Una juez de Badalona investiga la muerte del hombre al que los Mossos redujeron con una pistola táser

Partidos y entidades cuestionan el uso de esta arma mientras que la policía catalana defiende que la actuación fue correcta

Un mosso con una pistola táser.Albert Garcia

La magistrada del juzgado de instrucción número 2 de Badalona investiga la muerte de un hombre que fue reducido por los Mossos d’Esquadra con una pistola eléctrica táser y que murió 24 horas más tarde en el hospital de Can Ruti. A la espera de los resultados de la autopsia, el director general de la policía catalana se apresuró a destacar este jueves que la intervención policial fue correcta y adecuada al protocolo mientras que entid...

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La magistrada del juzgado de instrucción número 2 de Badalona investiga la muerte de un hombre que fue reducido por los Mossos d’Esquadra con una pistola eléctrica táser y que murió 24 horas más tarde en el hospital de Can Ruti. A la espera de los resultados de la autopsia, el director general de la policía catalana se apresuró a destacar este jueves que la intervención policial fue correcta y adecuada al protocolo mientras que entidades en defensa de los derechos humanos y partidos como la CUP volvieron a exigir la eliminación del uso de este tipo de armas implantadas en la policía catalana desde 2018.

A las 15.30 del pasado 26 de noviembre una mujer llamó por teléfono a los Mossos d’Esquadra alertando que su hijo, de 38 años, estaba totalmente fuera de sí, agresivo, y que la había encerrado a ella y a su marido en una habitación y les amenazaba con cuchillos. El hombre tenía antecedentes por consumo de sustancias y problemas mentales. Cuando los Mossos llegaron al domicilio – en el 253 de la avenida Marquès de Montroig de Badalona- el agresor había bloqueado la puerta con muebles, por lo que tuvieron que acceder al piso a través del balcón de un vecino. Para lograr inmovilizar el agresor, los agentes aplicaron varias descargas con la pistola táser. Acto seguido, tal y como marca el protocolo, lo trasladaron al hospital de Can Ruti. El hombre falleció la noche del sábado y fue justo al día siguiente cuando la magistrada abrió una investigación para esclarecer lo sucedido. Ninguno de los Mossos que participaron en la intervención ha sido imputado, por el momento.

Antes de comprobar los resultados de la autopsia el director general de los Mossos d’Esquadra, Pere Ferrer, aseguró este jueves que los agentes actuaron siguiendo el protocolo. En una entrevista en la televisión pública catalana Ferrer destacaba que no era la primera vez que los Mossos acudían al citado domicilio por un incidente de este tipo y el director de la policía detalló que usaron la táser tras varias advertencias de los agentes al agresor. “Los hechos sucedieron el viernes, y el lunes ya teníamos el estudio de la grabación y de los hechos. El protocolo se ha aplicado correctamente”, aseveró Ferrer.

Desde 2018 los Mossos d’Esquadra disponen de este tipo de armas aunque solo disponen de ellas el responsable de cada turno. Lo que en la práctica supone que, como mínimo, hay una de estas táser por cada comisaría. Solo se deben utilizar en reducciones complejas cuando existe riesgo para los agentes, los afectados o terceras personas y el arma cuando se desenfunda conecta automáticamente un sistema de grabación y que envía las imágenes de lo sucedido a un servidor.

El centro por la defensa de los derechos humanos Iridia siempre se ha mostrado contrario a la utilización de las pistolas táser. Iridia participó en el grupo de trabajo del Parlament antes de que se aprobara el uso de este tipo de armas por parte de la policía catalana. Uno de los miembros de Iridia, Andrés García Berrio, sigue manteniendo que no se tenía que haber implementado la táser en Cataluña: “El uso de la táser se generó en países donde había mucha utilización de armas de fuego para que se redujeran estas intervenciones. Aquí nunca existió ese problema y la táser sigue siendo un arma muy lesiva”. Los daños que puede causar la pistola eléctrica, según Berrio, son diversos dependiendo de la persona: “Una descarga no no afecta de la misma forma a una persona u otra. Los policías, además, no conocen las circunstancias médicas de la persona sobre la que aplican la descarga. Puede tener cardiopatías, haber tomado estupefacientes, medicación, ser una mujer embarazada… Es un riesgo muy alto que no está justificado ante lo poco que se utiliza el arma de fuego”.

Los sindicatos de Mossos sí que aprueban el uso de esta arma. Albert Palacio, portavoz del sindicato USPAC, sostiene que en la actualidad el problema con el que se encuentran es que la “cámara que va aparejada a la táser no siempre se enciende como debiera”. Palacio defiende que es “término medio entre la pistola y la defensa y que, en la mayoría de ocasiones, no supone ningún problema de salud para la persona”. Palacio sostiene que debería haber, al menos, una táser en cada vehículo policial y reivindica que todos los agentes dispongan de una cámara de dotación para grabar todas las intervenciones.

Por su parte, el Síndic de Greuges, Rafael Ribó, ha abierto una investigación de oficio para determinar si los Mossos hicieron un uso adecuado del arma en el caso de Badalona. Ribó ha pedido al Departamento de Interior toda la información para conocer los resultados de la investigación interna que se está llevando a cabo. No es la primera actuación de oficio que abre el Síndic entorno a la táser. En noviembre de 2020 abrió una investigación después de que unos agentes aplicaran varias descargas a una joven en la entrada de un centro médico de Sabadell. Ribó concluyó que los agentes se habían ajustado al protocolo porque existía un riesgo para la integridad física de la persona afectada y de terceras personas, pero advirtió que la descarga eléctrica “no fue adecuada ni ponderada”. El pasado enero el Síndic presentó un informe en el que exigía que el protocolo de uso de las pistolas eléctricas estableciese el número máximo de veces que se pueden pulsar con seguridad estos dispositivos.

Los Mossos d’Esquadra no han facilitado a EL PAÍS el número de veces que se ha utilizado la táser desde que se aprobó su uso en 2018, pero solo hay un caso sospechoso de fallecimiento tras recibir una descarga, que es el de Badalona. Por su parte, la CUP ha exigido poner fin al uso de las táser por parte de los cuerpos policiales al entender que son “armas letales” que “nunca debían haber sido autorizadas”. En un comunicado, los anticapitalistas han denunciado la “falta de regulación y control que hay entorno a estas armas” cuyo uso supone una “vulneración de los derechos fundamentales” y un “riesgo para la salud y la vida”.

La líder de los comuns en el Parlament, Jéssica Albiach, ha pedido revisar el uso de las pistolas táser y adaptarlo a los “estándares internacionales”. En una entrevista de Onda Cero Catalunya calificó estas pistolas de ser potencialmente letales, y llamó a “cumplir con lo que se aprueba en el Parlament y actualizar su uso”.

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