Los jóvenes de Barcelona pagan más de piso de lo que ingresan
La renta mensual media es de 888 euros, y la hipoteca o alquiler que pagan, de 894
Difícil panorama el de los jóvenes de Barcelona. La encuesta de 2020 que realiza el Ayuntamiento entre los vecinos de entre 14 y 35 años revela que las condiciones laborales mejoran respecto a la edición de 2015, pero que sus ingresos medios (888 euros al mes) son inferiores a lo que pagan de piso, tanto si es de alq...
Difícil panorama el de los jóvenes de Barcelona. La encuesta de 2020 que realiza el Ayuntamiento entre los vecinos de entre 14 y 35 años revela que las condiciones laborales mejoran respecto a la edición de 2015, pero que sus ingresos medios (888 euros al mes) son inferiores a lo que pagan de piso, tanto si es de alquiler como de compra (les cuesta 893,8 euros de media).
La inmensa mayoría tiene que compartir piso y en la ciudad apenas viven solos el 4,4% de los jóvenes de entre 18 y 24 años, un porcentaje que se eleva al 13,7% en el caso de los que tienen entre 25 y 34. Incomprensiblemente, la encuesta de 2015 no incluía la cifra de los ingresos mensuales y no se pueden comparar las rentas disponibles.
La encuesta se realizó presencialmente a 1.400 jóvenes de la ciudad en verano de 2020, en una muestra que contempla variables como la renta, la nacionalidad, origen o barrio. Además, por primera vez incluye a vecinos empadronados y otros que no lo están, pero están viviendo en la ciudad por razón de estudios o trabajo. Esta es la razón que podría explicar, en parte, que los jóvenes emancipados de entre 24 y 34 años sean el 75%, 20 puntos más que en la encuesta de 2015. Contando solamente los empadronados entre 15 y 34 años, la franja representa una cuarta parte del total de barceloneses.
Aunque la encuesta revela datos que apuntan a condiciones laborales de cierta estabilidad y aspectos positivos (el 60,7% de los que trabajan llevan más de un año estables, cinco puntos más que en 2015; el 60% trabaja en algo relacionado con sus estudios; o el 67% tiene contrato indefinido), también hay indicadores de precariedad preocupantes. El 27% están sobrecalificados en relación al empleo que realizan; o un 11,8% son pluriempleados, trabajan en más de un sitio. Un 32% de los jóvenes emancipados recibe ayuda económica de otras personas.
”No pueden vivir solos”
”Mejoramos las condiciones y estilos de vida, pero hay que mejorar las condiciones económicas”, reconoció ayer el concejal de Juventud, Joan Ramon Riera, al presentar la encuesta. “Con los sueldos que tienen los jóvenes no pueden vivir solos”, señaló, admitiendo que “los proyectos emancipatorios son compartidos”. “Barcelona es un gran campo de trabajo, pero la vida en Barcelona todavía es cara. Probablemente quien se marcha a poblaciones donde la vida no es tan cara, quizás no tiene tantas oportunidades laborales”, consideró. Riera apuntó, aunque la encuesta no tiene cifras al respecto, que probablemente Barcelona importa más jóvenes de los que exporta. La encuesta no aporta cifras de cuántos jovenes llegan a la ciudad para trabajar o estudiar y cuántos expulsa por su elevado coste de la vida.
Buena parte de las cifras o situaciones que arroja la encuesta sobre la juventud de Barcelona las encarna Alba Fernández, de 32 años y vecina del barrio del Carmel. Con dos carreras (Periodismo y Ciencias Políticas), un máster y tres idiomas sigue viviendo en casa de los padres. Este es el minuto y resultado, porque se emancipó en su día, compartiendo piso, y tuvo que volver a casa. Fernández ha trabajado en comunicación audiovisual, como productora una temporada en Cuba, “haciendo pinillos de periodismo y en temas de comunicación digital y redes sociales, lo menos pagado del mundo”, lamenta.
Ahora está trabajando temporalmente como administrativa, rastreadora durante la crisis del covid, cobrando 1.600 euros. “Me planteo qué hago con mi vida y con mi carrera”, confiesa sobre un trabajo que no supone la tensión, dedicación y presión que han tenido los anteriores. En lo suyo, para lograr un sueldo de mileurista tenía que hacer varios trabajos “y currar mil horas con una presión enorme”. Incluso una vez que alcanzó los 1.200 euros fue tras meses trabajando gratis. “Siempre malabares”, resume reflexionando si tal y como está el patio 1.600 euros son mucho o poco: si se compara con la media del colectivo de jóvenes que apunta la encuesta, es casi el doble; pero ante los precios de la ciudad, supone viven en casa de los padres o compartir.
El 70% de las jóvenes ha sufrido acoso o agresión sexual
Más allá de las condiciones de vida o emancipación, la encuesta a la juventud de Barcelona también pregunta por aspectos ideológicos, culturales o de situaciones de asedio. En este sentido, destaca que el 70% de las jóvenes han sufrido una situación de asedio o agresión sexual alguna vez desde los 15 años por parte de algún hombre con el que no tenían una relación de pareja. Mirando el detalle, se observa que estas situaciones se producen sobre todo en el ámbito público (redes sociales, ocio nocturno, espacios públicos o transporte público), mientras son mucho más reducidas en el ámbito privado o laboral. “La sociedad es machista y los jóvenes no lo son menos”, reflexionó el concejal de Juventud. “Y es en el espacio público o de ocio donde los chicos se relajan más”.
El 44,9% de la juventud cree que está por debajo de la clase social de sus padres
En relación a la posición social que afirman pertenecer los barceloneses de entre 15 y 34 años, más de la mitad (56%) se considera de clase media (ligeramente inferior a la encuesta de 2015); el 22,7% de clase media-baja; un 7,2% de clase baja (respecto al 4% de hace cinco años); y solo un 0,8% de clase alta. Pero si se comparan con los padres, solo el 31% declara sentirse de la misma clase social, mientras el 44,9% cree que están por debajo y apenas el 24% por encima.
Con todo, el nivel de satisfacción de los jóvenes con su vida es del 7,7 en una escala que va de 0 a 10. Pero va por ámbitos: los jóvenes están especialmente satisfechos con su familia y sus amistades; y en cambio la situación económica y el mundo laboral son las principales fuentes de insatisfacción.
Respecto al ocio y consumo, los chicos se declaran más deportistas y amantes de los videojuegos; y las chicas más lectoras. Las nuevas tecnologías y en especial el uso de los móviles han sido fuente de discusiones o conflicto para el 41,3% de los jóvenes. Y el 43,7% ha sentido inquietud si pasa mucho tiempo sin consultar el aparato.
El 70% declara que tiene interés por la política y en el eje ideológico de izquierda-derecha, el 73% se declara de izquierdas, aunque los porcentajes varían en función de los tres segmentos de renta que separa el informe. Los barrios con rentas medias son los que concentran más jóvenes que se declaran de izquierdas.
En otros aspectos sociales, el 46% de los jóvenes que viven en Barcelona piensa que a la ciudad acuden a vivir demasiadas personas de otros países; el 90% está de acuerdo en reconocer el matrimonio entre personas del mismo sexo, y el 81% considera que vivimos en una sociedad machista. Una amplia mayoría ve que la reducción de la contaminación es un reto urgente para la ciudad.
Sobre el consumo de drogas, el 22,8% fuma a diario; el 60,4% no fuma nunca. Y el 7,9% afirma que fuma porros cada día. El 93% cree que tiene una salud buena, muy buena o excelente.
El 34% apuesta por el estado autonómico
Menos jóvenes independentistas y más autonomistas que en la encuesta de 2015. En el informe de 2020, el 34,4% de los jóvenes considera que la mejor relación entre Cataluña y España seria seguir como comunidad autónoma. El porcentaje de jóvenes que apuestan por la independencia es del 32.9%. El 22,1% es partidario de un estado federal y el 10,5% porque Cataluña sea una región. En la encuesta de 2015 los independentistas eran el 38% y los autonomistas un 27%.
Sobre la lengua habitual, también hay cambios. El uso del catalán retrocede (del 35% de 2015 al 28,4% ahora) mientras sube el castellano: del 56% al 62%.