La apuesta de Bildu y su tumba
El modelo de recogida de basura puerta a puerta le ocasionó un severo castigo electoral a la izquierda ‘abertzale’
El puerta a puerta fue la gran apuesta de Bildu cuando en 2011 pasó de las barricadas a gestionar las principales instituciones de Gipuzkoa. Cuatro años después y una descarnada polémica política y social mediante, ese modelo de gestión de las basuras le ocasionó un severo castigo electoral. El controvertido sistema de recogida domiciliaria (unos cubos colgados en los portales) impulsado por la izquierda abertzale, tomado de pequeños municipios que lo habían implantado en Cataluña, se estre...
El puerta a puerta fue la gran apuesta de Bildu cuando en 2011 pasó de las barricadas a gestionar las principales instituciones de Gipuzkoa. Cuatro años después y una descarnada polémica política y social mediante, ese modelo de gestión de las basuras le ocasionó un severo castigo electoral. El controvertido sistema de recogida domiciliaria (unos cubos colgados en los portales) impulsado por la izquierda abertzale, tomado de pequeños municipios que lo habían implantado en Cataluña, se estrenó en Euskadi en marzo de 2009. Fue en Usurbil (6.165 habitantes, Gipuzkoa), donde aún sigue vigente. Fueron sumándose otros ayuntamientos de la misma cuerda política y en 2014 lo replicaban otros 24 ayuntamientos de esta provincia, pero en la actualidad solo funciona en 10 (el 7,65% de la población guipuzcoana). El puerta a puerta, que provocó encendidos debates parlamentarios y enfrentó con crudeza al PNV con Bildu, es casi historia en el País Vasco.
Bildu lanzó la ofensiva por el puerta a puerta para impedir a toda costa la construcción de una incineradora, un modelo actualmente en servicio que defendieron entonces el resto de los partidos. Con el poder que le daba el control de la Diputación y de 56 ayuntamientos (incluido San Sebastián) tras su victoria hace una década, la izquierda abertzale puso todas sus energías en extender un sistema que obtuvo mucha resistencia de la ciudadanía. Fue su estandarte político, pero acabó siendo también su tumba en muchos pueblos. En las elecciones locales de 2015 Bildu perdió la Diputación y una veintena de consistorios, incluido el de la capital guipuzcoana.
La caída de Bildu propició la sustitución del puerta a puerta en varios municipios por unos contenedores marrones a pie de calle donde se deposita la materia orgánica. En el último lustro, este sistema de recogida selectiva de desechos orgánicos ha permitido incrementar la tasa del 29% al 48%, lo que representa un incremento del 60%, según datos aportados por el Ejecutivo guipuzcoano. “El índice de reciclaje es 20 puntos superior a la media de España”, afirma el diputado de Medio Ambiente, José Ignacio Asensio: “El modelo made in Gipuzkoa nos ha convertido en líderes porque gestionamos el 100% de nuestros residuos, reciclamos el 55% y hemos eliminado los vertederos”. Gran parte de los residuos se tratan ahora en la incineradora construida en Zubieta (San Sebastián).