El centro de atención a refugiados de Ucrania en la Fira de Barcelona abre sin suficientes medios para tramitar permisos

“He ido ya a dos comisarías, al Saier y ahora aquí”, dice Lisandra, agotada tras 10 días de viaje

Refugiadas de Ucrania ante la puerta del centro de atención habilitado en la Fira de Barcelona.Enric Fontcuberta (EFE)

El centro de atención a refugiados de Ucrania en Cataluña ha abierto este viernes en Barcelona, a medio gas, en uno de los pabellones de la Fira de Montjuïc. Desde primerísima hora, incluso de madrugada, se han congregado varias decenas de personas, sobre todo mujeres con niños, que han llegado huyendo de la guerra. La sorpresa ha sido que quienes buscan ...

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El centro de atención a refugiados de Ucrania en Cataluña ha abierto este viernes en Barcelona, a medio gas, en uno de los pabellones de la Fira de Montjuïc. Desde primerísima hora, incluso de madrugada, se han congregado varias decenas de personas, sobre todo mujeres con niños, que han llegado huyendo de la guerra. La sorpresa ha sido que quienes buscan tramitar con la Policía Nacional los permisos exprés de residencia y trabajo prometidos por el Gobierno español son invitadas a llamar a un teléfono para pedir cita previa. Y el teléfono (91 047 44 44) no responde, señalan, pacientes, los concentrados.

El espacio de Fira sí atiende, a través de Cruz Roja, a las personas que todavía no tienen alojamiento: la atención de carácter más social. También hay 200 camas por si alguien necesita descansar, pero no son para pernoctar. Y un espacio para atender y distraer a los más pequeños. En el centro también habrá dispositivos informativos de la Generalitat y el Ayuntamiento para dirigir a las familias a cuestiones concretas: escolarización, sanidad, servicios sociales o cualquier otro tema que puedan necesitar (desde un documento hasta unas gafas que han perdido durante el viaje).

Fuentes de la Delegación del Gobierno aseguran que en el interior del pabellón hay agentes de policía tramitando permisos a ucranios que llegan ya con la cita previa, pero no es el caso de inmensa mayoría de personas que se acercan al centro. En la calle, los refugiados son atendidos por traductores ucranios fácilmente identificable con chalecos del ministerio. Las dos enormes puertas de madera pintada de amarillo solo se abren en el instante que alguien entra o sale del recinto. En Pozuelo de Alarcón (Madrid), el centro habilitado por el ministerio abrió inicialmente sin cita previa, pero a día de hoy ya se pide para ordenar el alud de solicitantes. Las citas se están dando este viernes para el 3 de abril. El Gobierno ha habilitado un tercer gran centro de acogida de refugiados en Alicante.

Romería para conseguir la documentación

“La administración se llena la boca de no sé cuántas cosas y espera que les hagamos el trabajo, porque aquí no les atienden”, criticaba esta mañana un ciudadano de Barcelona que acompañaba a dos familias que ha acogido en su casa. Los refugiados concentrados relatan que después de haber tenido que huir de la guerra llegan a Cataluña y se ven envueltos en una romería de ventanillas para conseguir una documentación de la que todas las autoridades hablan en la tele, dicen.

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“Estamos alojados en casa de unos amigos en Sant Boi de Llobregat desde el 5 de marzo y hemos ido a la comisaría de allí, a la de la Verneda en Barcelona (donde hay mucha cola), al Saier del Ayuntamiento (donde nos han dado cita para el 4 de abril), y ahora aquí”, lamentaba paciente Lisandra, una maestra de origen cubano que hace años que vive en Ucrania con su marido, local, y sus dos hijos. Se mostraba agradecida, los dos niños comenzarán a ir al cole el lunes, pero su cara acumula cansancio después de los 10 días que tardó en llegar desde la guerra hasta Sant Boi.

También tiene cara de agotada Tania Kniazink, que condujo sola desde Vinitza hasta Valls, donde vive un tío suyo. Este viernes se ha desplazado a Barcelona en tren y no puede creer que el viaje no sirva de nada. “El teléfono no funciona. Me dicen los traductores que llame mañana. No volveré hasta que tenga cita”, decía encogiéndose de hombros. La mujer ha dejado a sus padres y su marido en Kniazink.

Los ucranios que llegan a Barcelona tienen 90 días para estar en España hasta regularizar su situación. Desde el Ayuntamiento de Barcelona, el teniente de alcalde Jordi Martí ha señalado que el consistorio y la Fira se han limitado a ceder el espacio y ha manifestado su confianza en que el Gobierno y la Delegación “pondrán los recursos necesarios” para que la situación de falta de atención en materia de permisos se resuelva.

La Cruz Roja atiende en el espacio ferial a las mujeres y niños que llegan sin referentes en Cataluña

Desde la Generalitat, la consejera de Igualdad y Feminismos, Tània Verge, ha cifrado en unos 8.000 los refugiados ucranianos que se espera que lleguen a Cataluña, y ha señalado que los 500.000 euros destinados por el Govern a cubrir sus necesidades serán insuficientes, por lo que espera que el Gobierno derive ayudas europeas.

Aunque inicialmente no estaba previsto, tanto la Generalitat de Cataluña como el Ayuntamiento de Barcelona tendrán también presencia física en el centro de recepción de refugiados habilitado por el ministerio Fira. La Generalitat y Ayuntamiento informarán a los recién llegados sobre donde pueden hacer trámites que necesiten: para educación, sanidad, servicios sociales o cualquier otra necesidad. Además tendrán especial atención a colectivos como mujeres víctimas de violencia o miembros de la comunidad LGTBI.

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