para incentivar la fluidez circulatoria, y ahora, ante el previsible alud de vehículos que se espera a partir de la verbena de Sant Joan, anuncia el rescate de un paquete de medidas que ya se plantearon en el pasado. La habilitación de un carril adicional en el tramo sur de la AP-7, con conos o señalización provisional, persigue mitigar el tapón que se forma en la zona de Vilafranca, donde en fases pico se supera el límite de capacidad de la vía en un 55%, según datos de Interior. También se recupera el carril adicional entre Sant Celoni y Parets del Vallès, donde el tráfico encalla al alcanzar un volumen un 40% superior a la capacidad de la autopista. También se dispondrá un carril adicional en la C-32, desde Llavaneres a Montgat. En la zona del Garraf, donde la autopista Pau Casals aún conserva el peaje, Elena admite que una solución sería impulsar su gratuidad para desviar parte del tráfico que encharca la AP-7 en el Penedès. La teoría dice que el gesto debería entrañar poca dificultad para la Administración catalana, en tanto que la titularidad de la vía es de la Generalitat, pero el consejero Elena, que es natural de Vilanova i la Geltrú y conoce bien la ruta, alega que la Generalitat no apostará por quitar el peaje hasta que el Estado se comprometa a asumir el coste de la gratuidad. Caso parecido pasa con la AP-7, donde las medidas para oxigenar el tráfico se calculan en 6,5 millones de euros. La Generalitat señala que la factura la debe asumir el Gobierno.
Otra estrategia para rebajar la siniestralidad en la autopista contempla la reducción del límite de velocidad. El Servicio Catalán de Tráfico (SCT) tiene pensado a partir del año que viene aplicar un sistema de velocidad variable, en función de las necesidades de cada tramo en cada momento, pero antes de que esta medida pionera sea aplicable se persigue una reducción inmediata de la velocidad, a 100 kilómetros por hora o 110, en las zonas más conflictivas, como es el caso de la conurbación de Barcelona. El Departamento de Interior alega que aplicar con inmediatez la rebaja de velocidad está en el tejado del Ministerio de Transportes. “A menor velocidad, se garantiza que la distancia de seguridad se cumple mucho más. Y cuando se cumple, baja el número de accidentes”, justifica el SCT.
La Generalitat sí impondrá, a partir de Sant Joan, restricciones puntuales a los camiones. En los momentos de mayor congestión deberán circular a 80 kilómetros por hora y tendrán prohibido abandonar el carril de la derecha.
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