Aragonès descarta el pacto que le ofrece Illa para cambiar el rumbo del Govern en Cataluña

El presidente catalán ve necesario “un nuevo impulso” para desencallar el diálogo con el Gobierno

El presidente del Govern, Pere Aragonès, en el pleno del Parlament, con Salvador Illa (PSC) al fondo, este miércolesEUROPA PRESS (Europa Press)

La sesión de control de este miércoles en el Parlament ha coincidido con el aniversario del inicio de la campaña de las pasadas elecciones catalanas. El líder socialista en la Cámara y jefe de la oposición, Salvador Illa, ha aprovechado la coincidencia para criticar el rumbo del Ejecutivo de ERC y Junts y ha aprovechado su turno de palabra para ofrecerle al president Pere Aragonès que reúnan de manera oficial y poder enmendar juntos una legislatura que, a su parecer, “va mal”. El republicano ha abierto la mano a reunirse pero ha descartado que eso implique un interés en hacer enmiendas ...

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La sesión de control de este miércoles en el Parlament ha coincidido con el aniversario del inicio de la campaña de las pasadas elecciones catalanas. El líder socialista en la Cámara y jefe de la oposición, Salvador Illa, ha aprovechado la coincidencia para criticar el rumbo del Ejecutivo de ERC y Junts y ha aprovechado su turno de palabra para ofrecerle al president Pere Aragonès que reúnan de manera oficial y poder enmendar juntos una legislatura que, a su parecer, “va mal”. El republicano ha abierto la mano a reunirse pero ha descartado que eso implique un interés en hacer enmiendas en su Govern. Aragonès, sin embargo, si ha esbozado la necesidad de dar “un nuevo impulso” con las fuerzas y entidades independentistas para desencallar la mesa de diálogo, aunque sin precisar qué.

“Su Govern no va (...) Estoy dispuesto a ayudar para que el país no se pare”, le ha dicho Illa a Aragonès con tono solemne. No es la primera vez que el líder socialista se ofrece a Aragonès para intentar una mayoría alternativa a la que dirige a Cataluña desde hace diez años y cuya configuración se revalidó en las elecciones del 14-F. Un pacto que, tras el alejamiento de la CUP (indispensable para lograr la mayoría pero fuera del Ejecutivo) y el regreso de los choques con Junts, se ve cada vez más endeble. Illa ha pedido una reunión “formal” en la que se pudiera hablar de los nuevos retos.

En su lista, Illa ha incluido, por ejemplo, la recuperación económica tras la pandemia, el fomento de las energías renovables, la candidatura para albergar los Juegos Olímpicos de Invierno (“Las candidaturas son de ciudades, no de comunidades ni de países”, le ha recordado el socialista) o cómo abordar “el retroceso del uso social del catalán”, que el socialista ha solapado con los años de Gobiernos independentistas en la comunidad.

Aragonès ha aceptado la reunión pero ha obviado darle cualquier cariz reformador de una obra de Gobierno que ha defendido aireadamente. “Este Gobierno va. Por primera en muchos años tenemos un Presupuesto vigente desde el 1 de enero, las votaciones las vamos superando y conseguimos amplias mayorías para votar las transformaciones que necesitamos”, dijo el republicano. “Si quiere continuar en esta línea, sin problema”, le ha dicho. El president, además, le ha pedido a Illa que incluya en la lista su propuesta para resolver el conflicto político e insistió en la del Govern: referéndum y amnistía.

La reunión, que muy posiblemente termine celebrándose pese a la diferencia de expectativas, terminaría mezclada con un una serie de encuentros que el jefe del Govern quiere hacer con entidades y partidos independentistas antes del 14-F. La idea de esas reuniones ya había sido adelantada el martes por la portavoz del Ejecutivo, Patrícia Plaja, junto con el anuncio de una conferencia de Aragonès coincidiendo con el aniversario de las elecciones. En una respuesta a la pregunta de la bancada Junts, en la que su presidente Albert Batet ha recordado la invitación del president a prepararse por si el diálogo falla, el republicano ha insistido en que el principal objetivo de esas reuniones es buscar fórmulas para “rearmar” al independentismo” y dar “un nuevo impulso” al diálogo con el Gobierno central. La próxima reunión sigue sin fecha.

Sigue tratándose, de momento, de una proclama vacía. Aragonès ha repetido el mantra de los últimos años del independentismo y que sigue sin encontrar una vehiculación: “unidad y máxima movilización”, pero sin ningún tipo de concreción. “Hace dos años de la primera reunión de la mesa de diálogo. En dos años, dos reuniones... y las dos sin resultados”, le había espetado antes Batet. El president, sin embargo, ha dejado claro que la apuesta sigue siendo “por una solución dialogada y negociada con el Estado”, contraponiéndose así al escepticismo de los de Carles Puigdemont.

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La sesión de control también ha dejado claro que la candidatura de los Juegos Olímpicos de Invierno generará más roces con la CUP y con los comunes. Los de Jéssica Albiach se han vuelto claves en la gobernabilidad en Cataluña (apoyaron las últimas cuentas, salvándolas, y han dado apoyo a textos muy importantes como el de las energías renovables) y ahora hay un tema en el que será muy difícil encontrar algún tipo de sintonía. Más allá de las críticas sobre la sostenibilidad de unos juegos y su legado en el Pirineo, los anticapitalistas han criticado que un proyecto de ese tipo sería visto internacionalmente como una derrota para el independentismo. “Están diciendo a la gente del Pirineo que o Juegos Olímpicos o nada. Si quieren más inversiones, mejores infraestructuras y más transporte público, Juegos Olímpicos o nada. Esto tiene un nombre, y se llama chantaje”, ha dicho por su parte Albiach.

Aragonès se ha refugiado en la consulta que se celebrará en una parte del Pirineo para asegurar que serán un evento en el que la gente tendrá voz. Tanto En Comú Podem como la CUP le han acusado de solo preguntar en las poblaciones donde hay un rechazo menor a la celebración de la cita olímpica. Ciudadanos también ha apretado con este tema y ha criticado la posición del Govern frente a la participación de Aragón en la candidatura “en igualdad de condiciones”. Rechazando esa posibilidad, ha dicho el jefe de filas naranja, Carlos Carrizosa, se lanza “un mensaje de soberbia del nacionalismo y de desprecio al resto de comunidades autónomas”.

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