La Abadía de Montserrat aparta a un monje denunciado por abusos sexuales

El fraile ha sido denunciado ante los Mossos d’Esquadra por abusar de un menor de 17 años en 2019

Miguel Hurtado, que sufrió abusos sexuales a los 16 años, en la abadía de Montserrat, en 2019.SUSANA VERA (REUTERS)

La Abadía de Montserrat vuelve a estar en el punto de mira por los presuntos abusos sexuales a un menor. El monasterio, que ha reconocido públicamente su inacción en casos anteriores, ha actuado esta vez con celeridad. Este miércoles, los Mossos d’Esquadra informaron a la abadía sobre una denuncia por abusos sexuales cometidos en 2019 contra un adolescente que entonces tenía 17 años. Al día siguiente, el abad, ...

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La Abadía de Montserrat vuelve a estar en el punto de mira por los presuntos abusos sexuales a un menor. El monasterio, que ha reconocido públicamente su inacción en casos anteriores, ha actuado esta vez con celeridad. Este miércoles, los Mossos d’Esquadra informaron a la abadía sobre una denuncia por abusos sexuales cometidos en 2019 contra un adolescente que entonces tenía 17 años. Al día siguiente, el abad, Josep Maria Soler, apartó de todas sus funciones a G. S. V., un monje benedictino de unos 40 años, y abrió una investigación previa para poner el caso en conocimiento del Vaticano. Con esta denuncia, el número de casos de abusos en la Iglesia española asciende a 328, con 841 víctimas, según la contabilidad que lleva EL PAÍS ante la ausencia de datos oficiales.

El abad ha “prohibido de manera absoluta” a G. S. V. “ejercer su ministerio” o realizar cualquier actividad pastoral. El fraile tampoco podrá mantener “ningún tipo de contacto con menores”, según un comunicado difundido por la Abadía de Montserrat. Soler ha abierto además, de forma “inmediata”, la investigación previa que contempla el derecho canónico para llevar el caso a la Santa Sede. El monasterio ha ofrecido su “total y absoluta” colaboración con la policía y el juez, aunque ha matizado que al monje le asiste también el derecho a la “presunción de inocencia”.

G. S. V. sigue residiendo por ahora en su celda de Montserrat, donde la noticia de este nuevo episodio de abusos sexuales ha enrarecido el ambiente y ha hecho revivir viejos temores. En 2019, EL PAÍS reveló que los dos últimos abades del monasterio (Sebastià Bardolet y el propio Soler) conocieron desde 1999 la denuncia de abusos de un menor contra el monje Andreu Soler y no tomaron medida alguna. La víctima que dio a conocer el escándalo, Miguel Hurtado, sufrió abusos cuando tenía 16 años y el fraile, 65.

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El escándalo obligó al abad a impulsar un nuevo protocolo para proteger a los menores a encargar una comisión independiente para investigar los abusos. La comisión concluyó que Soler, el antiguo responsable de la agrupación escolta, actuó durante años con total impunidad como “depredador” sexual y “pederasta”. Un total de 14 menores fueron víctimas de sus abusos. El monasterio pidió públicamente perdón por su inacción. La investigación permitió rescatar del olvido otro caso de pederastia (hasta entonces desconocido) del que fue autor el responsable de la Escolanía, V. T. M.. Esos hechos se remontan a la década de 1960 y afectan a otros dos menores.

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Sobre el monje apartado ahora, fuentes del monasterio han explicado que la comunicación de la denuncia a los Mossos llegó este miércoles por la noche, antes del rezo de vísperas. De forma inmediata, el abad reunió a la comunidad y tomó las medidas internas de acuerdo con el Consejo de Decanos. Las mismas fuentes no han ofrecido más detalles del abuso sexual denunciado, ni si se habría cometido en el interior del recinto o en otro lugar, porque el caso está en manos de la policía autonómica y del juez, a los que el abad ha ofrecido la “total y absoluta” colaboración para esclarecer los hechos y depurar las responsabilidades que se pudieran derivar. Esas fuentes consideran que el de G. S. V. es un caso “puntual” y descartan, de entrada, la existencia de otras víctimas.

El monje denunciado es uno de los más jóvenes del monasterio, en el que ingresó en 2006. Es licenciado en Ciencias Políticas por la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB) y acabó sus estudios de Filología y Teología en Montserrat, donde trabajaba, entre otras cosas, en la sección de Arqueología Bíblica del Museo de Montserrat.

La comunidad benedictina de Montserrat ha expresado su “solidaridad y apoyo” a la víctima y ha lamentado “sinceramente los daños que haya podido sufrir, sin perjuicio del resultado de las investigaciones judiciales y canónicas”. Los monjes de Montserrat han reiterado su compromiso y su “decidida voluntad de luchar contra toda clase de abusos aplicando la normativa y los protocolos previstos de manera firme y taxativa”.

Si conoce algún caso de abusos sexuales que no haya visto la luz, escríbanos con su denuncia a abusos@elpais.es

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